Empezaron hace años con la información deportiva, con los periodistas veteranos de un recorrido histórico en las últimas décadas. Los medios intentaban reponerse de sus crisis económicas porque la sociedad ha cambiado y la prensa en papel, la radio en directo y las tertulias en televisión están pasando de moda. La atención del espectador más joven desciende a los pocos segundos, se aburre aún viendo fútbol, y la solución fue premiar con publicidad del Gobierno, Comunidad Autónoma, Diputaciones, Comarcas y Ayuntamientos las vacías arcas de los medios. A unos sí, a otros no, según su ideología. Se abrieron algunas posibilidades digitales, plataformas en X, twitch o YouTube muy fidelizadas y molestas al poder porque no se podían controlar; o te suspendían por algún algoritmo la cuenta o lo dejabas por la falta de acceso a entrevistas o información. Al final, por lo menos aquí, todos están juntos; grupos de comunicación, constructores, banca, sectas religiosas, políticos e hijos ilustres de familias socialmente enaltecidas.
Por eso no me sorprende el intento de discriminar a los medios a favor y en contra, además de intentar acallar a los comunicadores desfavorables y enviar a hordas de serviles hipnotizados a realizar el trabajo sucio en la red. Rumores, bulos, desinformación y mala fe han existido siempre. Por eso desde la democracia los jueces, tras la denuncia correspondiente, han obligado a rectificar, han multado e incluso han enviado a prisión a los mentirosos. Ahora, o estás conmigo o estás contra mí. Es la historia de Nerón que culpó a los cristianos del incendio de Roma mientras disfrutaba tocando la lira observando las llamas devorando la ciudad y pensando en cómo usaría la venganza reclamada por el pueblo para que la sangre saciase su sed. Mandó matar a su madre, mantuvo sin actividad el senado y escapó cuando toda la sociedad romana se levantó contra él. No tuvo arrestos ni para suicidarse y fue uno de sus siervos quien le apuñaló antes de ser capturado. La historia se repite y, al final, supuestos héroes o asentadas oligarquías terminan cayendo. Tarde o temprano.
La prensa es la artillería de la libertad, un pequeño matiz en cuanto a la prensa depotiva debe entender que hoy en día los zaragocistas vemos todos los partidos incluidos los que nuestro Club juega fuera, ya no compramos motos usadas e inservibles.
Claramente, vivimos el peor momento del periodismo. Al menos, así lo sentimos generaciones veteranas.