Victoria de oro en otro partido ruinoso

El Real Zaragoza de las rotaciones, con uno más desde el minuto 20, frena su mala racha de resultados con un gol de Mollejo y regresa a la zona de ascenso directo, segunda plaza, pero pierde el gobierno del encuentro y se salva gracias a un poste (0-1)

Una ecocardiogafría del partido y sobre todo de la clasificación demostraría que el Real Zaragoza tiene el corazón en su sitio, pero en ese examen se volvería a confirmar que carece de pulso futbolístico, que es un equipo sin patrón de juego que en esta ocasión realizó seis variaciones en la alineación sin conseguir ninguna mejora. Con cambio de sistema incluido el regreso al rombo y con Aguado al timón, calcó sus anteriores actuaciones, presididas por el pase de seguridad y una vacilación constante con el balón en los pies. La pelota le quemó, le molestó y se desprendió de ella en numerosas ocasiones con pases sin precisión. Sólo tuvo un momento de lucidez, propiciado por la expulsión de Bover en el minuto 19 al rasurar el capitán del Andorra con los tacos las encías de Aguado en un balón dividido a ras de césped al que ambos acudieron con furia. La roja permitió al conjunto aragonés ganar metros para que Grau ofreciera una asistencia señorial a la cabeza de Mollejo, quien remató con fuego en los ojos y en la frente. El gol abría un capítulo de teórica tranquilidad y asfaltaba una autopista que condujera a una victoria con más comodidad. Pero el equipo de Escribá, segundo tras el líder Espanyol, es ahora mismo un tractor que circula por las carreteras secundarias de este deporte. No le da para más.

El triunfo es de oro porque le permite frenar la racha de tres jornadas sin ganar, cuatro encajando y dos sin marcar, y le afianza en la zona de ascenso directo. Sin embargo, en el Principado terminó mendigando los tres puntos aun con un rival enfrente en inferioridad durante una hora muy larga. Escribá dio descanso a media docena de futbolistas y renovó la delantera por completo, entregó la batuta a un Aguado menguante con los minutos y le acompañó de Mesa a la derecha y Grau a la izquierda, con Bermejo, otra vez sin aguijón, flotando en las sombras de la mediapunta. Mollejo y Manu Vallejo se encargaron del ataque, si es que en algún momento lo hubo. El conjunto de Eder Sarabia se refugió para tomar aire sin que nadie le asfixiara en espera del descanso para reorganizarse. El Andorra no sólo se posicionó mejor en esa segunda parte, sino que se hizo con el gobierno del juego con más sentido, manejo del esférico, agresividad e incluso profundidad pese a que sus intentos de amenaza no llegaran siquiera al balcón del área de Cristian. Hubo una, en una desajuste de Francés y una rectificación lenta de Lluís López, debutante esta temporada en el once, que dejó a Nieto con todo despejado hacia el meta argentino. Su aceleración y una ligera carga del central catalán pusieron fin a esa peligrosa aventura pero no a la angustia de un Real Zaragoza moroso, tardío y torpe en la elaboración, todo un clásico del despropósito habitual con o sin rotaciones. Con un dibujo o un garabato.

Scheidler, un tallo desgarbado, estuvo cerca de provocar un empate que hubiera tenido bastante de tragedia. En un acción a balón parado, sus compañeros le buscaron y encontraron sus 192 centímetros para que el francés enviara de cabeza y con suspense su remate al palo con Cristian vencido y la defensa en la musarañas, un retaguardia con mínimo pero intenso trabajo en la que de nuevo Borge volvió a destacar por su solvencia. Según se acercaba el final, el Real Zaragoza más muestras daba de cansancio físico y mental pese a que Toni Moya, Azón, Valera y Gámez, el único que aportó algo en sustitución de un Luna con la musculatura agotada, habían entrado para controlar el desbarajuste. Algún peaje tenía que pagar el conjunto aragonés por semejante aberración de partido. No fue en el resultado, sino en la lesión de Cristian, quien se retiró del campo para que debutara Gaetan Poussin sin que al Andorra, más valiente, capaz y orgulloso le alcanzaran las fuerzas para ponerle a prueba. Ni el triunfo ni la privilegiada posición ocultan la crisis de un Real Zaragoza que juega con un corazón sin pulso. No todo vale aunque valga mucho este marcador.

0 – FC Andorra: Dani Martín; ‘Migue’ Leal, Diego Alende, Diego González, Martí Vilà (Pablo Moreno, m.62); Sergio Molina (Álvaro Martín, m. 75), Rubén Bover, Iván Gil, Shabani (‘Petxa’, m. 62), Iker Benito (Julen Lobete, m. 75) y Scheidler (Manu Nieto, m. 88).

1 – Real Zaragoza: Cristian Álvarez (Poussin, m. 81); Marcos Luna (Fran Gámez, m. 67), Alejandro Francés, Lluís López, Andrés Borge; Jaume Grau, Marc Aguado; Sergio Bermejo (Germán Valera, m. 67), Maikel Mesa, Manu Vallejo (Iván Azón, m. 67) y Víctor Mollejo.

Gol: 0-1, M.36: Víctor Mollejo.

Árbitro: Dámaso Arcediano Monescillo (comité Castilla-La Mancha). Mostró roja directa a Rubén Bover (m.18) y amarilla a Iker Benito (m. 49), al técnico Eder Sarabia (m. 59) y a Diego Alende (m.48), del Andorra; y a Jaume Grau (m.12), Marc Aguado (m. 46), Alejandro Francés (m. 54) y Toni Moya (m. 58), del Real Zaragoza.

Incidencias: partido correspondiente a la jornada 9 de la Liga Hypermotion disputado en el Estadio Nacional de Andorra la Vella ante 2.521 espectadores.

03 comments on “Victoria de oro en otro partido ruinoso

  • Félix , Direct link to comment

    Otro malísimo partido 72 minutos con uno más. Veo un grave problema en la lentitud a la hora de hacer circular el balón en la creación y así es muy difícil recibir el balón con espacio suficiente para desbordar, y apenas llegan balones a los puntas. Los pases interminables en la salida del balón son insufribles e inútiles con cero a cero en el marcador. La segunda parte ha sido un recital de pases rapidos y con sentido del Andorra que se presentaba en pocos toques en campo contrario y que no han empatado de milagro. Así va a ser muy difícil mantenerse entre los 6 primeros. Espero equivocarme.

    • Leonaredo , Direct link to comment

      Completamente de acuerdo con Félix, iba a escribir lo mismo.
      Añadir la torpeza persistente del equipo en manejar los partidos en superioridad numérica.
      Tristisimo y desesperante el ver cómo el Andorra dominaba el partido toda la segunda parte. Sólo la suerte, una vez más, evitó un nuevo fiasco. No se rectifica ni mejora.
      Se juega sin intensidad, sin precisión y con muchos nervios. Les quema el balón en los pies.

  • Luceni , Direct link to comment

    Son malos, algunos acabados (Vallejo, Bermejo), blandos, incompatibles, pollos sin cabeza, ni pizca de picardía (véase Alende en el Andorra, que casi provoca un penalti), se caen como hojas al viento (Mollejo, Azón), no controlan el cuerpo a cuerpo, no tienen táctica ni técnica. Pierden oportunidades en franca mayoría clamorosas…Equipazo de Cordero y Sanllehi y Escribá de Balaguer¡¡¡

Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *