Víctor Fernández, gran beneficiado de un aval emocional, aboga por la limpieza sin sentimentalismos en un Real Zaragoza ‘franquicia’ que, ahora mismo, apenas tiene jugadores en plantilla con proyección de ascenso
Tiene toda la razón del mundo Víctor Fernández: si el Real Zaragoza aspira a luchar por el ascenso directo, tiene que echar abajo el vestuario y construir uno nuevo, una deducción de pura lógica que aun así no será sencilla. De la misma manera, podría utilizar el martillo hidráulico consigo mismo, un técnico que desde hace una década tiene mucha más prensa que fiabilidad. Lo primero está en marcha con Juan Carlos Cordero intentando derribar su propia obra; lo segundo es inviable porque quien maneja los mandos de la cabina es el propio entrenador, blindado precisamente por el sentimentalismo de sus logros del siglo pasado, de esa carga emocional de la que reniega para rehacer un equipo por completo pero que abraza como principal argumento de su continuidad y supuesta jerarquía en el proyecto. En cualquier caso, y después de haber perdido a Ander Herrera como gran referencia futbolística y anzuelo para el corazón del aficionado y de jugadores interesados en esta empresa, su plan es el correcto como ratifican los pobres resultados de la campaña recién acabada de la que también ha formado parte y de la espantosa política deportiva de cursos anteriores. La incógnita por despejar se centra no tanto en la capacidad de Víctor como comandante sino en descubrir hasta qué punto el club aragonés, franquicia cada vez menos encubierta del Atlético de Madrid, dispondrá de la bendición de Miguel Ángel Gil y sus súbditos, los consejeros Mariano Aguilar y Emilio Cruz y el director general, Fernando López (hoy ha sido presentado a los empleados), para entregar las herramientas adecuadas al director deportivo y al técnico para luchar por el regreso a la élite después de doce años en Segunda. Todo se va a cocer en Madrid, donde la multipropiedad tiene su centro de operaciones.
Confirmado desde el primer momento del desembarco que la nueva Romareda es la joya de la corona del fondo de inversión al que pone rostro institucional y poco más el estadounidense Jorge Mas, objetivo que exigía una innegociable reducción de la deuda por parte de las administraciones públicas y de LaLiga, la punta del iceberg colchonero ha desperdiciado, o despreciado, dos temporadas para configurar un equipo que fuera cogiendo espíritu de alta competición. El Real Zaragoza ha sido un segundo plato. En este tercer intento, básicamente por la insistencia de la prensa en señalar a Víctor como el personaje imprescindible para subir a Primera por la vía directa, se ha originado un optimismo desbordante. En este punto, habría que establecer una duda razonable de cara a ese futuro: si el entrenador, como ya ocurrió cuando fue fichado para evitar el descenso por su capacidad para contener y apaciguar un ambiente hostil, no estaría, consciente o no de ello, siendo utilizado como pieza ilusionante y sobre todo pacificadora en otro proceso sin excesiva ambición. De la reunión de Madrid donde se establecieron algunas pautas, el técnico salió convencido y de la mano de Juan Carlos Cordero, una sociedad sin duda aceptada de malagana por ambos pero a la que deberán dar la mayor sintonía posible en un trayecto señalado por la profunda renovación de la plantilla, que necesitará obligatoriamente el impulso de las sinergias.
¿Renovación o revolución? Una mirada fija al ascenso pide una mutación formidable, lo que implica en primer lugar la negociación para desprenderse, con acuerdo o por medio de préstamo, de futbolistas con contrato en vigor que han ofrecido un nivel ínfimo. Anunciado el regreso de todos los cedidos a sus orígenes (Valera, Mollejo, Manu Vallejo, Mouriño, Zedadka, Badía, Guti), sólo el central uruguayo, el portero y el centrocampista canterano tendrían un lugar en una empresa de máxima aspiración. Los tres, sin embargo, será muy complicado que vuelvan con un ligera puerta abierta al guardameta, mientras la grave lesión de rótula del aragonés, con contrato en el Elche hasta 2026, desaconseja un nueva apuesta. El destino del charrúa, según han decidido desde el Metropolitano, le llevará a una categoría superior para acentuar su crecimiento. La no renovación de Fran Gámez ha supuesto el pistoletazo de salida a una planificación todavía en pañales. Había cumplido con decoro en un contexto de supervivencia –15 asistencias–, pero su adiós no supondrá un drama. A Cordero le espera otro verano incendiario –más que el anterior– para buscar la desvinculación de Bakis, Poussin, Rebollo, Lecoeuche y Sergi Enrich, es decir de un buen puñado de euros obligatorios para afrontar otras maniobras. La losa de Sabin Merino, vinculado hasta 2025, será otra piedra en el camino para el director deportivo, y no menos la de Sergio Bermejo.
La incertidumbre, o la certeza, se ha posado en futbolistas como Maikel Mesa, quien pese a sus valiosos 11 goles, ha dejado poca sustancia en el juego colectivo. El tinerfeño ya tiene pretendientes y el club le ha puesto precio sin ansiedades por su salida, próximo al medio millón de euros. Jaume Grau ha consumido su credibilidad en una medular donde Toni Moya ha estado muy por debajo de la presencia que se le suponía, aunque su calidad y no su regularidad le van a mantener en el grupo de los pocos elegidos, con Lluís López en ese alero en el que se mantiene como discontinuo recurso defensivo. En la portería hay un problema importante. Rebollo está descartado. No es esa la cuestión más peliaguda. Cristian Álvarez, con 38 años y una temporada plagada de lesiones, podría recibir una llamada de los despachos para explicarle un nuevo rol menos influyente frente a la necesaria renovación en ese puesto. El excelente arquero argentino se ha ganado por méritos propios el respeto y el cariño de la afición y la ciudad. No obstante, hay dudas sobre si volverá a ser el mismo, un asunto pendiente y que además de con delicadeza deberá tratarse principalmente en beneficio de la entidad. Fuera de la lucha por la titularidad que viene, sin embargo, resulta difícil imaginarle salvo que la naturaleza se lo niegue. Quien no lo tiene más sencillo es otro clásico, Jair Amador, cuyas prestaciones han ido progresivamente a la baja sin mucho margen para el retorno al central poderoso que fue.
Alejandro Francés, mucho más que el ya descartado Ander Herrera en términos de productividad efectiva a largo plazo, sería un de las piezas clave del actual vestuario para ese porvenir colorista. Está con pie y medio fuera en su travesía natural hacia otras cumbres. Conservarle es un sueño y se intentará, pero su marcha se antoja inevitable y comprensible. Habría que renovarle antes de que se convirtiera en agente libre… Su venta, establecida en los 12 millones de su cláusula pero que se reduciría bastante, está próxima. De los canteranos, Nieto (muy lejos aún de su recuperación), Francho, Aguado y Azón finalizan relación contractual en 2025, por los que sus casos también deben ser atendidos con relativa urgencia. ¿Son futbolistas con crédito suficiente para tener un sitio en un bloque de altos vuelos? Su condición de aventajados cachorros de la Ciudad Deportiva y, sobre todo, de su incuestionable aportación durante las últimas cuatro campañas para que el Real Zaragoza esté a estas horas en el fútbol profesional, les otorga un bonus de simpatía y agradecimiento. No obstante, su millonaria aportación en cuento a compromiso y esfuerzos sigue pendiente de que suban varios escalones de tecnificación. El caso de Aguado es distinto. Es un centrocampista con una relación más cuidada con el balón y con una sensibilidad e interpretación del juego muy notables. Pero Aguado apenas ha rozado el suficiente en su primera experiencia larga con el primer equipo. Necesita muscular la personalidad que tiene, imponer su capacidad de regidor. Todos ellos, sin duda, encajan como al menos secundarios en un plantel de competición severa. Borge, un lateral cumplidor, firmó hasta 2027, al igual que Adrián Liso, posiblemente junto a Francés el más preparado para un Real Zaragoza insaciable. Luna, de vuelta del Real Unión, termina relación en 2026.
Con casi dos meses por delante para que arranque el campeonato, la casa necesita una remodelación hasta en los cimientos. Acude una vez más la sospecha de que Víctor Fernández y Juan Carlos Cordero logren reunir una nómina de jugadores que solicita de todo: porteros, centrales, laterales, mediocampistas de pulmón y músculo ancho, extremos por ambas orillas y delanteros con el gol. Con el Atlético de Madrid al mando, el Real Zaragoza se mueve entre interrogantes por mucho que la prensa entusiasta, interesada o confundida cante el Mester de Juglaría por todos los rincones de la afición.
Acertada descripción de la realidad.
Lo primero que VF y Cordero se entiendan. Luego con el dinero que haya tener suerte y acertar. Los casos de Bakis y Poussin eran imprevisibles, como la lesión de Guti, el de las lesiones de Cristian no tanto. Cuando todos los años necesitas cambiar medio equipo, la suerte en el acierto de los relevos es fundamental.
Hay que tener paciencia, el nuevo Director General solo tardará un par de años en ubicarse saber donde está que exigencias existen y que significa el Real Zaragoza.
Mientras para esta campaña que viene el que bala, utilizará la conexión francesa de nuevo? Poussin, Lecoueche, Zedadka jugadores sin nivel ni fisíco ni balompédico, los 3 jugadores cedidos que pueden coincidir de un mismo Club volverán a ser de nuestro equipo madre Atletico de Madrid? Valera/Mollejo/Mouriño, las relaciones con las dos canteras más importantes de este país seguirán siendo inexistentes? Real Madrid/Barcelona, y lo más importante donde esta la labor de ojeador durante todo el año? para intentar fichar a Ander Herrera no hace falta ir a Harvard, Avelino Chaves cuanto te echamos de menos.
El silencio nos haría cómplices.
Lo siento. Pobre Zaragoza y pobre Aragón, ¡cuánta mezquindad desbordada!. No hay proyecto alguno deportivo en el Zaragoza SLL, como todos estos años. Los peores «periodistas» deportivos de España campan por las redacciones de Aragón, solo venden las motos que les dicen que vendan, que pena. Los de Aragón Televisión, por ejemplo, no tienen vergüenza ética, ni se miran en otros espejos. El presentador ese tan chulesco e incompetente, «aquí estamos los de deportes, unos 15 minutos poco más», que gilipollez de presentación para nunca decir nada. Todo es patético. Alguien dijo, «se puede engañar a todos una vez, a muchos un tiempo , pero no se puede engañar a todo el mundo todo el tiempo». Pues bien, ese axioma no se cumple con los zaragocistas, que son engañados como niños cada temporada. Todo lo que os cuentan son bulos, como si esta mini sociedad, franquicia del Atletico, fuera una sucursal de Vox o del tal Albice. Qué pena. El que se ha vendido por cuatro perras a los nuevos dueños fantasmas es el Víctor, o eso parece, así acabarán con el último mito viviente del zaragocismo, y de esa manera se acabará la leyenda del Zaragoza, al tiempo. Cómo vais a subir sin leyenda, ni épica, sin campo, sin equipo, sin inversión y con Tebas de enemigo visceral, que ya os avisó que no lo haríais en más de una década. No sean ustedes ilusos. El Zaragoza de primera murió para siempre con la Recopa y con aquel Víctor joven. Nadie se atreverá a preguntar a Ander Herrera porqué no vino a su Zaragoza, que se lo pregunten a los consejeros de papá Atletico de Madrid del tío Gilito. ¡¡¡¡Qué penita y qué dolor maños¡¡¡¡¡ Os saluda un chaval que veía a estrellas del fútbol mundial desde el Gol Sur de la Romareda, como Gerson, Pelé, Jairzinho, Netzer, Amancio, Gento, Marcelino, Lapetra, Villa, Canario, Seminario, Arrúa, Violeta, Reija, etc.