En año y medio, la plantilla ha sufrido 49 percances físicos, hoy la de Toni Moya, 19 en la actual con las dolencias musculares como protagonistas
Por mucho que el club intente minimizar o normalizar el tráfico inusual que se está produciendo en su enfermería, la realidad dice algo bien distinto. La temporada pasada se produjeron nada menos que 30 lesiones en el primer equipo, del que sólo quedaron ilesos Jaume Grau, Sergi Enrich, Jair y Francés, con ausencias tan significativas por su gravedad como las de Nieto, Borge, Guti y Francho. En la actual temporada, por las manos del cuerpo médico han pasado ya 15 futbolistas, algunos en dos ocasiones, lo que eleva a 19 las bajas por motivos físicos con la reciente de Toni Moya, el máximo asistente del equipo (5), diagnosticado hoy mismo con una lesión muscular en el bíceps femoral. En resumen, en año y medio, el Real Zaragoza ha sufrido 49 percances, con las dolencias musculares como grandes protagonistas de esta epidemia que se escapa a cualquier previsión y sobre la que nadie encuentra ni ofrece explicaciones. El doctor Ireneo de los Mártires mantiene mientras tanto un perfil bajo, consciente de que en al menos dos ocasiones los futbolistas han pedido explicaciones y han mostrado su descontento a la directiva sobre su labor y la de su equipo de trabajo.
Fernando López, el director general, ha sido el único que ha tratado el tema al solicitar al término de la primera vuelta, en el mes de diciembre, un informe a Juan Carlos Cordero sobre el volumen y las causas de las lesiones de este curso. «Esta temporada tenemos un 12% menos de lesionados que la pasada y un 33% menos de lesiones musculares, que fueron las principales el último año. Con respecto al resto, estamos en un volumen de 14 lesionados y la media de la categoría es 14,3, es decir estamos por debajo». Un mes después, se le han disparo esas cifras con los contratiempos de Marcos Luna, Iván Azón, Carlos Nieto, Guti, Keidi Bare, pendiente de que el albanés, con molestias en el sóleo, pueda estar o no en el próximo partido ante el Burgos, y Toni Moya. El ex del Espanyol ha estado fuera siete encuentros por problemas en el isquiosural derecho y en la rodilla. Ahora son los gemelos los que le castigan, sacándole de la citación de Albacete a última hora, a donde había viajado con el resto de la expedición.
La traca de lesionados de esta campaña comenzó por Joan Femenías, quien el debut en Cádiz, a los 60 minutos de juego, sufrió una lesión muscular a nivel del aductor largo de la pierna derecha. Una rotura en el cuádriceps dejó KO a Aketxe fuera de combate y un esguince en el ligamento deltoideo del tobillo izquierdo de Adu Ares no impidió sin embargo que el vasco pudiera seguir compitiendo. Contra el Elche en La Romareda, Bare fue víctima de su primer daño de alcance. Jair el central recibió un balonazo en el ojo que le produjo una uveitis traumática, situación que vivió también Cristian por otro pelotazo en el ojo que en este caso se tradujo en un fuerte traumatismo. Dani Tasende tuvo que abandonar la primera parte del encuentro frente al Almería y las pruebas le detectaron una rotura fibrilar grado I en el sóleo de su pierna izquierda. Bazdar cayó como consecuencia de una rotura en la musculatura isquiotibial de su pierna izquierda en el partido ante el Albacete; Kosa se le fracturó el maleolo peroneal de su tobillo izquierdo en la cita de Copa ante el L’Hospitalet; Bare acabó ante el Castellón con molestias en la rodilla, lo que le dejó fuera ante el Granada, el Huesca y el Málaga; Francho se quebró en el minuto 21 contra el Racing de Ferrol, con un parte médico que tarde diez días en ver la luz y que informó sobre una rotura fibrilar en el isquio de su pierna derecha.
La enésima lesión de Cristian, esta vez en el sóleo, empujó a que el guardameta diera por finalizad su carrera deportiva y se integra en el club como Relaciones Institucionales; un desgarro en el sóleo de Iván Azón hizo que estuviera a punto de abortarse su traspaso al Como, negociación que finalmente se cerró; un fuerte pisotón en el pie derecho en el entrenamiento del lunes le provocó una fractura en un dedo del pie a Carlos Nieto; Marcos Luna tuvo que parar por una rotura fibrilar en el sóleo de la pierna izquierda y Raúl Guti, uno de los tres fichajes de la ventana invernal, se sentó en el banquillo del Carlos Belmonte horas antes de que se le detectara una dolencia en el músculo semitendinoso.
El caso Mario Soberón ha sido el más llamativo por su duración, la recaída y una gestión demencial de sus problemas físicos, llegándose a cuestionar incluso que el futbolista estuviera quejándose más de la cuenta. Siendo el Pichichi del equipo con seis goles, una microrrotura a nivel de la musculatura isquiotibial en su pierna izquierda, producto de unas molestias que arrastraba y que puso en conocimiento de los servicios médicos sin que estos lo tuvieran en cuenta, fue el principio del calvario del punta. El jugador fue forzado y se rompió en el descanso ante el Tenerife. La cadena no paró: sufrió una nueva rotura, esta en el gemelo. Llegó a calentar en la eliminatoria de Copa ante el Granada pero se descartó la no verse al cien por cien. En Ipurua salió por Clemente en el 69 y en un golpeo minutos después notó molestias en el cuádriceps, terminó el partido y las pruebas revelaron que tenía una rotura en el recto anterior derecho.
La musculatura de los futbolistas ha sido la más afectada con diferencia, la zona donde mayor es la responsabilidad de los servicios médicos y readaptadores (Andrés Ubieto). Menos posibilidades de prevención, aunque con matices si no existe el adecuado diagnóstico, se tiene en las lesiones articulares. El Real Zaragoza está siendo el desgraciado paraíso de todo tipo de penalidades físicas sin que se haya hecho una valoración pública de las causas de esta plaga y los graves perjuicios deportivos que han supuesto para el equipo, mermado durante todo el ejercicio por lo que sin duda puede calificarse de mala praxis por parte del equipo que dirige Irineo de los Mártires. 49 lesiones en año y medio no sólo cuestionan sus funciones, sino que trituran su credibilidad para seguir al frente del cuidado del patrimonio deportivo del club.
Parte médico | Toni Moya
— Real Zaragoza (@RealZaragoza) February 11, 2025
¿Se lesionan o se escaquean? Vista la panda de medianías que pasan por aquí, muchos se quitan de enmedio porque no aguantan «tanta presión». Ay, ay.
Luego salen de aquí y se vuelven buenos, goleadores en campos de cuatro mil personas. Asqueroso.
Ello no quita que tanto lo de los preparadores físicos como lo del servicios médicos sea también para echarles de comer a parte.