El Real Zaragoza corta el fino cristal del Villarreal B (2-0) con goles de Mesa y Francho y un Aguado regio, tres de las cuatro piezas de un sistema utilizado como recurso ocasional y que reclama su permanencia
Fran Escribá tiene un cuadrado dibujado en sus planes de futuro y resulta que le ha salido un rombo respondón, un sistema utilizado por el entrenador durante la pretemporada y en el primer partido de Liga ante el Villarreal para compensar al principio la falta de extremos y en este momento el periodo de acomodo que necesitan Valera y Mollejo. «Benditos los problemas que tengo esta temporada», comentó el entrenador cuando se le cuestionó sobre la diversidad de variantes de la plantilla que Juan Carlos Cordero ha puesto en sus manos. Bendito lo que ya es un problema si puede definirse así el influjo que tuvo en el debut en la competición la formación con Aguado, Francho, Moya y Mesa, los cuatro centrocampistas sobre quienes se fraguó el mejor fútbol de la noche y el triunfo: Mesa y Francho cortaron con sus tantos el fino cristal del filial amarillo en la segunda parte y Aguado confirmó el volumen de un futbolista grande en el corazón del equipo. Con el otro y no menos valioso personaje de Alejandro Dumas en esta historia, Toni Moya, puede que los cuatro mosqueteros reclamen una permanencia mucho mayor.
Los martillos de Azón y Bakis, sin puntería pero percutiendo en la defensa del Villarreal B, permitieron que la medular hypermotion del Real Zaragoza adquiriera un protagonismo capital en la suma de los tres puntos. No fue sencillo herir a los chicos de Miguel Álvarez, cuya media de edad, 21 años es la más baja de la categoría, un coro de chicos de atractiva propuesta que tuvieron en el veterano Ontiveros un caudillo y una tenaz pesadilla para el conjunto aragonés antes de que diera con la clave de la portería de Iker Álvarez, con Azón cruzando en exceso un pase filtrado de Mesa y Bakis explosionando un zurdazo en la mano del arquero tras un centro largo de Francés. Como siempre desde que el Real Zaragoza es Cristian, el rosarino, en su única intervención de la noche, impidió con una parada de su amplio catálogo de maravillas de este y otros mundos que precisamente Ontiveros adelantara a los groguets, resistentes en el primer periodo y altivos de regreso del descanso con un Ferrari inquietante. Pero La Romareda, que estaba deseando venirse abajo en el arranque de este curso con la bandera de la ilusión ondenado al viento de agosto, se derrumbó por completo con un tiro cruzado de Mesa, el fusilero, quien aprovechó la pelea de Azón por un balón que había perdido para iluminar el estadio hasta la ceguera de pasiones.
Con los delanteros ejerciendo de arietes de derribo, los mediocampistas se sintieron liberados y legitimizados para presionar, anticiparse en la salida del adversario y someterle a un estado de ansiedad que el Vilarreal B pagó con varios malos despejes, uno en concreto pegó en el cuerpo de Francho para regresar a su botín derecho y empalmar un lanzamiento potente y colocado que no suele estar en su repertorio pero le cogió con el empeine inspirado. Durante todo ese proceso de paciencia y elaboración antes de tomar ventaja suficiente para un estreno redondo, Marc Aguado acaudilló el rombo con una personalidad y decisión desbordantes lo mismo para luchar en el barro por recuperar un balón dividido que para dirigir a la tropa desde su palacio posicional, un lugar que el mediocentro hizo suyo con Moya de eficaz escudero. Los circuitos que generan estos cuatro futbolistas y sus sincronizados movimientos de apoyo o relevo, con capacidad llegadora además, potenciaron a un Real Zaragoza con rostro ganador.
Sin ser un partido perfecto, algo poco probable en la primera jornada, se vislumbró ya con nitidez que este equipo ha roto con el pasado, que se ha desclavado de la cruz donde su único objetivo era la salvación para tomar un rumbo mucho más atractivo cada fin de semana, también al final de obra. Escribá aprovechó la distancia en el resultado para desmontar el rombo y que fueran cogiendo sensaciones, Enrich, Valera, Bermejo, Mollejo y Grau. El Municipal bailaba sobre la hoguera del triunfo y la certeza de que, efectivamente, el movimiento de aspiraciones se ha elevado con argumentos sólidos. Como, por ejemplo, ese diamante de luz en el punto cardinal donde todo toma cuerpo.
Real Zaragoza: Álvarez, Jair Jr, A. Francés, M. Aguado (Jaume, 81′), Iván (Mollejo, 75′), Maikel M. (Valera, 86′), S. Bakis (Sergi Enrich, 86′), Francho, Nieto, Fran Gámez, Toni Moya (Bermejo, 75′).
Villarreal B: Iker Álvarez, A. Alti, Tasende, Hugo Pérez (A. Gelardo, 78′), Abraham, A. del Moral, Carlo (Requena, 77′), Fores (D. Collado, 66′), J. Ontiveros, Rodrigo (Víctor Moreno, 78′), A. Ferrari (J. Pascual, 66′).
Goles: 1-0, Maikel M. (min. 56); 2-0, Francho (min. 63).
Árbitro: Quintero González amonestó a Fran Gámez y Mollejo por parte del Real Zaragoza; y a Rodrigo, Alti, Ontiveros, Iker Álvarez por parte del Villarreal B.
Buen estreno en el campeonato. Tocó esperar el próximo partido contra el Valladolid. Vi ese partido contra el Gijon y me causó una gran impresión. Tiene un grandisimo equipo, muy bien armado ycon un delantero centro peligrosisimo
Esa partido va a ser una gran prueba para nuestro equipo