Álvaro Giménez es el delantero de Juan Ignacio Martínez y de Miguel Torrecilla. En cuatro partidos de titular desde que debutara contra el Cartagena, el punta ilicitano no sólo no ha marcado un gol, sino tan apenas ha generado una ocasión de peligro, una chilena centrada que fue a las manos de Diego Altube, portero del Fuenlabrada. El resto de los encuentros se le recuerda por un pase sobre Francés contra el Sanse que el central elevó ante la salida de Gaizka Ayesa para que Gonzalo de Zárate evitara el tanto bajo el larguero. Por ahora es una sombra a la busca de la luz que lleva apagada en el Real Zaragoza durante 68 partidos. Nano Mesa, desplazado a un costado como pieza presionante, tampoco ha colaborado en materia realizadora, con algún que otro fallo sonoro. Los dos atacantes fichados para la titularidad están dando continuidad a la maldición del 9 que comenzó la temporada pasada y que parece haberse instalado en el equipo pese a la ingente cantidad de ocasiones que se suceden, pero que suelen tener siempre como protagonista a Juanjo Narváez. En Lugo se espera de nuevo a Giménez y Mesa. El colombiano será bienvenido si sus compañeros no cambian la dinámica.
Las dos últimas direcciones deportivas no pueden sentirse muy orgullosas en la elección de la artillería pesada. Lalo Arantegui trajo cedido del Celta a El Toro Fernández y contrató a Vuckic del Twente y los dos se quedaron en blanco: el uruguayo participó en 30 partidos y el esloveno en 17. Torrecilla, su relevo, eligió a Álex Alegría en el mercado invernal y el extremeño marcó una vez, contra el Tenerife, en 15 participaciones. En la recta final del torneo, JIM tuvo que recurrir a Iván Azón, precisamente en el Anxo Carro, donde el canterano provocó un penalti. Según el criterio establecido en el vestuario por parte del entrenador y de los futbolistas, esta segunda sequía en forma de plaga bíblica es cuestión de rachas. «Cuando llegue el primero, llegarán los demás». «Yo veo la botella medio llena». «No creo que sea un problema de definición». Las teoría se agolpan para explicar la negación ofensiva que, efectivamente, parece tener poco o ningún parentesco a la del curso anterior.
La cuestión es que en 68 partidos de Liga, sólo se ha logrado un gol, el de Alegría, con cinco puntas fichados para la titularidad en ese periodo que abarca el curso completo 2020-2021 y el arranque de este. La producción atacante se ha elevado pero no así la resolución. El Real Zaragoza necesita lo antes posible celebraciones de Álvaro Giménez y Nano Mesa por su propia reivindicación y por el bien del equipo, que empezaría ver la salida de un túnel demasiado largo y que amenaza con no ser casual. Mientras, los delanteros de Segunda llevan una velocidad más: Sadiq (Almería 6), Stoichkov (Eibar 4), Sergio Camello (Mirandés 4), Sergio Castel (Ibiza 4), Yuri (Ponferradina 4), Simón Moreno (Mirandés 3), Obeng (Oviedo 3), Juanma García (Burgos 3), (Naranjo Ponferradina 3), Jesé Rodríguez Las Palmas 3, Ramazani (Almería 3), Escriche (Huesca 2), Pitta (Huesca 2) Manu Berreiro (Lugo 2), Borja Bastón (Oviedo 2), Rubén Castro (Cartagena 2), Nahuel Bustos (Girona 2), Stuani (Girona 2), Karrikaburu (Sanse 2), Ortuño (Cartagena 2), Eladio (Tenerife 2), Andersson (Fuenlabrada 2), Hassan (Mirandés 2), Paulino (Málaga 2) y Obieta (Amorebieta 2). Valladolid (Weissman), Leganés (Sabin Merino y Arnaiz) y Alcorcón (Xisco) al menos han visto un tanto de alguno de sus hombre de referencia arriba. El Real Zaragoza, cuyo pichichi es un centrocampista, Vada (2), tiene a Narváez como único abanderado de una línea demasiado delgada.
