1ª parte: Roja a Enrich y al juego ofensivo

No ha dado mucho de sí el Real Zaragoza en la primera parte contra el Mirandés, que afrontará la segunda parte con un jugador menos por expulsión de Sergi Enrich en la recta final. El delantero ha elevado los tacos a la altura de la cara de Gabri y el colegiado no ha tenido la menor duda en enseñarle la tarjeta roja. El gesto excesivo del punta condiciona la segunda mitad y pone a Fran Escribá a buscar soluciones de urgencia en el descanso. Es la primera vez que su equipo se enfrenta a esta tesitura de elevada complejidad.

Su fútbol, sobre todo el ofensivo, se ha recostado en exclusiva por la banda derecha con un Borge sereno y puntual en el pase y con la agitación de Valera como casi exclusivo argumento atacante. Azón no ha cazado un pase del extremo por muy poco en el segundo palo en la única ocasión de un conjunto aragonés tímido, condicionado por el cloroformo que los burgaleses le han echado al encuentro con cinco defensas y mucha contención a la hora de arriesgar la pelota. Sin embargo, el equipo jabato ha dispuesto de dos ocasiones claras para adelantarse, una de Gabri que ha rematado mal de cabeza con todo a favor y una llegada de Carlos Martín con mucha amenaza.

El juego de los locales, pese a su 70.1% de posesión, ha vuelto a ser muy pesado, sin transición ni combinación, con Moya lejos del liderazgo que se le ha entregado otra vez y con Mesa en la zona de sombras del partido. Sergi Enrich, en su debut, tampoco se ha dejado ver entre el bosque de centrales hasta que ha quedado retratado con nitidez con su entrada en la expulsión.  No hay vida en tres cuartos, algo de imaginación, mientras que los laterales apenas se han sumado hacia arriba, lo que impide aún más la alternativa de la profundidad exterior. La segunda mitad se anuncia muy enrevesada con uno menos.

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