Jair detiene puñales y clava el suyo

El central lidera con exuberancia el temperamento defensivo del Real Zaragoza para resistir el fino bisturí ofensivo del Tenerife y marcar el gol de la tercera victoria consecutiva (0-1)

El faquir ni se inmutó. Así le cayeran una lluvia de puñales de todo tipo de hojas. Dagas y estiletes. Algún destornillador también. Jair los detuvo todos acompañado por un Francés tan sobrio como eficaz, por fin aquel central de garantías que se ha desprendido del falso encanto de los elogios de la gloria prematura. Entre ambos, el imperturbable Cristian en los momentos críticos y en la caza de drones sobrevolando su área, y Gámez y Nieto manteniendo el tipo con las heridas del martirio inicial que sufrieron, permitieron al Real Zaragoza resistir y ganar con un gol del luso. Sumar tres puntos más contra un rival finísimo en ataque que le hizo todo tipo de cortes en la primera parte. El equipo de Asier Garitano fue un torbellino en ese periodo y verificó a la velocidad del sonido de Luismi Cruz, Roberto López, Waldo y dos laterales de rango superior, Mellot y Nacho, el porqué es uno de los grandes favoritos esta temporada. Escribá sudó frío contemplando semejante oleaje de ataques, propiciados por una elegante y profunda circulación de la pelota que no veían ni Moya, ni Aguado, ni Mesa, con Francho esta vez muy lejos de su radio de acción con galopadas sin compañía. Azón y Bakis se quedaron aislados por completo, desconexión de la que no regresaron en todo el partido. Los canarios disponen de jugadores que encaran, desbordan, proponen e inventan por su cuenta. Pero en esa tarde de navajazos, Jair se elevó por encima del fuego como un guerrero ancestral y lideró el temperamento defensivo del Real Zaragoza, que se queda de nuevo con el liderato como único equipo imbatido del torneo.

Los delanteros, aunque sean dos, no terminan de hallarse. No ven puerta ni se acercan, mezclados sin gracia y previsibles. Es cierto que Bakis y Azón cabalgan solos, pero tampoco abrasan lo más mínimo por su cuenta. Con Mesa sin ángel, el ataque se acható al máximo y la amenaza de la derrota se cernió sobre la laxitud de los centrocampistas en la lucha por los balones divididos. Escribá buscó en Bermejo y Valera lo que a Garitano se le cae de la manos, gente que acelere y frene para avanzar a todos gas. Retiró a Mesa y a un Moya apergaminado para juntar a Francho con Aguado en la cabina de operaciones y el juego del Real Zaragoza tomó otro tono, un color más vivo mientras el Tenerife, sin premio en la fase de máxima inspiración, fue haciéndose más humano. Hay encuentros de los que un futbolista se hace dueño con tiranía. Jair llevaba presidiendo el trono de hierro todo el choque, tragando espadas, y en un centro de Bermejo a balón parado atacó el espacio a la espalda de la retaguardia local para atravesar a Juan Soriano con dos estocadas mientras el portero se reponía de la primera. Si Francés fue el héroe con su tanto contra el Valladolid, el portugués hizo del Heliodoro su particular jardín del edén. Conviene, aun bañado por la euforia, hallar cuanto antes goleadores naturales.

El Real Zaragoza ya dijo que estaba aquí frente al Valladolid. En su primer desplazamiento del curso, con Escribá moviendo piezas frente a una partida que anunciaba jaque mate, ha anunciado que viene para quedarse en la copa del árbol. En este triunfo se comprobó que, efectivamente, en la plantilla hay piezas que cambiar el guión, otro argumento más de fiabilidad competitiva, y que no le hubiese venido nada mal que la guinda de Cordero fuera un canchero con ganas de anudar la cintura de los defensas, algo que le falta al Real Zaragoza para cerrar el círculo. El Tenerife acudió a Ángel y Teto para desequilibrar el armazón armado de Jair. El primero lanzó al palo un tiro cuando los isleños jugaban con diez por expulsión del exzaragocista, quien sobreexcitado tras su entrada al campo le dio un sopapo a Nieto. Acabó Mollejo solo en punta y hubo algún susto de por medio, pero el central portugués y Francés bajo la misma heráldica, con Francho mucho mejor aprovechado de pivote, se habían convertido en un escudo. Nueve de nueve. Un diez.

Real Zaragoza: Cristian Álvarez, Jair, Francés, Nieto, Fran Gámez, Aguado (Jaume, 81′),  Maikel Mesa. (Bermejo, 46′),  Francho,  Toni Moya (Germán V., 46′). Iván Azón (Sergi Enrich, 90′), Bakis (Mollejo, 72′)

CD Tenerife: Juan Soriano, León, Sergio Glez. (Amo, 70′)., Alexandre, R. López (Mo Dauda, 57′), Waldo (Ángel, 70′), Enric Gallego, Mellot, Sipcic (Elady, 82′), Nacho, Luismi Cruz (Teto, 57′).

Goles: 0-1, Jair Jr. (min. 69).

Árbitro: Jon Ander González Esteban amonestó a Sergio González, Amo, Juan Soriano y expulsó a Ángel por parte del Tenerife; y amonestó a Maikel Mesa, Fran Gámez y Francés por parte del Real Zaragoza.

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