Pau Sans, ¡titular ya!

Escribá deberá optar si sigue arriba sólo con Giuliano, que anda seco en 2023, o acompañarle del juvenil, un decisión audaz pero avalada por la lógica de las circunstancias en la búsqueda de gol

En buena lógica de unas circunstancias tan especiales como son las lesiones de Mollejo y Azón, la invalidación de Gueye, la apuesta muy forzada de Puche como atacante de calado, la falta de gol y eficacia y la amenaza de un descenso que observa al Real Zaragoza a cuatro puntos tras dos derrotas aplastantes deportiva y moralmente, la figura de Pau Sans ha adquirido una importancia relevante. El juvenil, que dejó un par de detalles notables en su debut ante el Alavés, no deja de ser una incógnita para el fútbol profesional, pero avalado por un ecosistema que necesita frescura y olfato realizador y por las referencias de técnicos de la cantera con mucho crédito que le ven capacitado para dar el salto, su momento ha llegado.

Frente al Burgos debería ser titular por causas razonables. La teoría de que no se puede cargar sobre los hombros de un chico semejante responsabilidad tiene, como en este caso, sus objeciones. Sans ha sido un habitual en los entrenamientos del primer equipo, lo que demuestra que al menos está capacitado para convivir en esa dinámica con el resto de sus compañeros, y el club le acaba de renovar por cuatro temporadas. Su magnífica respuesta como goleador en el equipo de Javier Garcés ha jugado a su favor –16 tantos–, pero sobre todo la firmeza y personalidad con las que se ha aclimatado a este escenario. Fran Escribá no ha gastado cumplidos gratuitamente hacia el zaragozano, al que considera apto para asumir el rol necesario y le ha ofrecido minutos en el par de ocasiones en que ha sido convocado, en ambos partidos saliendo desde el banquillo con un 0-3 y un 2-0 en contra y por delante del desdichado Gueye. Le falta el bautismo definitivo, la oportunidad de aparecer en el once con un resultado por el que competir.

El riesgo de exponer a un futbolista que necesita cumplir más fases de aprendizaje queda desplazado por la urgencia de recuperar el sistema que más conviene al Real Zaragoza, el 1-4-4-2 en el que Giuliano, pese a su naturaleza de bárbaro revolucionario en soledad, pueda liberarse de tantas tensiones. Simeone, que anda seco de cara a puerta en todo 2023, tenía cierta sintonía con Mollejo y con Azón, con quien pese a coincidir nunca ha llegado a formar la punta de lanza soñada por los problemas físicos del ariete. El técnico, desencantado por su experimento con el Cholito y Puche frente al Alavés, optó por romper una de sus reglas sagradas y dispuso una alineación con un único delantero en La Rosaleda.

Sans y el Real Zaragoza no tienen nada que perder si se asocian desde el principio en la visita del Burgos. Al contrario. Con Azón sin fecha de regreso y se supone que descartada la disparatada idea de traer a alguien del paro sin garantía alguna para resolver las carencias ofensivas, cuanto antes entre en batalla el juvenil, mejor. En La Romareda, arropado por una afición que va a estar a su lado de principio a fin y que necesita motivaciones en una tesitura de hastío por la temporada en general y por las palizas recientes, Pau Sans encontraría el abono ideal para desplegar su osadía. Frente al peligro, es la hora de los valientes, y Escribá, que nunca ha pecado de lo contrario, lo sabe.

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