Akouokou y Saidu, un universo que gestionar

El pivote y el canterano apuntan a condensar el estilo del Real Zaragoza, pero está por ver si esa mezcla de músculo y piernas da para sumar también fútbol en un equipo con una apremiante necesidad de identidad colectiva

Parte de la afición y de la opinión popular se están aferrando a Paul Akouokou y Yussif Saidu como piezas fundamentales del motor de un Real Zaragoza gripado en las cuatro primeras jornadas del campeonato. El pivote debutó contra el Valladolid en sustitución de Radovanovic por la conmoción que sufrió el serbio tras un golpe en la cabeza, lo que hizo que Gabi devolviera al canterano, que había partido en el once de centrocampista junto a Guti, a la posición de central. El ghanés realizó otro partido sobresaliente de defensa y el costamarfileño, que apenas había deshecho las maletas, dio a la medular una pincelada de jugador de talla en su repentino y madrugador estreno. Los dos, africanos donde la mayoría de los antecesores en el club procedentes de ese continente no han dado el nivel, han caído de pie en un equipo en el que, seguramente, van a adquirir protagonismo al margen de cuál sea el destino final. Ambos poseen un físico radiante, algo que no le sobra al conjunto aragonés. Con Saidu se pide paciencia y a Akouokou ya se le han entregado galones de caudillo, pero es más que probable que Gabi Fernández cuente con el primero más de lo que tenía previsto, puede que en más de una ocasión emparejado al ex del Lyon si Guti no sube prestaciones. Esta por ver si esa mezcla de músculo y piernas cuaja para sumar también fútbol académico en esa parcela.

Akouokou, además, oferta variantes desde su emplazamiento de boya de seguridad. Aunque de vez en cuando le gusta descolgarse, su trabajo se ceñirá en gran parte a barrer el peligro, ejecutar correcciones y simplificar y acelerar en una circulación del balón hasta ahora plúmbea y gris. El centro del campo se enriquece a la espera de que el entrenador elija entre ponerle un compañero, en este caso un Guti que pese a su bajo estado de forma aún es mosquetero de Gabi, o dibujar un cono con el propio Guti y Saidu por delante, un escudo de mucho vigor y de teórico valor táctico que obligaría a recomponer la parte de arriba con una línea de tres en la que habría que renunciar a uno de los dos delanteros. Sacar al joven ghanés de la titularidad parece en estos momentos un sacrilegio. Insistir con él en el eje defensivo, un espacio donde exhibe una superioridad impetuosa en los duelos parta con ventaja o desventaja, no deja de ser un parche por mucha altivez que demuestre en cada intervención. Hay detalles que delatan que no es su hábitat y que resuelve por energía más que por colocación. Su futuro es centrocampista aunque se podría abrir un debate sobre su continuidad atrás por su velocidad de reacción, a años luz de los centrales fichados. El Real Zaragoza no va enamorar por su fútbol, que se va orientar hacia dos jugadores capitales para hacerle mucho más competitivo, aunque con matices si todo se reduce a esa sociedad y el resto sólo se alimenta de su incombustible aliento.

Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *