El indestructible martillo de Azón

Iván Azón es un chico de 18 años que reclamó en silencio la titularidad la temporada pasada hasta conseguirla y que la ha perdido en beneficio de Álvaro Giménez, elegido por Juan Ignacio Martínez para encabezar el ataque del Real Zaragoza pese a que el punta estuviera muy lejos de ser la primera opción en el mercado de verano. El técnico, por lo general, tiende a decantarse por la experiencia, y al canterano lo ha devuelto a la condición de jugador revulsivo, dotado para alterar o cambiar los partidos desde el banquillo. El debate sobre si el ariete debía estar en el once o asumir ese papel secundario para las situaciones de urgencias fue uno de los temas estrella de un curso sin gol. Solo muy al final se ganó un puesto en la alineación para demostrar dos cosas: que se podía contar con él desde el principio y que se encontraba en periodo de formación técnica. Anoche, Álvaro hizo un buen trabajo mientras estuvo en el campo y por primera vez estuvo muy cerca de marcar con un remate muy estético, muy de delantero centro. No lo hizo, como tampoco Narváez ni Nano Mesa en un encuentro trufado de ocasiones para ganar y que se empató desde el punto de penalti. En cinco jornadas, Eguaras y Vada son los artilleros del conjunto aragonés.

El martillo de Azón es indestructible. El emocional y el futbolístico. Lo volvió a demostrar cuando el entrenador le dio el bastón de mando ofensivo. Los centrales del Fuenlabrada intentaron intimidarle castigándole los tobillos sin piedad alguna y se levantó con gestos de dolor en la cara y esa mirada fija en el horizonte de la próxima jugada, sin pensar en más venganza que en volver a impactar con limpieza en la próxima lucha cuerpo a cuerpo. El zaragozano desquició a quien le propuso duelos, produciendo un buen número de faltas, un par de corner y la frescura ofensiva que le acompaña. A la pretemporada, Azón acudió con un registro más variado, por si se hubiera pasado el periodo de vacaciones recuperando asignaturas. Aquel chaval fuerte, ganador de pulsos aéreos y luchador hasta la extenuación, traía un repertorio más amplio que el de su fortaleza natural. Había en su fútbol destreza de atacante más completo para las rupturas, la combinación, las descargas, las asistencias… Anoche, después de arrancar de inicio y sin notoriedad contra el Ibiza y el Valladolid, confirmó que le falta mucho y que lleva un tesoro dentro.

El VAR le impidió ser el protagonista de la victoria en Fuenlabrada, pero si participó, cómo no, en la acción de penalti por mano de Pulido que significó el empate: se elevó por encima de todos y su remate dio en el brazo del central. Después se marchó tras una genial asistencia de Eguaras en busca de Altube y tras medir distancias y de realizar otros cálculos imprescindibles antes del remate final, abrió el empeine y cruzó el balón a la red con precisión y templanza, con un elegante y letal golpeo imposible para el portero. Había arrancado en fuera de juego, una lástima. Seguirá al servicio de los deseos de JIM, es decir ajeno a la alfombra roja de la titularidad, privilegio que seguirá recayendo en Álvaro Giménez. Aun así, este Azón que insiste con los codos clavados sobre el pupitre para aprender a ser mejor, asoma como el delantero más completo de la plantilla. Sin más debate.