Romareda, patria querida

Sería muy conveniente que el Real Zaragoza venciera al Sporting en su larga penitencia hacia la salvación (21.00). Tres puntos para quedarse a las puertas de la permanencia y ahuyentar la desconfianza que provocó la derrota de Girona. ¿Cómo lo que conseguirá? Esa es otra cuestión. No con los goles invisibles del Toro, que se ha quedado fuera del partido por una contusión en el tobillo, ni tampoco sometiendo al Sporting, que como la mayoría de los rivales tiene más argumentos para gobernar el encuentro. El conjunto aragonés solo lo conseguirá si mezcla lo mejor de sus escasas virtudes: una defensa intachable en la que podría entrar Francés por Jair, un centro del campo laborioso y una eficacia notable con lo poco que produce arriba. También una serie de esfuerzos colectivos de naturaleza tribal. La primera ausencia del uruguayo por cuestiones físicas reabre la titularidad para Iván Azón, que lo sería por primera vez con JIM en el banquillo, o Álex Alegría, que también puja por el puesto avalado por las simpatías del entrenador hacia los veteranos y porque es difícil que el técnico cambien su percepción sobre el canterano, con cartel de revolucionario para situaciones críticas.

La delantera, como durante todo el curso, vuelve a estar en el ojo del huracán, Con Alegría o Azón debería situarse Juanjo Narváez, pero el entrenador le ha atornillado a la banda para martirio del jugador y del defensa que le cubre las espaldas por lo general en solitario. La versión más productiva para el equipo y para el cafetero emerge del doble lateral Nieto-Chavarría, sociedad poco vistosa pero construcción bastante efectiva para cerrar ese pasillo, aunque Zapater, Francho, Adrián y Sanabria apuntan a seguir en una medular. El Real Zaragoza es un equipo obligado a reinventarse o reinventado por los golpes de timón de Juan Ignacio Martínez, quien prefiere no agitar mucho el once pero lo hace en la búsqueda se soluciones para un equipo sin futbolistas fiables al cien por cien.

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Se apela a La Romareda como elemento inspirador. Por razones que se escapan a la razón, el estadio ejerce una influencia positiva sobre el equipo aragonés, que acostumbra a ganar desde que JIM se hizo cargo del equipo y lo alicató. Fuera es otro cantar. Así se mira el Municipal y sus influencias intangibles como clave para la visita de los asturianos, una especie de santuario bendecido por los resultados más que por el juego. El Sporting acude tocado. Ha perdido tres partidos de forma consecutiva y se aferra al playoff, para lo que necesita imponerse esta noche. Con un laboratorio canterano donde destacan el veterano Javi Fuego, Pedro Díaz y Manu García con Gragera al quite. Y, cómo no, con Djurdjevic, el máximo artillero de la categoría, en un punta de lanza.

La próxima semana, el Real Zaragoza juega en el Anxo Carro, ante un Lugo que quemará sus últimas bazas para salvarse. Por eso conviene ganar hoy, para no afrontar ese cita desde la obligación y la ansiedad viendo en el calendario que el siguiente en pasar por La Romareda es el Espanyol.

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