Ramírez y el efecto mariposa del lateral izquierdo

El entrenador tiene que inventarse un carrilero zurdo para sus cinco defensas y decidir qué papel le otorga a Arriaga, si de central o mediocentro, lo que afectará a la zaga o a una medular con Guti y Bare como fijos

El ‘nuevo’ Real Zaragoza, cuyo paso por el mercado no ha servido para reforzarle en posiciones capitales salvo la de mediocentro defensivo con la cesión de Kervin Arriaga, pasará este viernes su primer examen en el Carlos Belmonte con Miguel Ángel Ramírez barajando opciones para seguir consolidando su innegociable sistema. Tiene soluciones y problemas, sobre todo en un lateral izquierdo donde la baja por sanción de Tasende y las de Luna y Nieto por lesión, implicará que Calero se tenga que mantener en la derecha sí o sí. Ese carril queda por lo tanto abierto a todas las especulaciones posibles, con Clemente como alternativa pese a que sus experiencias en esa posición no han sido precisamente felices. Si el canterano cayera a banda, Jair seguiría, esta vez junto a Vital y Lluís López, que regresa. En esa hipótesis, el centro del campo sería para Arriaga, Guti y Bare, una medular vigorosa como hace tiempo que no se veía en el conjunto aragonés. En punta, Bazdar y Dani Gómez en su debut asoman fijos para el técnico canario.

La cuestión principal para el entrenador es no perder consistencia, pero en este partido más que nunca debe meditar si blindarse más de la cuenta y a qué futbolistas encomendar ciertas funciones. Clemente en el carril izquierdo, aunque dé solidez en el mejor de los casos, resta en profundidad. Ramírez necesita un desatascador, además Calero no atraviesa su mejor versión, y no lo tiene en el almacén de los defensas. Existe una opción bastante razonable y fresca: utilizar a Adrián Liso en ese espacio. El extremo, atorado en ataque en la mayoría de las ocasiones con este planteamiento que le desplaza de su ecosistema, podría ejercer esa función intermedia con solvencia. No tiene peores conceptos defensivos que Tasende, y protegido con tanta gente por detrás podría suponer un herramienta más que interesante por su velocidad arrolladora, desborde y enorme capacidad centradora. Sin contar con su disparo en las aproximaciones al área. A su favor también juegan su sacrificio, capacidad de lucha y la tenacidad y la fuerza que exigen la disciplina defensiva.

Arriaga es un mediocentro de libro. Pero en este Real Zaragoza de cristal defensivo, su inteligencia en la lectura del juego y su cuerpo invitan a cederle un puesto entre los centrales. Lo más probable es que Ramírez le siga reclamando para momentos de urgencia, no para comenzar los encuentros. La vuelta de Lluís López, sin ser una gran garantía, invita a no agitar la zaga más de lo necesario. El catalán formaría junto a Vital y el entrenador tendría que elegir entre Clemente si no lo mueve a la banda o Jair. El portugués está muy bajo de revoluciones, pero su dominio del juego aéreo todavía le da algunos galones. En cualquier caso, si por delante se apuesta por Arriaga, Guti y Bare, la doble capa de protección minimizaría en teoría las llegadas del rival. El efecto mariposa de la alineación de Albacete se localiza en ese lateral izquierdo. Arriba, habrá que comprobar si Dani Gómez eleva el trabajo de Azón como primer futbolista de presión, algo improbable, si mejora la capacidad rematadora del aragonés y en qué medida se entenderá con Bazdar.

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