Siete novedades en la alineación, el cambio de sistema con trivote centrocampista y un gol de Sebas Moyano desinflan por completo al Mirandés y conducen a la primera victoria del curso (0-1)
Con el edificio en llamas por los cuatro costados y Gabi Fernández sin traje ignífugo para la ocasión, el Real Zaragoza logró en Mendizorroza su primera victoria de la temporada. Hubo que llegar a una situación desesperada para encontrar una salida de emergencia, por la que el equipo ha evitado por el momento quemaduras de mayor gravedad y el entrenador huir del horno crematorio de la destitución en el que se había metido. En un escenario de máximo peligro el técnico renunció por completo a su pazguato modelo de juego, refrescó la alineación con hasta con siete novedades Andrada incluido y recogió a sus futbolistas con una repoblación de centrocampistas alrededor de la órbita de un trivote formado por Akouokou, Guti y Saidu, clave para que el Mirandés se desinflara de principio a fin. Sobre esa piedra en la medular, el conjunto aragonés fundó su triunfo y un fútbol interior para el que se reclutó también a Sebas Moyano y Cuenca, una de las grandes sorpresas en el once. Con todos reunidos en el salón, el Real Zaragoza se sintió más cómodo, más cálido en las ayudas y las basculaciones y mejor dispuesto. Ese cemento no hizo que brillara, pero sí le dotó de un carácter infranqueable para su rival, cándido hasta la médula e incapaz de llegar a un área sellada por cuatro elegidos para una batalla a vida o muerte, Francho, Tachi, Insua y Pomares.
Los jabatos jamás hallaron consuelo para ese tormento de desgaste, de corte de vías y de respiración. Los kilómetros de distancia entre la defensa y la delantera de los partidos anteriores se redujeron a metros que ocupar de forma escalonada, con el balón por fin como aliado en un alto ejercicio de disciplina. Hubo que esperar y se cometieron imprecisiones hasta que cada pieza encajó en su casillero, con instantes de dudas y no demasiada fluidez. Sin embargo, la nueva arquitectura táctica permitió a Sebas Moyano abandonar la celda de los extremos y sumarse desde la segunda línea con una panorámica más centrada. En un mal despeje de Postigo, el mediapunta recogió el esférico, lo acomodó a la derecha y convirtió a Nikic en una estatua de sal. Un gol de una ejecución espléndida en el minuto 27, por primera vez antes del descanso. Cuenca, mucho más productivo que Paulino en su estreno en la titularidad, tuvo en sus botas el segundo, pero el portero internacional montenegrino le negó el tanto con los pies. Con una estructura más densa, una circulación un poco más veloz y la agresividad en su punto justo, se advirtió que el Mirandés carecía de argumentos siquiera para soñar con el empate en un campo, Mendizorroza, que le viene grande y donde ha perdido sus tres encuentros.
Sólo en los últimos minutos, con un larguero y un disparo del ex Alberto Mari, los locales, volcados en la impaciencia de otra derrota, pusieron en alerta a un Real Zaragoza que nunca había dejado de estarlo. La conjura de Akouokou, Gabi y Saidu, este por fin de mediocampista a tiempo completo, y la firmeza defensiva del grupo condujeron al Real Zaragoza hacia una victoria seria, de decisiones compactas e inteligentes. En la azotea del infierno, Gabi vendió su alma para construir un bloque sensato y alejado de sus creencias con el que luchar por la permanencia. En los próximos encuentros habrá que comprobar si el técnico mantiene su apuesta por este formato racional y si es suficiente para que el Real Zaragoza se distancie lo más posible de un incendio que todavía sigue activo. Los tres puntos de una tacada son agua bendita, pero este equipo lleva aún encima un fuerte olor a chamusquina del que le será difícil desprenderse.
CD Mirandés 0: Nikic; Hugo Novoa, Pica (Córdoba, minuto 66), Sergio Postigo (Alberto Marí, minuto 70), Juan Gutiérrez, Medrano (Pablo Pérez, minuto 46); Bauza, Marino, Pablo López (Varela, minuto 83); Petit y Carlos Fernández ( El Jebari, minuto 66).
Real Zaragoza 1: Andrada; Francho, Insua, Tachi, Pomares; Cuenca (Paulino, minuto 52), Paul, Saidu (Keidi Bare, minuto 82), Guti, Sebas Moyano (Tasende, minuto 82); y Dani Gómez (Bazdar, minuto 82).
Goles: 0-1, minuto 27: Sebas Moyano.
Árbitro: Orellana Cid, del colegio andaluz. Mostró cartulina amarilla a Bauza, Pablo Pérez y Varela, por el Mirandés; y a Saidu, Guti, Pomares y Andrada, por el Real Zaragoza.
Incidencias: partido correspondiente a la séptima jornada de liga, disputado en Mendizorroza por las obras en Anduva, con la presencia de 3.352 espectadores.