El conjunto aragonés recibe un tanto de Bautista en el minuto 6 y regresa a su ingenuidad ofensiva frente a un Eibar que tira de oficio para conservar la ventaja
El Sporting le regaló tres caramelos y el Real Zaragoza supo desenvolverlos con astucia para llevarse un triunfo de tronío en el marcador y acudir a Eibar con el chaleco antibalas de Julio Velázquez, un sistema acorazado basado en la máxima concentración defensiva y en el despiste del rival para volarle la tapa de los sesos con un solo disparo, por le general de Maikel Mesa. Con los delanteros en baja forma, lesionados o divorciados de las musas, ese plan ultraconservador exige un aplicado plan de resistencia y, sobre todo, saber muy bien qué hacer con el balón cuando se recupera. La visita a Ipurua se había planificado igual que siempre, pero el conjunto armero hizo volar por los aires el guión preestablecido de los aragoneses muy pronto, en el minuto 6: un paseo largo y diagonal de Matheus sin que nadie le molestara acabó abierto para Tejero, cuyo centro fue rematado de cabeza por Bautista para abrir una herida imposible de cicatrizar durante el resto del encuentro. Con todo por delante, apenas en algunos coletazos se vio a un Real Zaragoza dispuesto por lo menos para el empate, incapaz de amenazar a Luca Zidane salvo en un disparo de Mollejo. En este desplazamiento se ofrecía una golosa oportunidad de aproximarse a la cabeza, pero se confirmó por enésima vez que el Real Zaragoza se disuelve como un azucarillo en ácido antes de llegar al área enemiga, y más en un cita donde el Eibar, penitente en defensa durante todo el curso, se mostró intratable en la ventaja de su única diana.
Empezaron Azón y Mesa en lo más alto del dibujo. Acabaron Enrich y Bakis en sus primeros minutos para el turco, ausente desde octubre por un delicada lesión de rodilla. Velázquez proyectó de inicio su innegociable baraja de cinco defensas y luego tiró de comodines para dejar una zaga de cuatro sin Mouriño y alargar, en teoría, la banda derecha con Zedadka y Valera. También recurrió al indescriptible Manu Vallejo y rediseñó un doble pivote con Francho y Aguado. Mollejo, mientras tanto, se quedó anclado en un puesto que le ha dado popularidad, pero que no explota sus mejores virtudes, muy lejos de su verdadero campo de acción y más aún cuando es necesario reclutarle para el ataque. El Eibar pudo haber cerrado el partido en una primera parte en la que certificó su enorme superioridad de talentos individuales, pero Badía volvió a negarle el gol a Bautista con otra intervención de las que hacen época, felino a unos centímetros del punta. En ese tramo de acoso y derribo, la pelota, manejada con igual delicadeza lo mismo por las botas de Matheus que por las de Zidane, circuló con veneno en varios disparos, entre ellos uno de Vencedor. Entre el portero y Mouriño, firme en los duelos, solventaron ese aluvión para no acudir al descanso con el pleito resuelto para los locales.
El Real Zaragoza de Azón, cada vez menos trascendente, y Mesa como futbolistas más adelantados es un parche por mucho que el mediapunta esté de dulce este ejercicio. También Mollejo de carrilero y chico para todo. A no ser que Bakis traiga un misil nuclear, algo de lo que no ha dispuesto en toda su carrera ni tampoco en las jornadas en las que fue titular antes de visitar la enfermería, al conjunto aragonés no le da para un billete para la promoción. Tendrá días que no habrá quién le gane, pero otros también en los que el triunfo le será imposible. Además, no sólo tiene ese problema. A Toni Moya, quien junto a Guti pareció capital general por delante de la defensa, le atrapó de nuevo la melancolía, traducida en una participación insustancial por lo general. Aguado está sujeto a una posición de carga y descarga de la que no sale beneficiados el jugador ni el equipo, y queda Francho para el transporte de todo el peso, en muchas ocasiones excesivo. Con la medular tan baja de vitaminas creativas, a los adversarios si no sufren desmayos, como ocurrió con un Eibar que concedió a conciencia el balón en la segunda parte, le es es sencillo contener a un ejército cargado de tan buenas intenciones como desposeído de una acción combinativa en los metros finales.
No aprovechó la inercia de resultados el equipo de Julio Velázquez. Ocho partidos sin perder con tres victorias adornándolas y dos porterías a cero de forma consecutiva avalaban su teórica candidatura para dar guerra en este desplazamiento, el sexto del técnico salmantino, que no logra sumar tres puntos lejos de La Romareda. Sin gol, con el motor centrocampista gripado para ofrecer alternativas y suministro a los delanteros, en Ipurua se cayó del guindo nada más comenzar el encuentro. Posiblemente se quede a vivir lo que resta de Liga en su fortaleza, aburrido, jugando al ajedrez contra una sombra, enrocándose a sí mismo. Como rey de la tierra media.
Éibar 1: Luca Zidane; Tejero, Berrocal, Arbilla, Ríos Reina; Matheus, Vencedor (Sergio Álvarez, minuto 72); Mario Soriano (Nolaskoaín, minuto 63), Aketxe (Corpas, minuto 72), Stoichkov; y Bautista (Sergio León, minuto 84).
Real Zaragoza 0: Edgar Badía; Fran Gámez (Zedadka, minuto 46), Mouriño (Sinan Bakis, minuto 78), Lluís López, Francés, Mollejo; Marc Aguado, Francho, Toni Moya (Valera, minuto 46); Maikel Mesa (Manu Vallejo, minuto 86), e Iván Azón (Sergi Enrich, minuto 63).
Árbitro: Trujillo Suárez, del colegio canario. Mostró cartulina amarilla a Berrocal y Matheus, por el Éibar.
Gol: 1-0, minuto 6: Bautista.
Incidencias: partido correspondiente la vigésimo sexta jornada de liga, disputado en Ipurúa con la presencia de más de 300 zaragocistas en las gradas. Los jugadores del Real Zaragoza saltaron al campo con camisetas con el lema «Fuerza Guti», en apoyo a su compañero, lesionado de gravedad en la última jornada.
🎥 Las palabras de Julio Velázquez pic.twitter.com/pvlbms0cTk
— Real Zaragoza 🦁 (@RealZaragoza) February 11, 2024
Se cumplieron mis temores: Si se adelantan en el marcador, partido perdido. Se jugó relativamente bien en la segunda parte al menos en la recuperación del balón, gracias a un mayor despliegue físico, pero impotencia, lentitud y desorden, cuando se llegaba a las cercanías del área contraria, como siempre.
Espero que se califique con un insuficiente la actuación de Azon, Mesa y sus relevos
Ay esta plantilla con otro entrenador, con la mediocridad de 2ª sería posible aspirar a entrar en los play off.
Por líneas la portería brillantísima, la defensa con todos los apuntes del amanuense el juntar a Tejero con Mollejo lo pagas, el dorsal 18 a lo suyo un tobogán, no sería suficiente con Mouriño/Francés para defender el centro jugando con dos laterales, sobre todo da grima ver a Mollejo/Valera tener que recorrer 70 metros hasta el área rival, Francés IMPERIAL.
El centro del campo con el dorsal 21 rindiendo cuando los partidos van de cara y no hay mucha disputa, Aguado fenomenal dejándose la piel en los duelos, Francho en su línea el único capaz de romper líneas, y el jugador de más calidad que tenemos Mesa con este esquema sintiéndose un pulpo en un garage, arriba Azón el día que le pasen un balón para jugarlo con ventaja debería peregrinar hasta El Pilar, el alineador decidio jugar con diez sacando al terreno de juego al dorsal 23, no hubiese sido más productivo darle más minutos a Bakis.
Finalmente, la lectura del partido por parte de Julillo el del Staf en rueda de prensa, «hemos defendido mal en bloque bajo en la primera parte», «en la 2ª hemos sometido al Eibar que es un rival complejo en un dificil contexto», todo chau chau, el Eibar ha jugado a todo lo que ha querido en todo el partido es un equipo superior al nuestro y en la segunda parte nos ha dejado el balón, cuantas paradas ha hecho Luca Zidane? menudo tropezón como dice Alfonso tras caer del guindo del chau chau.
El equipo da para lo que da. Sin un centrocampista organizador hace muchos años y sin gol. A buscar esos 50 puntos salvadores y otro año más en el infierno.