El conjunto aragonés se rearma y endurece tras el gol de Francés ante un rival con mucho fútbol al que desquicia con sacrificio táctico para dormir primero
El Valladolid tiene mucho zumo, pero el Real Zaragoza se lo exprimió a partir del gol de Francés en un balón perdido en el área que cazó el central en posición y gesto de ariete. Hasta esa aparición del canterano en el corazón del área, el conjunto de Fran Escribá sufrió sin pelota, con Mesa picando piedra de interior zurdo, lo que redujo la capacidad de llegada del canario y sus intervenciones y aplanó un centro del campo propiedad de los pucelanos. Iván Sánchez por la derecha y Tunde por la izquierda apuñalaban a Nieto y a Gámez, y en la medular sólo Toni Moya ejercía una influencia que resultó capital durante el resto del encuentro. El falso rombo confundió al Real Zaragoza hasta que a la media hora se puso por delante y se rearmó con un vasto, inteligente y rígido despliegue táctico. Se hizo roca y se enrocó para ofrecer una versión menos estética que contra el Villarreal B pero distintiva de un equipo con rasgos de líder. Así se acostó primero, algo que sólo había logrado en esta etapa en Segunda hace siete años naturales, en la primera jornada de la temporada 2016-2017, y puede que se levante el martes en el mismo lugar si se dan una serie de resultados favorables. En cualquier caso, ha hecho pleno en el arranque del campeonato, y en ese doble acierto ha dejado el aroma competitivo que se le suponía.
No lo tuvo fácil en ningún momento. En la recta final, por ejemplo, después de que el VAR invalidara un tanto de Mesa, vio estallar el larguero de Cristian en un disparo de Iván Sánchez y rezó mientras un lanzamiento de Lucas Rosa se iba fuera por un suspiro. Apenas dispuso de ocasiones, salvo en un tiro de Bakis y otro de Mesa, con Azón tan participativo en el desgaste como inocuo en las decisiones finales. El tanto de Francés, también inspeccionado en una noche con horas extras en la sala de revisiones, indujo a la inflexión. Gámez lapidó a Tunde e Iván Sánchez y Monchu acabaron desquiciados, como el resto de sus compañeros, por un estrangulamiento testarudo y agresivo del Real Zaragoza, bien administrado por Escribá en los relevos para compensar el agotamiento por el sobreesfuerzo y por una temperatura infernal. Un paso adelante y una relectura adecuada condujeron el partido a una batalla de equilibrios aunque ligeramente desnivelada a favor de los locales por la autoridad formidable de Moya y por las piernas eternas de Francho. El Valladolid perdió encanto en esa lucha de balones divididos, de ruido de sables en cada cuerpeo, de faltas y ritmo controlado, de una defensa blindada por Francés, Jair y los auxilios de Aguado. Con Cristian contagiando seguridad, flema y aplomo. De nuevo sin visitar la red.
Apenas hubo espacio para pinceladas artísticas. Había que correr, sudar y padecer, pero no como un conjunto menor que se abandona al azar, sino con el carácter de los que eligen su destino. El Valladolid vino a La Romareda, poblada por más de 21.000 almas en pleno mes vacacional de agosto, a tomar las medidas de este Real Zaragoza con cartel. Se encontró con un gallo con espolón, con animal indomesticable y capaz de reinventarse sobre la marcha. Comenzó con dudas por una mala disposición centrocampista, sometido al dominio de un adversario con mayor técnica individual que no supo traducir en el marcador. Después cargó su juego de sentido para destruir y desprenderse de su timidez inicial, unas veces con el corazón, por lo general con el juicio de quien hace de su defecto virtud. Escribá busco más posesión con Bermejo en lugar de Azón, luego fue inyectando oxígeno con Mollejo y Grau donde Moya y Bakis respiraban la tierra quemada de su trabajo. Del Valladolid cayeron un par de gotas más de su néctar en busca del empate, pero el Real Zaragoza le había despojado mucho antes de su jugo con la fe del ganador, del líder.
Real Zaragoza: Cristian; Fran Gámez, Francés, Jair, Nieto; Francho, Aguado, Toni Moya, Maikel Mesa; Iván Azón y Bakis. Sergio Bermejo (71′, Iván Azón), Jaume Grau (81′, Toni Moya), Víctor Mollejo (81′, Sinan Bakis), Germán Valera (90′, Maikel Mesa)
Real Valladolid: Masip; Luis Pérez, Boyomo, Quintana, Escudero; Monchu, De la Hoz; Moro, Iván Sánchez, Tunde y Cédric. Lucas Rosa (45′, Sergio Escudero), Kenedy (45′, Raúl Moro), Joni Montiel (57′, Flavien Enzo Boyomo), Sergio León (57′, Iván Cédric)
Gol 1-0, 30′: Alejandro Francés
Arbitro: Rubén Ávalos Barrera
Tarjetas: Carlos Nieto (13′,Amarilla) Iván Sánchez (49′,Amarilla) Cristian Álvarez (81′,Amarilla) Alberto Quintana (83′,Amarilla) Gaetan Poussin (95′,Amarilla)
Me gustó el equipo. Su gran intensidad y presión hará que sea un equipo muy difícil de ganar.
Haré una pequeña observación: A raíz de la anulación del gol a Mesa el equipo sufrió demasiado.