Entre la predisposición de la derecha para favorecer la privatización del campo a favor de la nueva propiedad del Real Zaragoza y la izquierda acusando de pelotazo la aceptación en el pleno del Ayuntamiento de la alegación presentada por el club a la modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) en la que propone explotar el campo durante 75 años, la nueva Romareda sigue su curso. Entre tensiones políticas y un par de informes cruzados y antagónicos sobre el tiempo que sería necesario para hacer viable el proyecto y rentabilizar los 140 millones de euros que aportaría el fondo de inversión para construir el nuevo estadio, lo único seguro al cien por cien es que si se construye será sobre los cimientos de la actual edificación, una obra prevista a cuatro años, El futuro complejo deportivo incluirá 22.500 metros cuadrados de suelo comercial con los que financiar la construcción.
El consejero de Urbanismo y Equipamiento, Víctor Serrano, acudió a la última edición al programa de Sport Zaragoza para explicar todos los entresijos de esta operación que calificó de «transparente, honesta y legal porque habrá un concurso público al que puede presentarse cualquiera». «El suelo va seguir siendo público y en el registro de la propiedad el Real Zaragoza inscribirá el derecho de superficie. El cesionario disfruta del equipamiento no cómo propietario sino con los derechos y obligaciones del propietario. La cuestión es de plazo. La ciudadanía va a tener una utilización pública del campo», añadió.
Cómo se resolverán las obras con la competición en marcha fue otras de las cuestiones tratadas en el programa deportivo. «Tenía una virtud haber llevado el campo fuera porque hubiera permitido construir lo a la vez que el Real Zaragoza jugaba en la vieja Romareda. Acompasar las obras en todos los casos en que se ha hecho una remodelación o una obra nueva en la huella existente es verdad que implica unos meses en los que habrá que ver dónde juega el Real Zaragoza y cómo lo hace. Y si los aficionados nos veremos constreñidos si se mantiene la cifra de abonados que tiene hoy en día el Real Zaragoza». La posibilidad de que el equipo tenga que jugar bastantes partidos fuera de Zaragoza mientras se realizan las obras queda abierta de par en par, con El Alcoraz y El Sadar como opciones más próximas en el caso de que fuera necesario el traslado.
El problema es de fácil solución. Se baja a primera RFEF , muy probable, y se le suplica el campo al Ebro o al Casetas. Todo está ya pensado. Y luego se compra plaza en 2ª y en otros diez años igual se sube a 1ª. Y así seremos un equipazo tipo VALENCIA de Peter Slim. Para entonces ya habrán recuperado por diez la inversión total del fondo fantasma y habrá pachangas en la nueva Romareda y muchos centros comerciales alrededor donde irá mucha más gente que al campo. ¿A que mola la propuesta de Gil Marín, Mas, Sanllehí y el dueño de As?