Antes de descender en 2013, el Real Zaragoza ganó el 50,89% de sus 448 partidos en 16 temporadas Segunda. En la última década, el porcentaje de triunfos en 399 encuentros ha caído al 34,75%
Mire como se mire, estos diez últimos años en Segunda División pueden considerarse la etapa más oscura de la historia del Real Zaragoza. En lo deportivo y en una economía que se va saneando poco a poco con la llegada del fondo de inversión. El club ha tocado fondo en todos los aspectos menos en el de su afición, que, este curso con más de 25.000 abonados, se mantiene como su mayor valor. Este martes el conjunto aragonés disputará frente al Andorra en La Romareda su encuentro número 400 desde que perdiera en 2013 su plaza en la élite del fútbol español, es decir su hábitat natural. Está siendo una década corrosiva, un túnel sin aparente final que está sembrando desilusión y conformismo frente a la desidia y la incompetencia o ambas al unísono de unos gestores que han perseguido y persiguen el interés personal o empresarial antes de que el de la propia institución.
El declive tiene muchos rostros. Uno de ellos, que sirve perfectamente como termómetro del enfriamiento, se refleja en el porcentaje de triunfos en las 16 campañas que el equipo estuvo en Segunda, de 1934 a 2009, y en el de las victorias que acumula en estos diez cursos, de 2013 a la actualidad. En esa etapa que enmarcan los cursos 1934-1935, 1935-1936, 1941-1942, 1943-1944, 1944-1945, 1945-1946, 1946-1947, 1949-1950, 1950-1951, 1953-1954, 1954-1955, 1955-1956, 1971-1972, 1977-1978, 2002-203 y 2007-2008, el Real Zaragoza venció en 228 de los 448 encuentros que disputó, es decir el 50,89. Tras el descenso de 2013 sólo se ha impuesto en 137 jornadas de las 399 que ha jugado incluidas las de los playoffs, lo que se traduce en un 34,75%. ¡Un 16% menos!
Frente al Andorra de Piqué y Eder Sarabia, donde figura en calidad de préstamo Marc Aguado, el Real Zaragoza alcanzará la cifra redonda de 400 partidos en esta travesía por un desierto con perfil de maldición bíblica. Será la primera vez que se enfrente al club del Principado, que estrena categoría, con la oportunidad de enlazar dos victorias consecutivas por segunda ocasión en la temporada tras el 0-2 en Tenerife. Al margen del resultado, un día más de condena. O menos, si se prefiere o se puede ser optimista.