El Real Zaragoza cierra la primera vuelta como local con el mayor número de derrotas, el cuarto peor bagaje goleador y el cuarto peor registro de puntos sumados en 11 años en Segunda
Mientras la nueva Romareda avanza con la firma de la constitución de la sociedad que impulsará la construcción del futuro estadio, la vieja sigue siendo una ruina deportiva para el Real Zaragoza. Para cualquier equipo que tenga alguna aspiración, ser solvente como local es un requisito innegociable, y los números del conjunto aragonés explican que está enterrando, si no la hecho ya, las opciones de llegar a tiempo de clasificarse al mínimo en la sexta posición. Sus guarismos como local son desoladores en todos los sentidos, equiparables ni no peores a sus temporadas más grises desde que descendiera. Ha cosechado cuatro derrotas (Mirandés, Alcorcón, Eibar y Huesca) el número más alto de derrotas, cuatro, cantidad que iguala los partidos perdidos en la campaña 2018-2019. Asimismo, ha logrado 15 puntos de 33 posibles, sólo por encima de la cantidad que sumó en los cursos 2021-2022 (12), 2018-2019 (11) y 2017-2018 (12).
Su desencuentro con el gol ante su afición es otro dato que confirma las dificultades que el conjunto aragonés atraviesa en su campo y también en los ajenos. Este miércoles añadió dos más a su cuenta, un albarán que incide en los graves problemas que afronta en los últimos cuatro años, influenciado por la pésima elección de los delanteros que deberían ser diferenciales. Al paso del ecuador ha marcado 11 tantos en El Municipal (uno de ellos en propia meta del Eldense), con Mesa (4), Mollejo, Francho, Francés y Valera, Azón y Grau como autores de las dianas. Sólo ha tenido peor puntería en la 2021-2022 (6), en la 2018-2019 (9) y en la 2017-2018 (10). En el curso anterior también firmó 11. El Real Zaragoza, que en el mercado de invierno está obligado a reforzarse en todas las líneas, podría agarrarse al milagro de Natxo González, con 12 puntos y diez goles caseros en estas mismas fechas… Eso sí, más que ver el vaso medio lleno se necesita una botella rebosante de optimismo y resultados para recuperar a La Romareda como ineludible lanzadera.
Tristemente, se han enterra las opciones para estar entre los seis primeros, afirme lo, no tenga dudas, como no las tenemos muchos aficionados. Ahora entramos en el mercado de invierno y bla, bla, para ver si recogemos un golpeador cedido, nada de proyecto a largo plazo, que sea capaz de recuperarse del fracaso en el equipo cedente.
Se acabaron las ilusiones para esta temporada. Parece todo posible, pero el equipo, por más que se refuerce no da para más, y se ve en el terreno de juego.
Así es. No da para más