Los Reyes Magos eran ‘Cinco’

Fallece a los 86 años Juan Manuel Villa, el ’10’ del frente ofensivo más legendario del Real Zaragoza junto a Canario, Santos, Marcelino y Lapetra, el único jugador que marcó en todas las finales ganadas

Juan Manuel Villa ha fallecido a los 86 años tras una larga enfermedad. Uno de los cinco grandes regalos que recibió el Real Zaragoza a principios de la década de los sesenta se ha ido pocas horas antes de la Noche de Reyes, que en esta ciudad, y en muchos de los estadios donde jugaron, no fueron tres sino cinco, los ‘Cinco Magníficos’. José Ángel Iribar, uno de los mitos del Athletic y coetáneo de esta espectacular delantera que inauguró las vitrinas del club con dos Copas y una Copa de Ferias, responde siempre igual y puntual a la pregunta de cuál fue el fútbol me más le sedujo: «El del Real Zaragoza de los Magníficos». Nunca vio el portero, que sufrió en primera persona aquel torbellino en la final del torneo del KO de 1966 que le encumbró pese al 2-0 favorable a los aragoneses, un equipo mejor, más brillante. Villa marcó el primer gol y le anularon otro tanto. Lapetra hizo el segundo con la afición del Athletic cantándole al Txopo que era «¡cojonudo!» por sus colosales intervenciones que evitaron un marcador más humillante para los vascos.

Decía Villa en una entrevista a el Periódico de Aragón que reproducimos en este blog, que quizás el pasado se idealice. Sin embargo, muy pocos o casi nadie cuestionan la magia que desprendía aquella generación que se ganó la eternidad y marcó para siempre la idiosincrasia de un Real Zaragoza y una afición cuyos paladares reconocen en la exquisitez el principal ingrediente del fútbol. Villa, pese a ser diestro, era el ’10’ de ese grupo pop. Nacido en Sevilla por injerencia de la guerra civil (su madre se desplazó hasta la ciudad andaluza para dar a luz), se sintió siempre madrileño por su crianza deportiva en el Real Madrid y se enamoró de Zaragoza, donde llegó en 1962 procedente de la Real Sociedad. «Yo era el virguero. Era el que hacía las cosas más originales. Cuando cogía yo el balón, se oía un murmullo en el campo, esperando a ver qué pasaba». Tal como lo contaba, era el artista de esa línea ofensiva inolvidable que ya había perdido a Carlos Lapetra la Nochebuena de 1995 y a Eleuterio Santos en enero de 2008 y que hoy despide al que fuera campeón de Europa con la selección española en 1964 con el testarazo de Marcelino a Rusia y el único zaragocista autor de un gol en todas las finales. 77 goles con el Real Zaragoza contemplan a este príncipe de la elegancia. Esta noche se escuchará el murmullo de la pelota para despedir a alguien que la hechizó en el palacio de los Cinco Magníficos, de los cinco reyes magos.

Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *