Más de la mitad de los tantos que lleva el Real Zaragoza, 18, los han conseguido Giuliano (9), Azón (3), Bermejo (3) y Bebé (3) para dar un impulso a una temporada con poco gol y aparecer los cuatro en el momento crucial para certificar la salvación
Se juntaron los cuatro por primera vez en la segunda parte del encuentro ante el Levante y de la conjunción de los espíritus más ofensivos salió un empate en el Ciudad de Valencia con un tremendo disparo de Bermejo. Repitieron ya en la titularidad contra el Granada y el Real Zaragoza protagonizó el mejor partido de la temporada para dejar sin aire a los nazarís, víctimas de un taconazo del renacido Bermejo y de una finalización artesana de Gámez. Se fueron sumando a la causa desde el mercado de invierno caso de Bebé, clave para estirar el equipo y otorgarle un cañón, hasta ese momento dependiente en ataque casi en exclusiva de Giuliano Simeone, sufriendo la falta de pegada y de concreción, y de un Mollejo muy batallador que se fracturó el tobillo. Faltaba descubrir hasta qué punto la reunión de este cuarteto heavy podría cambiar de alguna forma la melancólica música ofensiva del conjunto que entrena Fran Escribá. La alineación de estos futbolistas de diferentes características pero hermanados por una profunda mirada vertical ha tenido un efecto sanador no sólo en la zona más alta, sino en el alma del equipo, mucho más liberado y valiente.
Su aportación ha sido crucial para que el Real Zaragoza alcance la salvación virtual a falta de seis jornadas para el término del torneo, algo que no había conseguido nunca en las diez temporadas que lleva en Segunda y en las que había sufrido para conservar la categoría. Jamás certificó la permanencia antes del antepenúltimo partido, apurando el trago de cicuta casi al máximo. Todavía no lo ha logrado con la calculadora en la mano, pero con el empate de la Ponferradina en Burgos (2-2), acabará esta jornada, con 47 puntos, a once de la frontera que marca los puestos de descenso. Se puede decir que la misión está cumplida gracias a los nueve goles que Giuliano, en su estreno en el profesionalismo, ha firmado poco a poco, dos de ellos este mismo sábado frente al Racing. Bermejo también se ha destapado y ha añadido un par de ellos al único que figuraba hasta ahora en su cuenta, el que logró sobre la bocina ante el Ibiza para vencer en aquella cita agónica de tiempos pasados y bastante peores.
Bebé trajo la salsa y el picante. Acostado a la banda izquierda, donde mejor interpreta el fútbol, debutó con la diana en la última jugada en Andorra. Se ha convertido en el padrino de los chicos, a quien siempre recurrir cuando se cierran todas las puertas. Su maravillosa diana al Alavés apena sirvió para consolar la paliza encajada contra los vascos, pero reapareció en Huesca para adelantar el Real Zaragoza. Su asistencia a Giuliano ha sido el último regalo del caboverdiano. Faltaba Azón, castigado por una lesión rara, casi indetectable entre su poderosa musculatura que le tuvo dos meses y medio entre consultas y el amparo del recuperador Andrés Ubieto, a quien dedicó la diana que consiguió contra el Racing. El ariete llevaba dos tantos en sus esporádicas intervenciones, para abrir el marcador en el empate en casa con el Oviedo y para liderar la remontada en Villarreal saliendo desde el banquillo. Recayó con la Ponferradina y entró en nuevo túnel del que ha salido con la misma luz una vez cogido el ritmo. En total 18 goles entre los cuatro, la mitad de un Real Zaragoza (34) que ha encontrado a tiempo una metralleta con balas de oro.
El equipo ha entrado en una dinámica arrolladora, está convencido que entra el gol si no en una jugada sí en la siguiente. Se ha quitado una presión que tenía agarrotados a los jugadores y ha aparecido un Real Zaragoza voraz y hambriento de gol.
Mientras, los otros equipos que luchan por el asceso, play off o no descender notan ya la presión en sus cabezas y piernas que se congelan y agarrotan.
El Eibar tiene un problema serio.
Viene de perder con el Albacete y se enfrenta al cierzo del Real Zaragoza.
En el subconsciente tendrán lo que les pasó la temporada pasada que acabó con otro año en Segunda.
Una tontería, Alfonso: Simeone lleva 9 goles, no 8
La pregunta que me hago yo señor HERNANDEZ, que hubiera pasado si IVAN AZON , no se hubiera lesionado cree vd que estaríamos más o incluso mejor clasificado, porque el EFECTO IVAN AZON, ha echo efecto en tres jornadas,con dos victorias GRANADA y RACING de SANTANDER y empate en Valencia con la U D. Levante, con 6 goles a favor y 2 encontra y un total de siete puntos en tres partidos .
No sé sí estaría mejor el equipo, pero llevaría seguro diez goles más. Es el ratio de Azón por temporada