En la undécima jornada, el Real Zaragoza parte en otra expedición hacia sí mismo. Se ha perdido por completo y Fran Escriba recuerda en sus últimos discursos a esos buscadores de oro que lideran a un grupo descreído a golpe de fe, persiguiendo el eco dorado en un mapa imaginario. Sabe el entrenador que tiene un equipo competente y competitivo, pero, de forma consciente o inconsciente, difunde espejismos sobre las bondades de dos derrotas en casa que debieron ser victorias y un triunfo nada honroso en Andorra. Si es una estrategia para evitar tensiones y dudas, tendría un punto de lógica. Si está convencido de ello, la selva amenaza con ser más inhóspita para el conjunto aragonés.
Mañana juega en Gijón contra un Sporting que lo ha ganado todo en su feudo (18.30). Y lo hace sin gol, con una defensa que comete pocos pero estrepitosos errores y con un centro del campo sin autoridad. De los diez fichajes de Cordero, la mayoría no ha alcanzado un nivel medio, con Valera como excepción y Bakis a la cabeza de la improductividad. Los fallos de Poussin frente al Alcorcón acrecentaron la incertidumbre sobre una portería sin Cristian, de nuevo baja para esta cita. Aguado y Mesa, muy finos al principio, se han desenfocado como consecuencia de un técnico poco convincente con los cambios y las rotaciones, demasiadas y no pocas injustificables. Se mantiene firme la vieja guardia, principalmente Jair y Francés, y se llora con razón pero sin el pañuelo de las soluciones las ausencias de Francho y Nieto.
La crisis es un hecho y la paradoja reside en que el Real Zaragoza la está atravesando perdiendo el liderato pero dentro de los puestos de promoción. Sumó mucho siendo mejor y peor que sus rivales y ahora no deja de restar le reten a campo abierto o con una muralla humana enfrente.. Aun así, esta Segunda tan generosa como nada estricta con la calidad de sus alumnos le concede una nueva oportunidad de seguir entre los mejores si se impone en El Molinón. «Al final estaremos donde debemos estar», ha dicho Escribá en referencia a que lo importante espera en los últimos diez partidos más o menos. Para confirmar la candidatura al ascenso directo o indirecto, que es la o que se refiere, necesita que su equipo empiece e a jugar al fútbol con una personalidad y estilo definidos cuanto antes. Si no el objetivo se perderá en el pozo de la irregularidad .
Este Real Zaragoza, el de Cordero, está preparado para enfrentarse con garantías a cualquier enemigo. El Real Zaragoza de Escribá, no tanto.
Siendo un entrenador capacitado y sin magnificar la plantilla que tiene, está incidiendo en desnaturalizar y desorientar a sus futbolistas hasta que se adapten a un método y un orden que aplana y acorta la poca profundidad innata a este equipo sin desborde individual. Se le viene encima un calendario complicado, con Gijón como primera parada y con la expectación de cuánto bailará la alineación para este encuentro. Lluís López parece el elegido para relevar a Francés, en maniobras con la sub 21. El resto se supone que no variará mucho de los que salieron ante el Alcorcón. Ya no es cuestión tanto de nombres, que también, como de que los jugadores entiendan que el oro que buscan en esta nueva expedición consiste en hallarse a sí mismos con un balón que les sea útil y no una carga insoportable.