Del optimismo de ganar al Levante a los cinco goles recibidos va una sacudida de realidad muy importante, solo suavizada porque el Eldense volvió a perder y ello nos permite seguir conservando ese bidón de agua de dos puntos sobre el descenso. Pero más vale que el equipo alicantino continúe atascado porque da la impresión de que al Zaragoza no le va a dar con sus propios medios.
Medios que incluyen varios futbolistas irregulares de los que se vive pendiente de su próxima pifia. A la cabeza de esta lista Jair, que por enésima vez ensució un partido correcto en muchas fases con un error bastante grosero. Y muy cerca en los deméritos le sigue el meta Poussin, cuya salida de pollo sin cabeza supuso el segundo tanto del Levante. Dos o tres acciones de brillo no lavan su imagen.
Porque no es justo cargar todos los males en la defensa, hay que lamentar que Bazdar no haya recuperado el acierto de sus primeros partidos como zaragocista. El sábado falló un mano a mano que no se debe perdonar, cuando todavía había tiempo de regresar al encuentro.
Sigo sin comprender el empecinamiento de Gabi Fernández en no contar más minutos con Pau Sans. No sé si el motivo es dejarse un revulsivo en el banquillo; pero claro, habida cuenta de cómo está el conjunto aragonés de necesitado, prescindir de alguien que siempre suma y que ya lleva cuatro goles parece un poco frívolo.
Y en estas asoma el duelo regional contra la SD Huesca, que llegará muy herida a La Romareda por haber sufrido un arbitraje muy riguroso en su último encuentro, tener un cuantioso número de bajas y haber perdido su posición de promoción de ascenso en esta jornada. Se anticipa un partido de enorme tensión por la necesidad de unos y otros. Poco importa que el drama de un Zaragoza descendido a Primera Federación sea más sonoro que un nuevo ascenso a la élite de los azulgrana. El domingo cada uno irá a lo suyo, como debe ser.
Parafraseando al presidente del club oscense, Agustín Lasaosa, “que nadie se preocupe, que el Huesca jugará con once y habrá un portero”. Me permito añadir que lo hará también con una entrega y una agresividad al límite.