El Real Zaragoza busca dueño y equipo

Mañana comienza la pretemporada con tan solo 11 futbolistas con pasaporte fijo en una plantilla que necesita reforzarse de arriba abajo y que aún desconoce quién gestionará el club. La desvinculación de Atienza, que se va al Asteras Trípolis, libera una plaza y una de las fichas más altas

Una vez superadas las pruebas médicas y los PCR, el Real Zaragoza comenzará mañana la pretemporada en la Ciudad Deportiva con la presencia de 26 jugadores tras la marcha de Atienza al Asteras Trípolis de la Superliga griega, de los cuales, en principio, solo 11 tienen asegurada su presencia en la plantilla que diseñará Juan Ignacio Martínez de cara al curso 2021-2022. El agotador, ambiguo e inconcluso cambio accionarial está obstruyendo por completo el conducto de entradas, salidas y otro tipo de operaciones que gestiona Miguel Torrecilla a la espera de la nueva propiedad tome posesión del club y se conozca el presupuesto definitivo. El boceto de lo que será el equipo, sin embargo, muestra un cuadro dentro de un modesto marco de maniobras económicas mientras se confirma de forma oficial la identidad de los compradores. El limite salarial, que como mucho rondará los 8 millones de euros del curso anterior, hará que el conjunto aragonés parta en el nuevo campeonato desde posiciones intermedias, a una distancia considerable de las carrocerías con motores financieros mucho más poderosos, caso de Eibar, Valladolid, Huesca o Almería.

JIM cuenta con Francho, Francés, Azón, Nieto, Zapater, Jair, Vigaray, Adrián, Eguaras, Bermejo y Cristian, por lo que la labor de la dirección deportiva para construir un bloque competitivo si establecer más objetivos será colosal. El resto de los futbolistas esperan destino con diferentes puertas abiertas. De los cinco jugadores del filial que van a trabajar con la primera plantilla, hay piezas que encajarán o no en función del desenlace de este presente incierto. Acín, Javier Hernández, Ángel, Pablo y Carbonell disponen de poco más de un mes para seducir al entrenador en entrenamientos y partidos de preparación, siempre condicionados por cómo fluctúe el mercado y el número de incorporaciones que se produzcan. El caso de Clemente, que regresa de su cesión al Logroñés, está pendiente de una negociación para prorrogar su contrato que expira en 2022. La oferta del club apunta a la baja y a otra salida en préstamo en el supuesto de que se consiga que vuelva Peybernes.

De los profesionales con contrato hay dos ventanas abiertas, la de los que no cuentan para el técnico alicantino y la de los que podrían ser vendidos. En el primer apartado están Vuckic, Larrazabal, Ros e Igbekeme, cada uno con su circunstancia particular y serias dificultades para llegar a un acuerdo bilateral. Se negocian cesiones y pactos para romper la relación contractual, pero las altas fichas de algunos y el bajo rendimiento de todos se suman para complicar al máximo sus bajas en la nómina zaragocista. La desvinculación de Atienza y la liberación de una de las fichas más altas ha supuesto el primer movimiento en este sentido. Vuckic es por ahora quien más opciones tendría de hallar acomodo en otro equipo, posiblemente en la Liga holandesa. En el escaparate están Narváez, cuya venta a un club de Primera se da por hecha, y Chavarría, quien tiene algún pretendiente aunque sin concretar el nivel de interés por el lateral zurdo.

La marcha de Ratón por petición propia se daba por hecha a un equipo de Segunda, pero en las últimas horas se ha complicado esa opción y el portero tendrá que seguir esperando otras propuestas si es que se producen. Con Bikoro se busca una rescisión y con Baselga repetirr cesión, mientras que Lasure sigue recuperándose del tumor del que fue intervenido.

Torrecila afronta así una esprint cuesta arriba para dar forma a una plantilla que necesita armarse en todas las líneas, con especial acento en la delantera y no en menor medida en el centro del campo. En ataque se ha quedado solo Iván Azón, una joya todavía en proceso de pulimento. Son imprescindibles al menos dos incorporaciones, y una de ellas que venga avalada por una trayectoria goleadora, déficit que la temporada pasada estuvo a punto de arrastrar al Real Zaragoza al descenso. La medular necesita una buena mano de pintura. Francho, Adrián, Zapater, Eguaras y Bermejo no dan para dotar a esa parcela del voltaje suficiente. Un mediocentro de jerarquía y amplitud competitiva y al menos dos volantes con profundidad se hacen imprescindibles en la arquitectura de la zona creativa y de suministro ofensivo por fuera. En defensa, a la espera de Peybernes y de que se concrete el rumbo de Clemente, Vigaray, Nieto, Jair y Francés conforman un ejército cualificado pero pendiente de un par de laterales para ambos costados más al margen de que Chavarría siga o no. Cristian seguirá siendo el dueño de la portería y el club busca otra segundo de garantías y experiencia, pero el frenazo de Ratón condiciona esa pretensión.

Mañana se concentrarán en la Ciudad Deportiva 26 jugadores y un cuerpo técnico pendientes del relevo accionarial y un proyecto conservador. Con todo en el aire, el Real Zaragoza se debate entre conocer el rostro del nuevo gobierno y la reconstrucción de un equipo casi en su totalidad.

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