El fichaje de Álvaro Giménez en la búsqueda de un delantero que asegure una mayor presencia ofensiva y sobre todo una cantidad suficiente de goles que hagan rentable la apuesta por el ilicitano por parte de la dirección deportiva, tendrá un efecto inmediato sobre el presente de Iván Azón. El zaragozano, de 18 años y uno de los principales artífices de la salvación la temporada anterior, emprenderá un viaje de regreso al segundo plano del equipo. Si además se formaliza la contratación de otro punta aun de diferente perfil, como es la idea de Miguel Torrecilla, el ariete aragonés bajaría todavía un escalón más en la jerarquía atacante. La experiencia de Giménez y su Pichichi en el Almería, pese a que el resto de su carrera no destaque precisamente por su buena relación con la portería, le sitúan en una situación privilegiada en un pulso por la titularidad. El Real Zaragoza estaba huérfano en esa posición, propiedad de Azón durante una pretemporada estupenda del delantero, muy mejorado en relación al curso anterior en conceptos inherentes a su puesto y con un mayor poso en la lectura de sus intervenciones. Sin embargo, era de máxima urgencia reforzar una parcela con tan pocas piezas y devastada aún en la memoria por el terrible paso de El Toro, Vuckic y Alegría, quienes dejaron como herencia un solo gol entre los tres.
No hay debate que abrir al menos por el momento, y mucho menos para un Juan Ignacio Martínez proclive a apostar por la veteranía y dejar que los jóvenes, por muy prometedores que sean, se vayan cociendo a fuego lento. Francho fue titular en el debut frente al Ibiza por unos problemas físicos que arrastraba Zapater. En cuanto Petrovic se engrase físicamente, algo que no será inmediato, el centrocampista tendrá muy complicado buscarse un lugar fijo en la medular. Francés resiste porque su ascendencia en el juego es indiscutible. Iván Azón lo tiene aún más complicado, y sólo una nueva situación de sequía realizadora haría que JIM le rescatara. El técnico alicantino se negó por activa y por pasiva en incluirle en un once donde El Toro primero y Alegría después fracasaban una jornada tras otra. Al final tuvo que rendirse a la evidencia y le desprendió de su papel de revulsivo para ponerle entre los principales. La respuesta del chaval, solicitado por aclamación popular, superó las expectativas aun hallándose todavía en periodo de aprendizaje.
Con todo, sí hay una duda razonable en cuanto al ostracismo que le espera a Azón, fundada en sí verdaderamente Giménez mejorará por mucho las prestaciones del canterano. En teoría y en la práctica tendría que ser así, al menos en la faceta anotadora. Es un futbolista de área que necesita que le alimenten, y ahí reside una de las incógnitas sobre el rendimiento que pueda ofrecer el ilicitano en un equipo que abandona a su suerte a los delanteros. Iván, un buscavidas con capacidad para desenvolverse en zonas abiertas, necesitaba crecer en el campo, con minutos y partidos, algo que no encontrará ahora salvo reivindicándose una vez más desde el banquillo. Le espera una vez más el dorsal de la paciencia, la humildad y el saber estar cuando hay que estar.
El año pasado, Jim tardó en poner a Iván Azón de titular porque no había público. Si romareda hubiese tenido público pitándole, le hubiese puesto de titular antes. Este año, como el nuevo se pegue cuatro jornadas sin mojar (que las tendrá) el público se le echará encima y tendrá que sacar a Iván. Si aprovecha las oportunidades que le llegan o no, ya será otro cantar y lo que marque que es un buen jugador o se quede en el camino