La semana entrante va a traer dos delanteros, o no. Quizás un central, y posiblemente se lleve a Narváez en dirección a Elche. De aquí al 31 de agosto, cuando se baje la persiana del mercado, el Real Zaragoza va a intentar inyectar a una plantilla desnutrida tres o cuatro futbolistas que, con el limite salarial de que dispone, será muy complicado que aporten algo más que experiencia. Se necesitan goles, pero están a precio de beluga y además en Segunda no existen esos manjares. Vendrá un atacante y habrá que descubrir qué cantidad de pólvora hay en su barril. Desde luego, no para cambiar por completo la fisonomía de un equipo cuyos problemas ofensivos son fabulosos. Frente al Ibiza no se produjo un solo disparo a puerta, pero hay que dar un paso atrás para releer el porqué de esa nula productividad de ocasiones que ya ocurrió la temporada pasada y se repite en la actual: el centro del campo es de una flacidez escandalosa, mutilado de futbolistas dotados para la sorpresa en la acción creativa, en la asociaciones, en el disparo, en el pase filtrado. Por si fuera poco carece del poder físico suficiente para establecer una jerarquía de cierta constancia. Ese espacio necesita una reconstrucción imponente, pero la falta de recursos, una vez más, impide una profunda cirugía.
Puche, que salió fresco y como un toro, fue el único produjo algo por todas las parcelas en las que apareció, con un pase exquisito al espacio para Chavarría que Narváez, receptor del centro del lateral, remató con la parte desgastada de la puntera. El canterano estuvo a punto de romper el partido con ese detalle aislado, un oasis en el desierto. La conclusión es que el Real Zaragoza no va cambiar sustancialmente con las novedades que incorporará, y que deberá estimular la pobreza de su fútbol con lo mejor que tiene. En este sentido, resulta incomprensible que Pablo Cortés no haya sido inscrito entre los mayores. Dirán que está por hacer, que es un chico al que hay que cuidar su natural progresión, todo argumentos muy razonables, sobre todo en otras circunstancias. En estas, el zurdo de 17 años se hace poco menos que imprescindible en el primer equipo porque posee casi todo de lo que carecen la mayoría de sus compañeros. Fue una de las pocas verdades de los amistosos de Pinatar, la constatación de un mente privilegiada y un pie fino y preciso que mejora a quienes están a su alrededor. Puede que tenga que entrar poco a poco, que en ocasiones la titularidad le venga larga. Aun así sería el mejor fichaje con diferencia para un Real Zaragoza que no puede permitirse tenerle por más tiempo en la escuela. Su forma de interpretar el juego y de hallar soluciones tan sencillas como eficaces le dan la titulación suficiente para ingresar en un equipo, en un centro del campo, donde madurar con su consustancial madurez.
Pues sí!! Me canso de leer que el problema del Zaragoza son los delanteros. El problema del Zaragoza son los centrocampistas que no hacen llegar un balón en condiciones a los delanteros. A ver si hay suerte y lo de Eguaras es un poco grave y se pierde un par de partidos… Así Zapater y Puche ponen sentido en este equipo. Y Pablo Cortés con muy pocos minutos ha dejado claro que genera más fútbol que Bermejo. Para acabar trayendo a panameños desconocidos o españoles desarraigados, mejor darle oportunidades a los de casa
Hace tanto tiempo que no vemos un centro del campo en condiciones, que yo ya ni me acuerdo cómo era
Hace un año por estas fechas… Cuando se fue Guti
Pero como hablas así, si es un crío, es más, lo que haces es joderlo por varios motivos, primero por el crío que se cree lo que no es, segundo porque la mayoría piensa que tienes intereses en que lo suban, porque en amistosos los niños de 3 años juegan con los de 7 y no pasa nada, pero en cuanto haya algo que jugarse se lo quitan, que llevan muchos años viendo fútbol y siempre aparecéis los mete chismes a revolver a la gente
Raúl, Messi, Sergio Ramos, Zapater… Debitaron en primera división (no en segunda) con 17 años y llevan buena carrera. Lo que hace falta es que el entrenador dé la cara. Mismamente: Francés, VF no tuvo el valor de ponerlo e Iván Martínez sí y a ver quién lo quita ahora. Me viene a la mente Íñigo, el mejor jugador del Aragón durante 10 años (allá por los 80) siempre era demasiado joven y nadie dio la cara por él, se retiró del fútbol con 28 años, en el Aragón y con dos partidos jugados en el Zaragoza. En resumen: «los buenos al campo» tengan 17 o 37
Hemos traído cedido del Alavés a un jugador de 20 años para que le que el puesto a Puche, de 20 años y de nuestra cantera y que, a mí, me demostró bastante más en el partido contra el Ibiza… ¡¡Somos así!!