13 años en Segunda, 14

El lavado de cara puntual de todos los veranos intenta socorrer un club rendido a la categoría y encaminado a una ruta más larga aún en Segunda

De vez en cuando conviene recordar a todos los excursionistas que el Real Zaragoza lleva 13 temporadas consecutivas en Segunda y lo más grave, que los planes son continuar sin disimulo esa escabrosa ruta que se comenzó con Agapito Iglesias y que desde hace tres años tiene como guía a un fondo de inversión sin más apego emocional que hacer caja. Porque cuando llegan estas fechas, se haya hecho o no el ridículo el curso anterior, una brisa mediática intenta refrescar la sofocante vergüenza con ilusiones renovadas, un porvenir, por lo visto, muy distinto por la responsabilidad con la que se ha redactado el proyecto. Esa sensatez consiste en asumir que esta categoría es el hábitat natural de un equipo cuyo límite salarial condiciona las operaciones, y que se remodelará la plantilla en función del espacio económico liberado con salidas, rescisiones y traspasos. Mientras el contable Txema Indias desbloquea el atasco, se han fichado tan sólo dos futbolistas con cartel de suplentes, Sebas Moyano y Tachi, sin duda titulares si el objetivo es inmortalizarse en este pozo. El resto de los clubes, salvo Sanse y Racing, han realizado más fichajes tengan la cartera más rebosante de billetes o sufran idénticos si no peores apuros. La estrategia del director deportivo se contempla, sin embargo, como la adecuada si hace falta hasta el último día del mercado, una fecha subrayada en rojo por la angustia y la posibilidad de dar un improbable pelotazo con un fax de medianoche. No hay prisa alguna es el lema de los optimistas en chancletas.

Todo sigue su curso. El incorrecto por muy estirado que se haya puesto Fernando López con su modernidad teledirigida desde Madrid. Ha habido cambios en la parcela deportiva y en la médica, pero la mayoría impulsados por la lógica, el desgaste o la suma incompetencia. Caras nuevas que renuevan la fotografía con el mismo marco de hace décadas, teñido de ambigüedades, medias verdades y mentiras enteras. No obstante, el supuesto giro carece de la cintura de la ambición de una vez por todas, con la esperanza de que la competición ofrezca uno de sus bonus de la sorpresa. Con la empresa en manos de un ejecutivo a la carta y de un entrenador aún sin experiencia que quiere imprimir al equipo su propia esencia, la de un Atlético al que perteneció y cuyo espíritu combativo intenta adaptar al contexto de un campeonato supuestamente tiranizado por lo físico. La buena salud y su promoción es un valor imprescindible en este torneo y en cualquier otro de nivel profesional. Esta pretemporada está subyugando por la constantes secuencias de esfuerzos en los stages, lo que hipnotiza no por la novedad, sino por el contraste con la perezosa herencia de los responsables del cuerpo técnico el pasado verano.

Se busca un Real Zaragoza machote, sin límites de kilómetros, con jugadores dispuestos a encharcarse los pulmones de sangre. A lo Gabi. Pero el Levante subió con Pablo Martínez, Kochorashvili, Carlos Álvarez, Morales y Brugué; el Elche con Dituro, Affengruber, Febas, Nico Fernández, Nico Castro y Mourad, y el Real Oviedo con Calvo, Costas, Cazorla, Alemao, Chaira y Hassan… Sin individualidades, sin la convergencia de futbolistas diferenciales, el músculo por sí sólo te lleva hasta la mitad del camino. También a la inversa. El Real Zaragoza no va a disponer de ese equilibrio por respeto a su economía conservadora y va aplicarse al máximo en desafiar sus carencias con un fútbol machacón, hermético en defensa, tribal en la complicidad colectiva, rasgos que se aparecían en otros muchos clubes de su liga de supervivientes. El lavado de cara tradicional con la canícula para despertar emociones de pretemporada no disimula sin embargo profundas estrías en un equipo querido por su afición y soportado por sus dueños, quienes lo están reconstruyendo con lentitud, viejos materiales poco fiables y piezas de segunda mano para aspirar a los 50 puntos lo antes posible y celebrarlo como un trofeo más en las vitrinas de la vulgaridad.

Foto Real Zaragoza

One comment on “13 años en Segunda, 14

  • Antonio , Direct link to comment

    Estoy de acuerdo.
    Soy un madrileño zaragocista desde mi infancia. He disfrutado, por mis años, del mejor fútbol del club y sus éxitos. En estos años de zozobra sufro con su mediocre juego.
    Siento decirlo, pero creo que no voy a ver a este Zaragoza de Gabi e Indias. Estoy harto de perder el tiempo y comprobar temporada tras temporada la nulidad de los dirigentes y la plantilla de segundones -suplentes de equipos de segunda-, que construyen cada año. Traen mediocridades o jugadores pasados de rosca para sustituir a nuestros canteranos. Mientras sigue la diáspora de la cantera: equipos menores se llevan a nuestros chavales más valiosos.
    Lo penúltimo es que hay un club interesado en Bazdar (un jugado diferencial, con gran proyección) que al parecer no es del gusto de Gabi (no es sólo pulmón y piernas). Se venderá para traer suplentes de equipos menores. ¿Cuánto nos durará Pau Sans?

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