Las señales de cambio de ciclo, de empezar a estar fuera de la nueva rutina, de recordar el pasado más que de programar el futuro, te indican que debes dejar que se produzca esa transición dejando el hueco necesario para que siga su camino. Dentro de unos años, como en la moda, se volverán a utilizar indumentarias que a los más jóvenes les parecerán sorprendentes. Como los discos de vinilo que ahora se venden más que en los años ochenta del siglo pasado cuando entonces se despreciaban con la llegada de los CD y se vendían a un euro en los mercadillos.
Recuerdo cuando nos reuníamos Ricardo Malumbres y yo en 1991 con un importante político actual en su despacho de abogado del antiguo edificio del SEPU en el Paseo de la Independencia. Era el momento previo a la conversión de los clubes deportivos en sociedades anónimas y además de Alfonso Soláns Serrano había otros empresarios y personas interesados en la compra del Real Zaragoza o formar parte del consejo de administración. Malumbres fue presidente de Cruz Roja en Aragón además de un prestigioso médico y un zaragocista impenitente, incluso llegó a ser vicepresidente blanquillo en tiempos de «Los magníficos». Había un letrado veterano de un gran prestigio, fallecido hace ya varios años, que aportaba sus contactos y conocimientos para aconsejar a su amigo Ricardo mientras que en mí recaía la responsabilidad de organizar la comunicación y actualizarla a los tiempos actuales. Pero, al parecer, ese gran hombre de las leyes estaba a caballo entre varios candidatos y trasladaba a quienes iban perfilándose como más poderosos económicamente la estrategia de sus adversarios. Se hizo al final con la mayoría de las acciones Alfonso Soláns con importantes contactos en la política (fue concejal de Tráfico y la Policía Municipal durante trece años) y en los negocios con Pikolín.
Ahora somos testigos de algo impensable por aquel entonces, la propiedad de inversores sin vinculación con Zaragoza y con intereses en otros negocios asociados con el fútbol, la comunicación y procedentes de varios países. Con la presencia de los empresarios de la oligarquía de la comunicación, la construcción, la banca, la nieve y políticos dentro de su órbita.