El director general está muy tranquilo. Así lo manifestó ayer en la firma del convenio con el ayuntamiento por el que el consistorio aportará 700.000 euros para fomentar el fútbol base, la cantera femenina y la escuela para deportistas con discapacidad intelectual del club. Está convencido de que el Real Zaragoza continuará en Segunda pese a hallarse a cinco puntos del descenso porque ve «confianza y el equipo sabe a lo que juega». También manifestó que prefiere pregonar la esperanza por la confianza que le transmiten los inversores y porque descarta las conjeturas: «Me gusta pensar en positivo y no hablar de hipótesis, de otra pandemia o una Guerra Mundial». Sanllehí habla por boca institucional y, por lo tanto, se ajusta perfectamente al discurso que corresponde a su papel burócrata. No se le pide que en cada comparecencia aparezca enfundado en la camiseta del cachirulo, pero sí, quizás, que administre su ironía de hombre de mundo, de licenciado en adoctrinamiento. Porque, en primer lugar, el Real Zaragoza no juega a nada ni ha ganado a nadie, y porque aunque existe la percepción de que el descenso volverá a ser otra mala pesadilla, la sola proximidad provoca una considerable angustia en una afición curtida en sortear catástrofes y pagar gran parte de las operaciones de salvamento de su bolsillo. Esta campaña también, fruto de la atroz gestión del director general del club.
El Real Zaragoza lleva diez temporadas, once lo que la viene, con su particular pandemia, con su guerra mundial, en esta ocasión sufriendo la catástrofe baja la tutela de un fondo de inversión que se ampara en la ambigüedad temporal de su proyecto a medio o largo plazo. Esos reajustes del reloj y de las horas de un éxito no ya sin fecha sino también sin calendario, se están realizando en un contexto de máximo peligro deportivo que no se contempla por parte de la propiedad pero que tiene una alta dosis de realidad. El mensaje de un dulce porvenir no termina de cuajar por las maniobras que se han sucedido a lo largo del curso para empeorar al equipo, lo que cuestiona en primer y destacado lugar la cualificación de Sanllehí y la sinceridad de unos dueños con La Romareda como niña auténtica de sus ojos. El director general, quien rehúye cuando le conviene de supuestos, lanzó uno que anima más bien poco a que los cambios se produzcan el próximo curso: «La fuerza de la plantilla de la próxima temporada dependerá de varios factores, sobre todo del límite salarial. A partir de ahí dispondremos de un margen para movernos en una u otra dirección, aunque también influirá la posición que ocupemos al final de esta campaña o el número de abonados. Existen numerosas incertidumbres, sobre todo en lo que respecta a ese límite salarial». Todo indica que el Real Zaragoza continuará con las restricciones de su pandemia, víctima de una guerra que va para once años sin horizonte alguno de paz, con Sanllehí, muy tranquilo, vacunado y pertrechado en la colina de la indiferencia.
Correcto análisis. Los inversores deben de confiar en el gol saben que es el único que mueve la bolsa al alza en el mundo del fútbol. Tienen más fe, o más dinero, que toda la afición junta.
Yo ya no me creo nada, porque aquí todos vienen a pescar algo, estamos donde estamos por AGAPUFO, y sus intereses financieros que le salió mal, a él y los que confiaron en el soriano, luego la FUNDACION, bien digamos económicamente, pero esto es un club deportivo no funcionó, agradecerle eso sí a la FUNDACION, que el REAL ZARAGOZA no desapareciera, y ahora estos un JORGE MAS, más tiempo en MIAMI, que aquí, se lo deja todo en poder de un catalán RAUL, y los de ZARAGOZA que hay unos cuantos, que solo miran por el negocio del estadio LA ROMAREDA o donde sea, y el tal catalán RAUL, ahora solo habla al boletín informativo y dice el mozo, que depende como quedemos así será el presupuesto para la temporada que viene, tiene el tío la cara de decir que tiene que haber los abonados que existen ahora, es decir unos 26.000 y se queda tan pancho y el que ha echo a cambio, porque por lo pronto todo mal, confiar en TORRECILLA, lo tuvo que largar, confiar en CARCEDO su entrenador a la calle también y fichó a bombo y platillo a PAPE, fracaso absoluto, no ha marcado ni un solo gol, y ya ni juega y este señor es el que pretende llevarnos a PRIMERA, eso cuando y en qué año, pero estos señores que se creen que somos tonto o que, por favor un RESPETO y más ELEGANCIA al único PATRIMONIO que poseen que es LA AFICION y a 91 años de historia , que no va a venir vd aquí por muy director deportivo que sea a darnos clase .