El equipo, que ha logrado 9 de 21 puntos con el nuevo entrenador, sólo por encima de siete conjuntos en siete partidos, ve cómo se reduce la distancia con el descenso a cinco puntos, dos menos de los que tenía cuando el técnico se hizo cargo del puesto
No hay más cera de la que arde, y Víctor Fernández, tocando aquí y retocando allá con una cerilla muy corta y cinco defensas en los dos últimos partidos, algo a lo que ha tenido que rendirse frente a la improductividad de otras soluciones, ha sumado nueve puntos de 21 posibles desde que se sentó en el banquillo. La clasificación en esos siete encuentros muestra al Real Zaragoza en la 11ª posición, empatado con Racing (9), Sporting (9), Villarreal (9), Levante (9) y Tenerife (9). Esos nueve puntos están por debajo del rendimiento de otros diez clubes en este periodo y sólo por encima de siete, Elche (8), Andorra (8), Oviedo (8), Huesca (6), Burgos (6), Mirandés (5) y Eldense (2). Al margen de las sensaciones, que fluctúan sobre la paradoja de un equipo más lanzado en ataque y un fútbol que continúa estampado frente al área, donde llega con mayor frecuencia pero con idéntica ceguera combinativa, el botín es muy tímido. Esa cantidad y la extrema pobreza e irregularidad de la categoría -sólo hace falta echar un ojeada a la locura de resultados de esta jornada– le han colocado en una situación alarmante de nuevo con un colchón de cinco puntos sobre la permanencia, el objetivo poco heroico pero imprescindible cuando se apostó por el técnico zaragozano y la horquilla con la zona roja era de siete, dos más.
No se ha conseguido una reacción ni siquiera una conservación de las distancias con la amenaza. Lo que parecía cuestión de un triunfo más en los cinco partidos que restan para zanjar el asunto y un nuevo fracaso para saludar a las 12ª temporada consecutiva en Segunda y un supuesto proyecto de ascenso en el laboratorio de las eternas promesas más o menos subliminales, se ha transformado en una mayor exigencia. La supuesta influencia que iba a ejercer Víctor Fernández no sirve por el momento. Quizás, sólo como apunte a pie de página, habría que recordar los 15 puntos con Escribá en las primeras jornadas… O que Azón y Liso han tirado del carro por su riesgo y cuenta, sin pizarra ni cuentos chinos, en dos instantes críticos. La mala salud de este equipo sigue vigente, acentuada con marcadores como el triunfo de hoy del Albacete sobre el Eibar que ha desatado una tormenta por abajo. Cuenta con 46 puntos y el Alcorcón y el Mirandés, sus perseguidores de referencia, disponen de 41.
Dos victorias, dos derrotas y tres empates. Nueve puntos contra rivales que en la primera vuelta se habían logrado ocho aunque con mejor renta goleadora ahora. Entonces se ganó al Leganés (1-0) y al Tenerife (0-1), se igualó con Levante (2-2) y el Espanyol (1-1) y se perdió con el Mirandés (0-1), el Elche (2-0) y el Huesca (0-2). Su juego, mortecino y conservador, no se ha desprendido de las múltiples carencias que arrastra la plantilla. Corre que te corre, penalti a penalti, en lo único que ha crecido, que no es asunto baladí, es en rebeldía contra la rendición: en El Alcoraz remontó y este sábado golpeó la aldaba hasta el último segundo para igualar. En el aspecto individual, las mejorías con Víctor se ciñen a la recuperación de Aguado y por momentos de Moya, a un Azón más percusor y a la frescura juvenil de Liso, su apuesta. Francés y Mesa militan en otra liga y el resto no ha experimentado reactivación alguna. Más bien al contrario en los casos de Jair y Valera, antes piezas de cierto valor, mientras Bakis lidera la cruzada de los rescates imposibles para competir sin sobresaltos, entre quienes siguen figurando Lluís López, Zedadka, Gámez, Vallejo, Enrich, Poussin, Rebollo, Grau y el delicado Lecoeuche. Mollejo, Francho, Borge, Guti y Nieto están en la enfermería, pero Escribá y Velázquez también hicieron frente a una tropa de lesionados, por lo que no sirve de comodín para justificar que el sexto limite salarial más alto esté todavía pendiente de salvarse. Sanllehí y Cordero tendrán que dar una explicación.
En Butarque tuvo más ocasiones, aunque la mayoría procedieran de disparos lejanos, y fue superior en todos los datos del encuentro, desde la posesión (63%) hasta los tiros a puerta (17), pero su acostumbrada mala puntería y los guantes de Diego Conde no le dieron para vencer al Leganés. Daba la impresión de que el mar estaba en calma y de repente se ha desatado un tsunami que tendrá que esquivar antes de que le alcance. La causa no es tanto que los implicados en la lucha por la supervivencia hayan reaccionado a la brava como que el Real Zaragoza se haya quedado muy escaso de provisiones desde que Víctor Fernández intenta abastecer a un conjunto muy desnutrido.
Clasificación de las últimas siete jornadas
Valladolid 16
Amorebieta 14
Eibar 12
Leganés 11
Espanyol 11
Cartagena 11
Albacete 11
Alcorcón 11
Ferrol 10
Racing 9
Real Zaragoza 9
Sporting 9
Levante 9
Villarreal 9
Tenerife 9
Elche 8
Andorra 8
Oviedo 8
Mirandés 8
Huesca 6
Burgos 6
Eldense 2
Nos están vendiendo que la 2ª División está loca y no es cierto ha ocurrido siempre en todas las categorías, equipos con miedo a ganar (Leganes/Sporting), equipos con la temporada cerrada (Ferrol), equipos que redoblan sus esfuerzos con el objetivo de la salvación (Alcorcon/Albacete/Cartagena), todo ello para tapar la desastrosa temporada del Real Zaragoza, retrocedo en el tiempo a los inicios de campaña los zaragocistas dimos un paso adelante no era posible hacer más socios por estar lleno el cupo, la respuesta una temporada nefasta, vulgar y no acorde con la expectiva mostrada, como decimos en esta tierra «somos tontos pero no del todo» estamos HARTOS.