La leyenda del invencible

A raíz de una notable racha de resultados, otro espejismo más peligroso que la fe en los milagros se está instalando en la atmósfera: la cantinela incierta de que con la base de este equipo el Real Zaragoza puede postularse al ascenso el próximo curso

La consecución virtual de la permanencia mucho antes de lo previsto después de superar no pocos apuros y las nueve jornadas consecutivas sin perder, coincidentes en las tres últimas con la mejor versión del equipo en la temporada, están estimulando la ilusión de la afición zaragocista, que se ha dejado llevar en algunos casos, y con la legitimidad que le autoriza su grandeza y su indulgencia, por la utopía calculadora para objetivos más ambiciosos. Hay razones, a falta de cinco partidos para el final y sus resultados, para aprobar el trabajo de la plantilla y del entrenador, pero sin obviar que esa nota se establece en el marco del examen de la salvación. Con tiempo por delante para que se baje el telón del curso y con empates y victorias en ocasiones divertidas donde ha emergido un bloque muy fuerte en lo defensivo y más afilado en ataque con el regreso de Iván Azón, otro espejismo más peligroso que la fe en los milagros se está instalando en las sensaciones y las reflexiones: la cantinela que con la base de este grupo y refuerzos en puestos clave se puede atacar el ascenso la próxima campaña. Se supone que Juan Carlos Cordero, no estará en nada de acuerdo con el espejismo de la fiabilidad de una columna vertebral sobre la que cimentar un futuro esperanzador.

Un Real Zaragoza que ha sido incapaz de ganar en cinco de las seis ocasiones en las que ha jugado en superioridad, expone en el colgador de sus recursos muchas limitaciones. En Eibar, este viernes, no sólo se dejó empatar sino que, además, se vio sometido en la posesión real tras la expulsión de Vadillo. Los armeros tuvieron el balón un 58%, mientras que los blanquillos, con uno más desde el minuto 67, se quedaron en 42%. Es un dato que describe las personalidades de dos clubes en las antípodas de sus estructuras. Mientras Gaizka Garitano influyó en el marcador en los cambios gracias a la solvencia de titulares y reservas, Fran Escribá sucumbió a la oquedad de un banquillo sin energía ni prestaciones renovadoras. El técnico volvió a incidir en Pape Gueye, es decir que igualó las fuerzas con los guipuzcoanos porque la sombra del senegalés es imperceptible desde el primer día. Esa decisión es injustificable aun con Azón y Giuliano al límite de la extenuación, porque sin aire en los pulmones son más productivos que el tallo africano en plenitud.

Es cierto que el buen entrenador ha hallado un once para alejarse del peligro y finalizar el ejercicio seguramente con una clasificación digna en comparación con pasajes en los que ha paseado por el abismo. La vuelta de Azón le ha dado fuste a su 1-4-4-2. La curación del ariete y los detalles de primera división de Bebé en ataque han contagiado al resto de sus compañeros. Bermejo, Nieto y Lluís López han sido los mayores beneficiados, muy liberados de las cadenas que los distinguen por su irregularidad. Cristian, Francho, Jair y Giuliano, valores más consistentes, han representado papeles fundamentales en la reacción. Escribá aseguró que si Azón no hubiese estado tanto tiempo en la enfermería, el Real Zaragoza contaría ahora con más puntos, lo que puede ser verdad aun siendo una afirmación oportunista porque el canterano no figuraba entre sus prioridades con Gueye como punta de referencia. El fracaso con el senegalés ha agigantado la figura ya de por sí grande y aumentada por la ausencia del delantero de la cantera.

En 37 jornadas, el conjunto aragonés, en sus mejores y peores momentos, tan sólo hasido capaz de imponerse a uno de los ocho primeros, al Granada. Escribá suma desde su llegada 32 puntos de 62 posibles, un cantidad apreciable que se resumen en siete victorias y once empates por tan sólo cuatro derrotas. El entrenador valenciano ha sabido gestionar y administrar sus escasos bienes con inteligencia, sacudido por, cómo dice, algunas tracas como las de las palizas ante Alavés y Málaga. Los empates en casa frente a los ‘descendidos’ Málaga, Ponferradina y Lugo o el Mirandés han dado también la talla de un Real Zaragoza muy descompensado, con poco gol y un centro del campo en nada consistente. Pensar que existen unos cimientos para un proyecto de altura con, como mucho, 13 jugadores hábiles en el vestuario, uno de ellos un Francés desaparecido, no tiene fundamento alguno. Cristian, Jair, Francho si pule su último pase en zonas avanzadas, Azón, Giuliano y Bebé, estos dos últimos cedidos y con complicadas aunque no imposibles negociaciones para que continúen, son los únicos que tendrían sustancia para un equipo con aspiraciones. Y Francés si se reencuentra.

El resto no ofrecen garantías sólidas por su falta de constancia competitiva. Si acaso como complementos puntuales. Habría que robustecer los laterales, donde Gámez y Nieto, pese a la tenacidad y buen momento del aragonés, dejan siempre dudas; el centro de la defensa con futbolistas más categóricos y una medular que en el mediocentro añora temperamento, clase y desborde, con un par de alas sin extremos naturales y pendientes de que Bermejo tengo un buen día mientras le superan los eclipses, y, por supuesto, el ataque con un 9 que convierta en goles las llamaradas de Giuliano, si sigue, y Azón. Y, cómo no, un segundo portero capaz de ser primero para que si Cristian causa baja por alguna causa no se mastique la tragedia. Cordero está mirando el mercado de Segunda para captar experiencia y apetito, pero antes deberá negociar un buen puñado de salidas de futbolistas heredados del pasado y que apenas aportan algo caso de Vada, Manu Molina, Eugeni, Larrazabal y un Puche tan querido por la grada como banal cada vez que se le reclama. Este Real Zaragoza invencible que empató con el líder carece ahora mismo por completo de un espinazo recio para postularse entre los seis primeros el año que viene. Necesita de todo y que Cordero acierte en un alto porcentaje en sus elecciones dentro de un margen económico todavía por definir. Que esa es otra.

 

 

 

 

 

03 comments on “La leyenda del invencible

  • José Rodríguez Benítez , Direct link to comment

    Creo sinceramente que al REAL ZARAGOZA, para destacarlo como favorito para el ascenso la temporada 2023-24, necesita mucho, cambio y buenos y acertados fichajes, desde un buen portero que le discuta la titularidad a CRISTIAN ALVAREZ, dos buenos laterales, puede que dos centrales, si se van FRANCES y LLUIS , dos buenos centrocsmpistas y dos delanteros y sin son goleadores mejor que mejor . Es decir 8 buenos futbolistas, no creen ustedes que son muchos, habrá dinero, se empeñara más el señor JORGE MAS, en el equipo o su preocupación es más Du negocio el estadio de LA ROMAREDA, esta son las preguntas a contestar y con otra y última ya no se habla tanto de la CANTERA, porque será…

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