Un Real Zaragoza entre tres obras

El equipo aragonés recibe al Elche con su estadio desfigurado por la reconstrucción para recuperar la fortaleza perdida en casa como condición inexcusable de sus ambiciones. Adu Ares se mantiene en la citación pese a su esguince y regresa Jair.

La melancolía por la nueva cara de La Romareda sin el Gol Sur, la artificiosa y la sincera, se han entrelazado en una liturgia sin pausa que ve desvanecerse el pasado a la espera de un espectacular estadio de fútbol futuro. La demolición y sus escombros se han convertido en el relato diario de un funeral por la despedida de un campo que se lleva con él recuerdos memorables. Todo es poesía en esta tragedia inmobiliaria que, sin embargo, conduce a la modernidad imposibilitada durante tantos años y proyectos abortados. El Real Zaragoza regresa a un hogar parcheado por una lona estimulante, con otro césped y con menos público precisamente por ese vacío estructural. Lo hará esta tarde frente al Elche (18.30), después de haber logrado siete puntos de nueve posibles en tres partidos a domicilio, todavía pendiente de encajar los 13 fichajes de verano, algunos en la enfermería y otros pendientes de encontrar su lugar en el equipo.

La obra que elevará un nuevo templo sobre el viejo condiciona principalmente al aficionado y es posible, que al principio, los futbolistas se sientan extraños en ese escenario. No obstante, el conjunto de Víctor Fernández no puede dedicarle demasiada atención a esa atmósfera, porque afronta otra par de obras inmediatas, urgentes e ineludibles: recuperar la fortaleza que se ha dilapidado en casa en las últimas once temporadas en Segunda y dar forma definitiva al plan. El objetivo, marcado en rojo en la ruta del club y del entrenador, es el ascenso, y para conseguirlo resulta inexcusable una victoria ante el Elche como primera piedra de ese ambicioso proyecto aun con una plantilla reconstruida lejos de las previsiones iniciales. Hay mucho juventud, apetito, frescura y valentía. Se echa en falta una porción de madurez y más población de calidad en varias posiciones. «Hay muchos equipos mejores que nosotros», ha dicho Víctor sin ocultar la realidad ni su convicción de que los puede superar a todos con las herramientas que le han dado.

Con tres caras distintas en Cádiz, Cartagena y Miranda, el Real Zaragoza estrena el curso ante su gente sin Bazdar, con la sub 21 de Serbia, y los lesionados Aketxe y Femenías, aunque se mantiene en la lista para este compromiso Adu Ares pese a su esguince de robillo y regresa Jair. El Elche de Eder Sarabia será su rival, un adversario que intenta aplicar a duras penas la peculiar forma de jugar de su entrenador (el 70% de media de posesión en sus tres encuentros), pero que contra el Córdoba, en su primer triunfo del ejercicio, exhibió un talante más afilado, con jugadores de alto nivel técnico que, sin embargo, suelen descoserse si se les priva del balón, algo que buscará el Real Zaragoza desde la moderación táctica y la agresividad intermitente. Para cubrir la ausencia de Bazdar, Azón es el gran candidato, y Bermejo podría recuperar la titularidad por Pau Sans, debutante en Anduva, un cambio más que discutible en el caso de que se produzca teniendo en cuenta que el canterano es un futbolista de mayor amplitud defensiva y ofensiva. No habrá más variaciones, con el, de repente, querido Poussin en la portería, Calero, Lluís López, Vital y Tasende en defensa. Aguado, Bare, Bermejo o Sans y Liso ocuparán la medular y el ataque será para Soberón y Azón.

La maltratada Romareda desde el último descenso tiene su cuota de protagonismo por la cirugía a la que está siendo sometida en su proceso de construcción. El partido se eleva por encima de esas emociones. El nuevo estadio es una obra que finalizará con éxito. La tarea del ascenso, aunque implique a la afición como parte fundamental de ese reto, necesita material humano de rendimiento inmediato, sobre todo para asentarlo con una sólida respuesta local. Hay que retirar cuanto antes los escombros deportivos de más de una década con La Romareda rindiéndose a cualquier visitante.

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