Los futbolistas, además de las limitaciones de la plantilla, empiezan a acusar la pobreza de recursos de un cuerpo técnico de perfil muy bajo en el trabajo diario y en los días de partido
El ascenso directo empieza a ser una utopía y el playoff, un sueño que amenaza con desvanecerse en cualquier momento. Ya ha quedado muy claro que la reconstrucción masiva del pasado verano, de la que Víctor Fernández es el máximo responsable, no ha supuesto le mejoría necesaria para acometer con garantías el regreso a Primera subrayado en rojo por la propiedad y por el técnico. Ante el frustrante descubrimiento de las limitaciones que acompañan a jugadores que venían a marcar diferencias o a aportar minutos de calidad, casos de Adu Ares, Alberto Marí, Sebastián Kosa o Ager Aketxe en una plantilla incompleta en las posiciones de central, mediocentro y extremo, el Real Zaragoza ha entrado en una deriva de credibilidad de sí mismo. El empate ante un Málaga en inferioridad numérica que fue mejor antes y después de la expulsión de Kevin Medina en el minuto 35 tuvo como protagonistas a los jugadores, incapaces de hallar respuestas colectivas o individuales para ganar un encuentro que su rival gobernó a su antojo, pero también a un cuerpo técnico de perfil bajo en el trabajo cotidiano y en los días de fuego real.
El equipo va muy justo de talento competitivo, con Tasende y Vital bajo sospecha defensiva, sufre en exceso cuando se produce alguna baja importante y acusa falta de carácter que no de predisposición. No ha habido jornada, salvo la de su primer triunfo en Cádiz y la del último ante el Granada, a los que se puede añadir la victoria frente al Elche con uno más por la expulsión de Óscar Plano, que no haya sufrido a lo grande, con soluciones tácticas muy elementales cuando no incomprensibles desde el banquillo, desde donde los mensajes han consistido en fomentar la bravura ofensiva que distingue la naturaleza del conjunto aragonés. Una veces Soberón, otras Bazdar y últimamente Azón han favorecido una apuesta por lo general cimentada mucho más en el aplastamiento que en elaborados planes para revertir escenarios hostiles. En Cartagena, Tenerife y Elda, equipos muy vulnerables, funcionó. Cuando en el camino se han cruzado acorazados como Sporting, Racing, Almería y el singular Castellón, las vergüenzas han salido a relucir. Los empates contra Huesca y sobre todo Málaga por sus especiales circunstancias han acentuado la sensación que los enfrentamientos con conjuntos en teoría más modestos tampoco sabe resolverlos con la rotundidad que exige su ambiciosa empresa. Faltan automatismos, asociaciones y el reparto de liderazgos ha derivado en condicionarlo casi todo a Aketxe, un futbolista de acompañamiento durante toda su carrera, en absoluto con dotes de caudillo.
El entrenador, cuando pintan bastos, se ha justificado en los errores individuales, en la falta de concentración al entrar en los partidos, en que hay mucho caudal ofensivo pero sin la eficacia suficiente. Nunca ha puesto su figura en la diana y siempre apuntando al mercado de invierno como imprescindible destino para corregir sus errores de planificación y elección de su anterior ventana. Su cinismo no esconde sin embargo su inoperancia para que corregir todos los defectos que enumera, muchos de ellos remediables si su intervención fuera la adecuada en la labor cotidiana, en fomentar otras alternativas que no sean el coraje juvenil, el pelotazo, los cambios para cambiar a peor. El Real Zaragoza es un equipo más de Segunda que dispone de algunos argumentos como para luchar por la promoción de ascenso. No obstante, poco a poco se va escurriendo de ese objetivo víctima de un entrenador que piensa que su instinto es suficiente para conducir la nave sin atender a conocimientos marítimos, sin preocuparse de una actualización de ese olfato insuficiente. El equipo, aun con sus carencias, juega con miedo, atrofiado incluso para el combate cuando las musas se esfuman. Eso sí, tiene un poeta de la excusa en el banquillo cuando lo que necesita es un entrenador.
Dice vd señor HERNÁNDEZ DON ALFONSO , que a los tantos seguidores de la VICTORMANIA , que existe alrededor de este entrenador, que para algunos es más que un dios, y esta demostrado que no, el equipo como muy bien dice vd, esta realizado a imagen y semejanza de VICTOR FERNÁNDEZ, que se ha equivocado está más que demostrado, que tienen que venir gente para el invierno , es tan evidente, porque la defensa es un coladero y menos mal que en esta jornada no hemos encajado goles, gracias al mejor del partido ayer GAETAN POUSSIN, y después de diez jornadas consecutivas encajando goles, no lo recibió su portería, desde que nos ganó en la jornada 5 el BURGOS 1-0 , llevábamos 10 jornadas encajando creo que eran 15 goles.
Y que me dicen ustedes de los jugadores como ADU ARES que le ha visto el mister a este chico, porque cada vez que lo pone no hace nada, y ALBERTO MARI que le ve el mister, porque aún no ha marcado un gol, solo en la COPA y de AGER AKETXE, que no se parece en nada al del EIBAR .
En fin la VICTORMANIA , me pondrán a caldo pero yo lo veo así y que conste otra cosa, casi nunca acierta en los cambios VICTOR FERNÁNDEZ y eso es así.
Puede ser como dicen muchos aficionados blanquillos, esta ya un poco anticuado nuestro mister . Y como dice usted HERNÁNDEZ, ya no nos da para estar entre los dos primeros y según los que venga en invierno veremos si nos da para el play-off, que lo veo muy difícil y al final como todos los años que llevamos en segunda nos conformamos con que llegue pronto a los 50 puntos y eso para mi como ZARAGOCISTA es una pena de nuestro REAL ZARAGOZA que puede que se inaugure la NUEVA ROMAREDA y el equipo siga siendo un SEGUNDON.
Lanzo una hipótesis por si sirve para abordar algún artículo en días sucesivos. Puede que en este Zaragoza, como en otros, con tantos cambios continuos lo que falle sean, además de los entrenadores, los roles que éstos aportan a cada jugador. Eso seguro que crea mal ambiente y rencillas dentro del vestuario y todo ello se refleja en el campo. Curioso que el mejor partido hasta ahora de este curso fuera en Cádiz, cuando aún no estaba todo eso definido y los jugadores se acababan de conocer como quien dice. Después, más de lo de siempre, falta de competitividad, fallos criminales, pésimo juego, cambios de criterio, lesiones… en fin, que se ve una plantilla medio desquiciada y falta de muchas cosas que, además, es muy probable que entre ellos se lleven regular o mal y que algunos (tipo Jair, Femenías, Bermejo, Aguado, Marí, Ares, Aketxe, Álvarez, Francho…) no tengan demasiada simpatía por las decisiones que toman Víctor y sus ayudantes. En fin, mar de fondo y los directivos pendientes del negocio del campo nuevo, que sabe dios si se llegará a hacer algún día. Ahí lo dejo.
Interesante hipótesis, Nostradamus.