Trivote centrocampista y Aketxe de enganche ofensivo en la vuelta al rombo

Sólo hay un variación en el once frente al Albacete, desparece Adrián Liso y entra Toni Moya. El cambio, sin embargo es sustancial ya que afecta al sistema del equipo, que saldrá con tres centrocampistas, dos volantes, Bare y Francho, y un pivote posicional, el propio Moya. Víctor Fernández busca con esta variante proteger una medular muy debilitada y accesible para cualquier rival, ganar espacios, balón y duelos. Imponer una fuerte intensidad desde el primer minuto para que el grupo adquiera el músculo competitivo y de esfuerzos continuados que ha ha perdido en las últimas jornadas y que le han sacado de la zona de playoff, a la que aspira a regresar. El dibujo tiene su lógica, pero chirría algo en la enésima vuelta de tuerca para buscar la mejor versión posible de un Aketxe que acostado a la derecha participa poco y defiende menos. Hoy se instala en la mediapunta, como ya hizo en Elda, a la espera de que despierte de su letargo y esté más próximo a territorio de filtraciones y donde su zurda puede activarse con toda la potencia que le ha caracterizado a lo largo de su carrera.

De como mezcle el trivote en la parcela de creación y contención innegociable depende gran parte el destino de este encuentro que se vivirá con la tensión de una victoria obligada después de conseguir tan sólo una en las cinco últimas jornadas. Las ayudas defensivas crecerán para una zaga que sufre por sí sola, pero mucho más desnuda de cobertura alguna como bien sabe Tasende. El nuevo negocio de Víctor funcionará mejor o pero también en función de la portación  de Aketxe, muy cerca de Bazdar y de Azón para aprovechar sus cualidades y calidades atacantes. El problema es saber si el conjunto manchego exprime en su salida y ruptura de líneas la poca exigencia en la presión que sufrirá por parte del serbo y del vizcaíno. Francho y Bare resultarán claves para saltar sobre los posibles descuidos de sus compañeros, y el lugar de Moya debería ser para Aguado por lógica conceptual ya que el canterano es el que mejor maniobra en ese espacio.

El encuentro no es sencillo para ninguno de los dos. El Real Zaragoza intenta hallar en el cajón de las personalidades una que le sea útil para justificar y revalorizar su permanente apuesta ofensiva, El Albacete sufre del mismo mal que los aragoneses, una conservación precaria de su granero, y derrocha las mismas virtudes, un arsenal atómico con Higinio, Quiles y Fidel, aunque este último partirá desde el banquillo.  Monta una doble capara de seguridad el equipo de Víctor Fernández, que ya ha entendido que no siempre uno puede jugar como le gustaría. Quizás si Liso, con mayor trabajo, excelente pegada y un desborde superior,  hubiese actuado en la garita de Aketxe y Aguado en el de Moya, el plan hubiese sido más redondo en teoría.

La alineación del Albacete

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