Sobresaliente de central en una pretemporada muy confortable, el ghanés debuta en la Liga siendo el mejor de un Real Zaragoza donde destacar está barato, incluso ser titular
Yussif Saidu está en boca de la afición porque el ghanés ha hecho que su fervor y sus condiciones físicas florezcan en un erial. Su lugar estaba en el filial pero la procelosa y premiosa gestión del mercado de verano le han permitido dar el salto al primer equipo durante una pretemporada amable de exigencias y en Castalia, donde debutó en Liga de central, la posición donde nunca sale el sol en este equipo. Su exhibición defensiva contra el Castellón, contra el que estuvo muy cerca de marcar un gol que hubiera abierto todos los noticieros del planeta de fútbol, le da derecho a los elogios y también a dejarle una plaza entre los mayores para el resto del curso. No es ningún portento, si bien el escenario que se presenta, posiblemente el de un vestuario con una defensa otoñal y un centro del campo con las baterías bastantes justas para la repetición de esfuerzos, hacen de este chico de 20 años un jugador cuya energía será muy útil. En otro contexto, el de un Real Zaragoza con un sólido proyecto de aspiraciones para luchar por una de las seis primeras plazas, su rol sería, como mucho, el de un aspirante. Aquí y ahora, la titularidad no le viene nada grande, lo que habla bien muy de él y bastante mal del nivel de sus compañeros, de una competencia para la que está validado.
El mediocentro, sobre el que existe una opción de compra de 150.000 euros que el club aún no ha ejecutado, es príncipe de un reino sin corona. Junto a Radovanovic e Insua, ocupándose del perfil derecho de esa línea de tres, sacó varias cabezas a sus camaradas imponiéndose en los duelos, simplificando sus intervenciones en situaciones de peligro, siendo el más veloz con una diferencia abismal. Prácticamente se encargó en solitario del acoso del Castellón con las ayudas de Juan Sebastián y las paradas relampagueantes de Adrián Rodríguez. Conviene, sin embargo, contextualizar la noche iluminada de Saidu, que cuando pasó al medular y pese a sufrir ante Doué continuó implantando su músculo muy por encima de Guti y Moya -no hablemos ya de Aketxe–, más dotados con los pies pero a años luz de la jerarquía física del africano. Su meteórico viaje a la primera plana y su explosión en este último partido se deben bastante más a la necesidad que a la convicción. La cuestión es saber si el próximo martes con la ventana de fichajes bajada, Txema Indias ha podido o no sumar refuerzos donde han ido llegando socorristas a un grupo con demasiados futbolistas con el agua al cuello en sus carreras. Saidu queda a la espera volver a ser una alternativa interesante o pieza principal de un Real Zaragoza a la deriva.
Debe ejecutarse de manera inmediata esa opción de compra. Jugador muy necesario dadas las carencias, ya que se atreve a todo lo que no solemos ver en el equipo. Posee además poso y serenidad en su juego, no le amilana la presión del contrario, lo que le hace destacar en medio de la precipitación y ansiedad tan presente en el equipo.
La jugada del tiro al larguero, desbordando con fuerza desde posiciones defensivas a todo lo que le salía al paso, es para enmarcar.
Si no tiene raíces u orígenes en el equipo casposo, es conveniente ejecutar la opción de compra y, luego, regalarlo o malvenderlo como todo lo que sale del filial.