Primer mandamiento: defenderás sobre todas las cosas

16 de los 22 equipos que han ascendido de forma directa en las últimas once temporadas lo han hecho entre los tres menos goleados

No hay debate. Nunca lo ha habido en realidad pese a que haya alguna excepción a la regla. Para subir de forma directa a Primera, el primer mandamiento es defender sobre todas las cosas. Y hacerlo muy bien, por supuesto. El potencial goleador del Real Zaragoza esta temporada es magnífico, el mejor de la categoría con 20 tantos en 11 jornadas. Se elogia con razón su capacidad para descuartizar porterías, para llegar y disparar sin preguntar. Tiene delanteros que han festejado su puntería. Todos menos Alberto Marí. Soberón, Badzar, Azón, Liso y Pau Sans… 15 dianas entre los cinco. Tarde o temprano, más lo primero, el conjunto aragonés abre el barril de la pólvora y dinamita los partidos. Mejor así después de cuatro años pisando el área de Pascuas a Ramos. O ni eso, con atacantes supuestamente referenciales que se han ido de La Romareda sin un tanto en los bolsillos. Pero además de tener un elevado acierto, antes incluso, quien quiera ingresar en la élite debe echar el candado. Lo dice la categoría y lo explican el 72% de los equipos que en este periodo han ascendido como primero o segundo.

La cifra es reveladora e indicativa de lo que hay que hacer. 16 de los 22 conjuntos que han ascendido por derecho propio, sin playoff de por medio, desde la campaña 2013-2014 lo han hecho entre los tres menos goleados de la competición. Como más seguro lo firmaron Leganés (27), Las Palmas (29), Almería (35), Espanyol y Mallorca (28), Granada (28), Sporting (27), Éibar y Deportivo (28). Con la segunda retaguardia más firme lo lograron Granada (30), Levante (32) y Leganés (34). Y como tercero más difícil de batir dieron el salto a Primera Valladolid (36), Cádiz (39), Huesca (40), Alavés (35) y Betis (40). A Osasuna le fue suficiente con la cuarta mejor defensa (40) y al Huesca, con la quinta (40). El Valladolid (43) se clasificó segundo la temporada pasada con cinco conjuntos más aplicados en labores de contención. Girona y Rayo son los únicos que rubricaron sus objetivos muy lejos de los muros por excelencia. Los catalanes situados en la octava plaza de la lista de zagas más disciplinadas (45) y los madrileños, los undécimos (48). La media se sitúa en 31 tantos encajados.

El Real Zaragoza tiene una gran virtud y un grave problema en este conexto que apenas permite margen para salirse de él. La adrenalina se le dispara hacia arriba y la sangre se le congela hacia abajo. La venta de Alejandro Francés –además de renunciar a Jair– y la imposibilidad de contratar a un central de su nivel como se pretendía ha derivado en que Lluís López, segunda y tercera opción en cursos anteriores, pasara a llevar los galones. Los fichajes de Bernardo Vital y Sebastian Kosa han sido dos movimientos casi a ciegas, de urgencia, y ninguno de los dos ofrece suficientes garantías para un empresa de máxima ambición. La pregunta de si Calero mejora a Gámez se ha instalado en la atmósfera, y Tasende se ha comprobado que por su carril sólo viaja con el billete de ida. En el mercado de verano se cometió otro error monumental al cerrarlo sin el mediocentro que solicitaba Víctor Fernández para vigorizar una zona donde falta chicha y centímetros.

El conjunto aragonés, pese a ser segundo, dispone de una plantilla sin argumentos naturales para protegerse. En Elda, el entrenador estrenó sistema sin apenas haberlo ensayado, el rombo, con la intención de juntar gente por dentro y precintar los huecos que habían facilitado que recibiera diez goles en seis partidos. En el Pepico Amat, con ese nuevo y deslavazado dibujo, sumó otro par que pudieron ser más. Víctor Fernández juega a pecho descubierto porque le gusta y porque no le queda más remedio a la espera de una ventana invernal a la que se quiere llegar lo mejor colocado posible para una segunda reconstrucción. Se ha rendido a lo que hay, como recuerda en cuanto tiene oportunidad siendo, en teoría, el arquitecto de este rascacielos en el aire. Confía a ciegas en Aketxe, el niño de sus ojos, y lo quiso hacer con Alberto Marí y Adu Ares, que llevan su sello. Los tres futbolistas de tranco corto o nulo en el repliegue, en las luchas por un balón dividido.

No hay debate. Nunca lo ha habido en realidad pese a que haya alguna excepción a la regla. Para subir de forma directa a Primera, el primer mandamiento es defender sobre todas las cosas. Y hacerlo muy bien, por supuesto. El potencial goleador del Real Zaragoza esta temporada es magnífico, el mejor de la categoría con 20 tantos en 11 jornadas. Se elogia con razón su capacidad para descuartizar porterías, para llegar y disparar sin preguntar. Tiene delanteros que han festejado su puntería. Todos menos Alberto Marí. Soberón, Badzar, Azón, Liso y Pau Sans… 15 dianas entre los cinco. Tarde o temprano, más lo primero, el conjunto aragonés abre el barril de la pólvora y dinamita los partidos. Mejor así después de cuatro años pisando el área de Pascuas a Ramos. O ni eso, con atacantes supuestamente referenciales que se han ido de La Romareda sin un tanto en los bolsillos. Pero además de tener un elevado acierto, antes incluso, quien quiera ingresar en la élite debe echar el candado. Lo dice la categoría y lo explican el 72% de los equipos que en este periodo han ascendido como primero o segundo.

La cifra es reveladora e indicativa de lo que hay que hacer. 16 de los 22 conjuntos que han ascendido por derecho propio, sin playoff de por medio, desde la campaña 2013-2014 lo han hecho entre los tres menos goleados de la competición. Como más seguro lo firmaron Leganés (27), Las Palmas (29), Almería (35), Espanyol y Mallorca (28), Granada (28), Sporting (27) y Éibar. Con la segunda retaguardia más firme lo lograron Granada (30), Levante (32), Leganés (34) y Deportivo (36). Y como tercero más difícil de batir dieron el salto a Primera Valladolid (36), Cádiz (39), Huesca (40), Alavés (35) y Betis (40). A Osasuna le fue suficiente con la cuarta mejor defensa (40) y al Huesca, con la quinta (40). El Valladolid (43) se clasificó segundo la temporada pasada con cinco conjuntos más aplicados en labores de contención. Girona y Rayo son los únicos que rubricaron sus objetivos muy lejos de los muros por excelencia. Los catalanes situados en la octava plaza de la lista de zagas más disciplinadas (45) y los madrileños, los undécimos (48). La media se sitúa en 31 tantos encajados.

El Real Zaragoza tiene una gran virtud y un grave problema en este conexto que apenas permite margen para salirse de él. La adrenalina se le dispara hacia arriba y la sangre se le congela hacia abajo. La venta de Alejandro Francés –además de renunciar a Jair– y la imposibilidad de contratar a un central de su nivel como se pretendía ha derivado en que Lluís López, segunda y tercera opción en cursos anteriores, pasara a llevar los galones. Los fichajes de Bernardo Vital y Sebastian Kosa han sido dos movimientos casi a ciegas, de urgencia, y ninguno de los dos ofrece suficientes garantías para un empresa de máxima ambición. La pregunta de si Calero mejora a Gámez se ha instalado en la atmósfera, y Tasende se ha comprobado que por su carril sólo viaja con el billete de ida. En el mercado de verano se cometió otro error monumental al cerrarlo sin el mediocentro que solicitaba Víctor Fernández para vigorizar una zona donde falta chicha y centímetros.

El conjunto aragonés, pese a ser segundo, dispone de una plantilla sin argumentos naturales para protegerse. En Elda, el entrenador estrenó sistema sin apenas haberlo ensayado, el rombo, con la intención de juntar gente por dentro y precintar los huecos que habían facilitado que recibiera diez goles en seis partidos. En el Pepico Amat, con ese nuevo y deslavazado dibujo, sumó otro par que pudieron ser más. Víctor Fernández juega a pecho descubierto porque le gusta y porque no le queda más remedio a la espera de una ventana invernal a la que se quiere llegar lo mejor colocado posible para una segunda reconstrucción. Se ha rendido a lo que hay, como recuerda en cuanto tiene oportunidad siendo, en teoría, el arquitecto de este rascacielos en el aire. Confía a ciegas en Aketxe, el niño de sus ojos, y lo quiso hacer con Alberto Marí y Adu Ares, que llevan su sello. Los tres futbolistas de tranco corto o nulo en el repliegue, en las luchas por un balón dividido.

El Real Zaragoza se resume en provocar el fallo del adversario como principal herramienta para acortar los tiempos y el espacio, para evitar que el juego se concentre en un centro del campo donde es sensiblemente inferior a la mayoría de equipos a los que se ha enfrentado. El manejo intrascendente del balón cuando lo tiene en su poder y afronta una transición estática elimina la sorpresa, y se encomienda a la notable efectividad de sus delanteros, a quienes recurre los antes posible, sin mediar grandes acciones asociativas. Pero si no percute o finaliza, se desnuda con errores individuales y colectivos en el repliegue o en el marcaje. Calero, Tasende, Clemente, Vital, Kosa y Lluís López han sido retratados en diferentes escenarios, en los que partían con ventaja y se han visto superados por un mal posicionamiento, por decisiones fatales, por falta de ayudas sobre todo por el flanco izquierdo. Bare, Aguado, Francho y un Toni Moya pasmado en no pocas salidas con el balón no terminan de colaborar con eficiencia como trinchera alambrada de los defensores.

El ascenso directo lo ve el técnico cada vez más lejos y ya ha hablado de alcanzar las últimas jornadas lo más cerca posible de la promoción. Las 13 dianas recibidas, las mismas que el Deportivo en puesto de descenso, no anuncian nada bueno. Es una advertencia muy seria que aplaca la euforia ofensiva. El Real Zaragoza es el décimo más inseguro del torneo. Si sigue en esa línea, la meta, como mucho, será finalizar entre los seis primeros. Eso si en invierno llegar un central de nivel, un lateral izquierdo de piñón fijo, un mediocentro de acero y un extremo equiparable a Adrián Liso. Como indica el estudio, para ser primero o segundo hay que morder en todo el campo, no sólo hincar el diente en el área rival. Defender como primer mandamiento.

El ascenso directo le ve el técnico cada vez más lejos y ya ha hablado de alcanzar las últimas jornadas lo más cerca posible de la promoción. Las 13 dianas recibidas, las mismas que el Deportivo en puesto de descenso, no anuncian nada bueno. Es una advertencia muy seria que aplaca la euforia ofensiva. El Real Zaragoza es el décimo más inseguro del torneo. Si sigue en esa línea, la meta, como mucho, será finalizar entre los seis primeros. Eso si en invierno llegar un central de nivel, un lateral izquierdo de piñón fijo, un mediocentro de acero y un extremo equiparable a Adrián Liso. Como indica la información, para ser primero o segundo hay que morder en todo el campo, no sólo hincar el diente en el área rival. Defender como primer mandamiento.

Goles en contra de los dos primeros clasificados

Temporada 2023-2024
1º Leganés 27 / menos goleado
2º Valladolid 36 / 3º menos goleado

Temporada 2022-2023
1º Granada 30 / 2º menos goleado
2º Las Palmas 29 / menos goleado

Temporada 2021-2022
1º Almería 35 / menos goleado
2º Valladolid 43 / 6º menos goleado

Temporada 2020-2021
1º Espanyol 28 / menos goleado
2º Mallorca 28 / menos goleado

Temporada 2019-2020
1º Huesca 42 / 5º menos goleado
2º Cádiz 39 / 3º menos goleado

Temporada 2018-2019
1º Osasuna 35 / 4º menos goleado
2º Granada 28 / menos goleado

Temporada 2017-2018
1º Rayo 48 / 11º menos goleado
2º Huesca 40 / 3º menos goleado

Temporada 2016-2017
1º Levante 32 / 2º menos goleado
2º Girona 45 / 8º menos goleado

Temporada 2015-2016
1º Alavés 35 / 3º menos goleado
2º Leganés 34 / 2º menos goleado

Temporada 2014-2015
1º Betis 40 / 3º menos goleado
2º Sporting 27 / menos goleado

Temporada 2013-2014
Éibar 28 / menos goleado
Deportivo 36 / 2º menos goleado