A mí que me perdonen, pero en estas circunstancias, y no me vale cualquier cosa, que Pau Sans fuera titular contra el Leganés me parecería lo más razonable e interesante del mundo. Con Bakis y Azón lesionados y sin fecha oficial de regreso, no antes de bien entrado 2024, y comprobado que Sergi Enrich ya dio lo mejor de sus días en este deporte, la presencia del jugador del filial en la alineación del primer equipo en la próxima jornada de Liga sería de lo más natural. El Real Zaragoza está tan desmadejado que este tipo de sugerencias podría parecer una huida hacia adelante, una propuesta suicida que en nada beneficiaría al joven atacante. Ya se sabe. Los veteranos o los fichados son los que deben sacar las castañas del fuego; tiene mucho que perder y poco que ganar; es un encuentro de enorme exigencia para su escasa experiencia en la élite, si esta categoría merece ese sustantivo tan generoso. En dos temporadas ha sido citado en ocho ocasiones, una en la actual, y ha participado en siete encuentros con una presencia máxima en el campo de 25 minutos.
Es cierto que hablamos de un futbolista tierno, aún en el horno de elaboración y que se desconoce cuál será su proyección en el futuro, ese punto de madurez que muy pocas grandes promesas alcanzan. Pero ahora mismo impera el presente, y con el equipo reo de los miedos, es muy probable que Sans no ofrezca soluciones determinantes, pero dentro del inmenso boquete físico y deportivo que se ha producido en el grupo y especialmente en la zona de arriba, sería sin la menor duda un estímulo para sus compañeros y para la afición. Por supuesto para él, debutante nada menos que en La Romareda. Un soplo de aire fresco que descargaría la presión que se respira en la atmósfera, y un movimiento que antes o después se dará por las largas ausencias de los actores principales. Mejor cuanto antes.
En lo poco que se le ha visto con los mayores, se nota que le falta mucho, pero al mismo tiempo se ha vislumbrado que tiene bastante desparpajo, intuición en el área, una conducción de la pelota en zonas influyentes que para sí quisieran algunos, movimientos de delantero moderno y chispa en el remate. Por algo esta joya de la cantera fue renovado el pasado mes de febrero por cuatro temporadas más. Aprovechando la coyuntura, hablaría también, una vez más, de Pablo Cortés. Aquí sí que estoy convencido de que el Real Zaragoza le necesita de inmediato. Por si hay algún valiente que no loco escuchando este artículo.
Foto: el Periódico de Aragón