El equipo aragonés es, junto al Alcorcón, el que menos tantos ha logrado en el juego aéreo
Para estar arriba hay que hacer goles de todas las facturas. Sin duda, el dominio del juego aéreo ofensivo en las acciones a balón parado y con el juego en marcha debe ser una herramienta si no imprescindible sí muy recomendable. El Real Zaragoza, entre todas sus deficiencias y con acento especial en sus ya célebres problemas para pisar el área o para ajustar la puntería cuando entra en esa parcela, padece además de mal de altura: es, junto al Alcorcón, el equipo que menos goles ha conseguido de cabeza, una de las muchas consecuencias por las que vive todavía en la habitación del pánico de Segunda. Así sólo ha marcado tres de sus 37 tantos, una cifra que revela las complicaciones que encuentra cuando la pelota se eleva en busca de un rematador, en especial de Iván Azón, quien todavía no se ha estrenado por esa vía. El ariete ha firmado cuatro dianas, pero ninguna en la suerte que mejor maneja. De sus compañeros de posición, ninguno se ha estrenado ni siquiera con los pies, con un Bakis que pese a sus 186 centímetros no se distingue precisamente por su fama de bombardero.
El juego exterior, de bajísima repercusión por la mínima expresión de extremos en la plantilla, apenas Valera, o potenciado sin demasiada productividad por los carrileros cuando se ha dispuesto una alineación con tres centrales, es casi testimonial. Si se alcanza el fondo del campo, los centros suelen pecar de imprecisos, y si recurre a corners o faltas directas, con Moya como principal ejecutor, los defensores salen ganadores en la mayoría de las ocasiones. A falta de cuatro partidos, en la lista de cabeceadores certeros tan sólo figuran Víctor Mollejo y Maikel Mesa. El atacante cedido por el Atlético posee potencia en el salto para ganar prolongaciones, y cuando se persona por sorpresa desde la segunda línea, siempre ataca el balón con una decisión arrebatadora y valiente. Al igual que Azón, lleva cuatro goles, dos de ellos con un par de frentazos. El primero le dio al Real Zaragoza los tres puntos en Andorra tras concluir una asistencia de Jaume Grau desde la izquierda y el segundo para abrir el marcador contra el Levante en La Romareda, un bello vuelo en plancha después de un geométrico centro de Francho sobre la marcha. En ese mismo encuentro que los valencianos terminarían empatando, Mesa puso el 2-0 con un académico giro de cuello a un pase de Gámez.
Las dos temporadas anteriores tampoco lució el conjunto aragonés en este aspecto, con cinco dianas en cada curso. En la 2020-2021, sobre todo desde que Juan Ignacio Martínez se hizo cargo del banquillo, el Real Zaragoza logró 12 tantos en total, con uno todavía en la cabecera de la leyenda, el inolvidable de Cristián Álvarez para igualar en Lugo en una de las últimas jugadas del encuentro. En este ejercicio, a la azotea se asoman con poderío los mejor clasificados. 12 goles de testarazos han conseguido Leganés, Valladolid, Éibar y Real Oviedo, este el próximo rival en el Carlos Tartiere. El Éibar es el líder con 13 y el Eldense, en una situación comprometida, es otro de los que, con 10, mejor rédito saca al vuelo de sus delanteros, gracias en parte a las siete asistencias de Marc Mateu. Un único peldaño por encima de Real Zaragoza y Alcorcón está el Tenerife con cuatro.