El equipo médico informó al director deportivo de que existía un problema de úlceras en la rodilla derecha del delantero que derivaron en una meniscopatía, pero el ejecutivo no lo considero suficiente para abortar la contratación más cara
Juan Carlos Cordero quiere colocar a Sinan Bakis lo más lejos posible del Real Zaragoza, en Turquía según apunta la prensa otomana en las últimas horas (el Ankaragücü), pero lo que no tendrá fácil es liberar la carga económica de los 800.000 euros anuales que firmó el pasado verano por hacerse con los servicios durante tres temporadas de un jugador que físicamente no llegaba al cien por cien. La docena de goles que había hecho el turco en el Andorra en su primera experiencia en el fútbol español sedujeron al ejecutivo hasta tal punto que asumió el riesgo que le comunicó el equipo médico cuando el atacante pasó el reconocimiento: su rodilla derecha presentaba una serie de úlceras en el cartílago que podrían poner en peligro su rendimiento en el futuro. Sin embargo, se consideró por ambas partes que la articulación era apta para soportar la carga de esfuerzos y Cordero dio su visto bueno a la contratación más cara del pasado verano, un auténtica pesadilla y un derroche que ahora pretende minimizar para soslayar semejante imprudencia.
A principios de noviembre, el día 4, la rodilla de Bakis dijo basta en un golpe fortuito durante el entrenamiento, justo antes de que el Real Zaragoza recibiera al Real Oviedo en La Romareda. Las pruebas a las que fue sometido detectaron que sufría una meniscopatía y se dictaminó que en lugar de pasar por el quirófano, lo que le condenaba a perderse el resto del curso, se sometiera a un tratamiento conservador. Sin haber marcado un solo gol, el delantero estuvo tres meses de baja, periodo que abarcó un mercado invernal en el que Cordero descartó reforzar la posición a la espera del regreso del turco y unos cartílagos ya en constante sospecha después de esa prolongada estancia en la enfermería. El punta volvió en febrero de forma progresiva. Fue suplente contra el Sporting, disputó 11 minutos ante el Éibar y la segunda parte de la derrota en casa frente al Cartagena. Seguía sin ver puerta y la sobrecarga de esfuerzos le pasó factura en otro ensayo, esta vez con una lesión muscular en el adductor de su pierna derecha. Víctor Fernández, pese a que no tenía ritmo competitivo tras tres jornadas ausente, aprovechó el alta médica para apostar en su debut todo o nada por Bakis, el único delantero que le convencía de la plantilla.
Cinco titularidades consecutivas fueron suficientes para comprobar que el turco arrastraba una melancolía deportiva muy ligada a su penitencia física. No consiguió un solo tanto, ni tan siquiera disponer de ocasiones, por lo que al técnico zaragozano no le quedó más remedio que recurrir a Azón, con la compañía de Liso, para que tirara ofensivamente de un equipo que se escurría hacia el descenso. En los últimos siete partidos, Bakis apareció, casi como un fantasma, 19 minutos, a rebufo incluso de Sergi Enrich y Cuenca. Las úlceras de su rodilla derecha descubiertas hace poco más de un año y que el jefe de los servicios médicos, Irineo de los Mártires, y Cordero sobre todo estimaron causa insuficiente para frenar su fichaje, han tenido un precio elevadísimo en el trascurso de la campaña pasada mientras se busca a alguien que adopte a préstamo a uno de los grades fiascos de la triste y reciente historia del Real Zaragoza.
Tremendo lo ocurrido con este jugador. Si realmente arrastra esas secuelas físicas. Que equipo y a qué precio se lo quedaría
Precio será seguir asumiendo una buena parte de su ficha. Al tiempo
Ventajista. Riesgo fue el fichaje de Gaby Milito, y salió bien. El Zaragoza fichó a un delantero que quería media Segunda División (Espanyol incluido). Salió mal, ok; pero cargar las tintas contra Cordero, aún con la responsabilidad que ha asumir, no tiene sentido