Estamos asistiendo a una serie de acontecimientos que marcan el poder de quienes manejan los medios de comunicación. De reventar los programas de radio y televisión con el «piquito» de Rubiales, la canción «Zorras» elegida para Eurovisión, el «caso Begoña», la incorporación de Broncano a RTVE, la unión de PP con PSOE para votar a favor de la regularización de medio millón de inmigrantes ilegales, el postureo inconsciente de unos y de otros sobre la guerra entre Israel y Palestina o la independencia de Cataluña asegurada por los independentistas, son asuntos utilizados para que la opinión pública se radicalice y los problemas políticos, económicos y sociales de este país pasen a un segundo plano. Lo mismo ocurre con el fútbol en las alturas de Primera División o en las profundidades de Segunda, se llame como se llame publicitariamente. O surgen nombres de futbolistas que supuestamente tiene fichados el Real Zaragoza o se producen las amenazas de Víctor Fernández con su continuidad en la rueda de prensa previa al partido contra el Levante. Incluso se habla de un nuevo director general que es el asesor presidencial de Jorge Mas en Miami después de quince años en el Celta.
El club apenas aporta información más allá de las comparecencias de jugadores y técnico, imágenes de los entrenamientos, presencia de miembros de la plantilla en la tienda del Real Zaragoza en la calle Alfonso fotografiándose con los aficionados o cumpleaños de exfutbolistas blanquillos. Cuando no es la transmisión a través de su canal de YouTube de la presentación de la Nueva Romareda por el arquitecto de IDOM César Azcárate sin respuesta prácticamente por parte de la oposición política y después de la derrota en Valencia. Los dueños de radios, televisiones y periódicos forman grupos compactos que se encuentran en todos los asuntos de interés económico. En Zaragoza y en el resto de España, porque las ciudades sin importancia política por la población de su territorio autonómico o su dependencia de los líderes nacionales son como las emisoras locales, ofrecen su información en las desconexiones de la cadena y entran con cuentagotas en los informativos o programas a nivel nacional. Pintamos lo que Pichorras en Pastriz y aunque no lo asumimos nos lo dicen todos los días.
¡Qué bien definida la situación!