El error del gol del Elche no es de los centrales

Las posiciones alejadas de Clemente y sobre todo de Toni Moya en labores de mediocentros abren una brecha abismal por delante de una defensa que se desarma sin esas ayudas

La última imagen del gol del Elche enfoca directamente a Jair Amador y en menor medida a un Poussin congelado frente a la deserción general de sus compañeros. También señala a Miguel Ángel Martínez por la decisión de incluir en frío al portugués a una línea de la que salió Clemente para ubicarse en el mediocentro en lugar de un Keide Bare fundido. La marcha anterior de Marc Aguado ya había descompuesto en parte la solidez de esa parcela, clave con el canterano y el albanés en la fortaleza del sistema de tres centrales implantado por el técnico canario. La derrota, sin embargo, tiene su germen en la pésima interpretación de sus relevos para conservar la estructura del planteamiento, que se desmoronó a pocos segundos del final del encuentro con el tanto de Rashani.

Lo que había sido un Real Zaragoza muy conservador pero igual de eficiente, tácticamente implacable para entumecer todos los recursos desestabilizadores del conjunto de Eder Sarabia a través del balón y la calidad de sus futbolistas, se vino abajo por un deserción posicional de dos jugadores que a primera vista quedan absueltos de toda culpa: Clemente y Toni Moya. La imagen explica los cinco movimientos clave que propiciaron ese desajuste en cadena.

1. Un balón golpeado por Dituro a la desesperada es ganado por Sori Kaba en el salto con Vital, pelota que queda suelta para que Rodri la recoja solo con muchos metros por delante.

2. Lluís López se ve obligado a abandonar su espacio  para tapar el agujero que se genera por la ausencia de al menos uno de los dos mediocentros que debería haber hecho esa cobertura. El catalán se interpone ante Rodri y Vital acompaña el desmarque de Sori Kaba.

3. Jair se queda solo con dos marcas, Affengruber, que se había sumado al bombardeo, y Rashani, esperando la llegada tardía de Clemente para decidirse por uno de las dos amenazas. La pelota colgada por Rodrigo Mendoza elige la cabeza del kosovar, a la espalda de un Jair que ya no llega para evitar el testarazo del atacante.

4. Clemente, que en teoría debería estar ocupando la franja izquierda del doble pivote, regresa al trote por el centro, y Alberto Marí hace un último e inútil esfuerzo para incomodar el pase de Mendoza porque en esa acción falta una pieza fundamental que ni está ni se le espera.

5. ¿Qué hace Toni Moya a casi 40 metros de la portería, desertando por completo de las funciones que le correspondían y para las que Ramírez le había reclutado.? Aparece en una región ofensiva, absolutamente desconectado y despreocupado. Su apatía es la que facilita ese pasillo por el que el Elche se cuele hacia la victoria y que retrata a la mayoría de sus compañeros, que no pudieron ni supieron cómo solucionar la superioridad posicional del rival.

 

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