Reservar a los titulares contra el Espanyol

Una victoria frente al Espanyol dejaría al Real Zaragoza a las puertas de la salvación. ¿Está preparado el conjunto aragonés para ganar a un equipo inalcanzable en estos momentos? El fútbol te ofrece esa posibilidad, pero la distancia es tan abismal entre ambos que hay que tratar el encuentro desde el sentido común antes que desde el corazón. Un lástima, sí, aunque son malos tiempos para la lírica. El conjunto de Vicente Moreno será de Primera división con un empate en La Romareda y al de JIM, un punto le supondría dar un paso más hacia la permanencia. Sería poca recompensa en otras circunstancias y contra otro rival, pero seamos sinceros, si se alcanza un pacto de no agresión, endulzaría y mucho el amargo trago de un acuerdo antideportivo y desconsiderado con el resto de participantes. Quizás, incluso, forme parte del juego y no sea para rasgarse las vestiduras.

La congestión que se ha producido por abajo invita a buscar los tres puntos frente a los periquitos. Tiene algo de espejismo esa tentación legítima, porque el empate habría que tratarlo dentro del contexto de los compromisos posteriores, ante el Las Palmas y un Castellón donde todo puede quedar resuelto a favor. Si el Espanyol acepta dejar en paz la portería de Cristian, por lo que obtendría la recompensa del ascenso sin más demora, el Real Zaragoza podría enfocar sus dos próximos compromisos con más tranquilidad que en caso de derrota contra las catalanes. «Si salimos a ganarles, nos meterán ocho», dijo ayer un consejero del club aragonés. Perder está dentro de los planes, pero un marcador humillante podría abrir una herida psicológica nada conveniente.

Este partido tiene aún más elipses, cuestiones que alcanzan la estrategia total siempre y cuando el empate se respete de principio a fin. Si es sí, Juan Ignacio Martínez tendría que estudiar un escenario distinto para el encuentro del sábado, que consiste en arriesgar lo mínimo con los futbolistas que va a necesitar al cien por cien para la recta final del torneo y que llegan a esta cita con una sobrecarga de minutos y de responsabilidades. Juanjo Narváez, por ejemplo, está apercibido de sanción, y de recibir una tarjeta más se ausentaría para Las Palmas. Pero no solo sería reservar al colombiano, sino a gran parte del grueso del once titular para protegerse de posibles lesiones u otras inclemencias del juego. Si el marcador no se va a mover, será indiferente quién esté sobre el campo.

Tampoco sería descabellado que si el Espanyol decide competir sin mediar palabra, el Real Zaragoza preservara a sus futbolistas habituales para las dos próximas jornadas. JIM tendrá que valorarlo todo sobre el tablero o tableros que se le presenten, pero en cualquier caso es el mejor partido para no asumir riesgo alguno.

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