Los jugadores más utilizados del equipo también son quienes en más ocasiones entran en contacto con el balón de un Real Zaragoza con un centro del campo sin gol y una sola asistencia
Las bajas de Akouokou por sanciones y lesión, las lagunas de rendimiento de Toni Moya y la flaqueza física de Keidi Bare, que parece haber salido del túnel para repetir titularidad en Ipurua tras su regreso contra el Huesca, han convertido a Raúl Guti y Francho Serrano en los dueños y señores las alineaciones y del centro del campo del Real Zaragoza. Los canteranos, además de ser los jugadores que más han participado en estas 14 jornadas, han tenido que representar diferentes papeles por decisión estratégica de sus entrenadores con Guti de mediapunta y Francho pluriempleado de lateral, pivote e interior. El conjunto aragonés respira con dificultad en esa zona de congestión, donde los dos capitanes han formado juntos en la base de la creación, sociedad que resultó poco productiva y fácil de superar por los rivales, hasta repartirse funciones con un compañero a su lado con más firmeza defensiva y más rigor posicional.
Salida de balón y piernas han aportado los dos futbolistas que más pases dan, pero no lo suficiente: Francho ha tocado el balón en 584 ocasiones y Guti, en 480, este último con mucha más capacidad de recuperación que su compañero (68 por 22 duelos ganados). Ese trabajo conjunto, sin embargo, se traduce en una triste asistencia en toda la temporada –la única de todo el equipo–, la de Francho a Soberón para el 4-2 en Almería. En tiros a puerta tampoco han estado muy lucidos. Guti, especialista en la materia, ha lanzado en cinco ocasiones sin que la pelota haya encontrado puerta, mientras que Francho ha disparado en tres, todas con destino entre los tres palos, lo que se traduce en una nula aportación goleadora en un Real Zaragoza que lleva ocho tantos a favor, dos de ellos en propia meta. Compromiso, esfuerzo, kilómetros… Guti habló hace un par de días de su liderazgo y Francho fue señalado como bandera de este proyecto. Todo pasa por ellos, pero no les alcanza, al menos sin una compañía de garantías que eleve sus prestaciones, para dotar al grupo del fútbol que necesita y no tiene.

