El jugador

El impacto de Keidi Bare en Cádiz sobrevuela el resultado y confirma que el Real Zaragoza cuenta con el centrocampista más compacto de sus 12 años en Segunda

Mario Soberón fue el futbolista más destacado en el baño de fútbol y autoestima que se dio este viernes el Real Zaragoza en Cádiz. Marcó dos goles y pudo hacer un tercero que Fali evitó muy cerca del hoyo. Además mostró un rico repertorio de variedad atacante que ya había exhibido con más paréntesis en la pretemporada. Fue su gran noche, sin duda. En esa victoria tan inesperada como reflejo incontestable de la realidad de un conjunto aragonés muy superior al andaluz desde cualquier perspectiva, hubo un jugador, el jugador, que estableció una nueva frontera en el centro del campo, un territorio por donde han transitado futbolistas elegidos para liderar el juego y el carácter sin conseguirlo en su plenitud durante las once temporadas anteriores en Segunda.

Keidi Bare, un combatiente con una lectura casi siempre correcta de la situación, un sexto sentido posicional y un elevado espíritu belicoso, reúne virtudes que se echaban de menos en la mayoría de sus antecesores. Algunos tenían mejor manejo del balón y otros poseían una visión privilegiada, pero en todos los casos se echaba en falta perseverancia y regularidad. El albanés pertenece a ese estirpe que se hace imprescindible para todo club con aspiraciones en esta categoría.

Alberto Zapater es el único que podría competir con Bare en el marco comparativo de estos años, porque por trayectoria y relación con la élite, el aragonés está varios escalones por encima. Regresó al Real Zaragoza de un infierno personal y dio lo mejor de sí mismo en los dos primeros cursos, pero poco a poco fue perdiendo peso específico, luchando por hacerse valer entre la titularidad y segundos planos. El resto de elegidos para llevar o compartir el timón han dejado una huella muy superficial con la salvedad de Raúl Guti, un portento de la naturaleza que fue traspasado el Elche por cinco millones de euros y acabó diluyéndose en Primera.

Eguaras estuvo cinco temporadas y, con excepción de la última, portó todos los galones. El vizcaíno tenía un don para el desplazamiento largo y buen gusto para sacar el balón. Le faltaba sin embargo sangre competitiva y, con el tiempo, los rivales adivinaron cómo desactivarlo. Dorca, Ros, Morán y Ruiz de Galarreta, este condicionado por sus lesiones de cruzado, tuvieron un paso entre discreto y correcto, al igual que un Febas muy joven y tierno. Keidi Bare es diferente no sólo por lo que aporta, sino porque mejora a sus compañeros. Víctor Fernández le ha entregado el cetro que parecía destinado para Toni Moya. Y el gran beneficiado ha sido Aguado, de regreso a su mejor versión gracias a la inteligencia del albanés para repartir papeles y saber cuál es el suyo. En su corazón lleva algo del latido generoso de Alberto.

02 comments on “El jugador

  • Leonardo , Direct link to comment

    Muy de acuerdo con el análisis que haces, Alfonso. Queda la revalida de la continuidad de estos dos destacados jugadores en el estreno de la temporada. Añado que vi algo más que me gustó, y que ha sido un pesado lastre en el juego del equipo estos últimos once años. Por primera vez jugaron con dos marchas más y han acelerado, por fin, la velocidad en la circulación de balón.
    Imposible predecir qué ocurrirá en el futuro, pero esa smejoras nos acerca a un papel destacado en el campeonato campeonato.

  • Javier V.P. , Direct link to comment

    No puedo estar mas de acuerdo con esta opinión, es imposible retratar mejor el mérito de nuestro centro de campo contra el Cadiz amén de otras líneas que a pesar de todo son mejorables.
    Animo Víctor, creo que el camino es este y no podemos (ningún zaragocista) echar para atrás ni para tomar impulso.
    Por cierto las campanas al vuelo que sean para el próximo mes de junio.
    AUPA ZARAGOZA

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