La brutal influencia de Juanjo Narváez

Juanjo Narvaéz es un delantero que cubre todo el frente ofensivo y que ahora, por exigencias de un guión táctico más conservador, se ha instalado en la banda izquierda, posición en la que ha elevado su sacrificio defensivo para perder gol. Con Juan Ignacio Martínez en el banquillo, es decir en los últimos siete partidos, solo ha marcado desde el punto de penalti. Aun desplazado de la jungla donde le gusta cazar, en Málaga cruzó el área para girarse y asistir en el gol de Igbekeme. En la Nova Creu Alta, protagonizó una contra que acabó con el cafetero víctima de la pena máxima que luego erraría. Su influencia en el paupérrima producción atacante del Real Zaragoza es brutal en todos los sentidos: en 10 de los 16 goles que ha logrado el conjunto aragonés sin intervención administrativa o con colaboración del rival al marcarse en propia meta, el colombiano ha participado de forma directa. El 62,5 por ciento de todo lo importante que ocurre arriba lleva su sello. Más porcentajes en intervenciones que no quedan en la retina de los grandes recuerdos pero que aportan grosor competitivo al grupo.

Dos testarazos de alta costura contra el Girona a centros de Tejero y Chavarría para igualar un 0-2 en los minutos finales; una llegada salvaje para finalizar un pase de Nieto y derribar al Albacete también cayendo el telón del partido; un disparo desde fuera del área para poner en ventaja a sus compañeros en Ponferrada; un taconazo genial que permitió sumar los tres puntos ante el Fuenlabrada, y dos penaltis transformados frente a Logroñés y Ponferradina. Es decir, que, como mínimo, 13 de los 27 puntos que lleva el Real Zaragoza son cosa suya. Pero su ascendencia no solo se refleja en las celebraciones individuales, sino en su generosidad: asistió desde la derecha para que Adrián hiciera el 1-2 en la derrota ante el Málaga; desde la izquierda vio llegar a Bermejo para entregarle el 2-0 ante el Logroñés y ese regalo ya citado a Igbekeme en La Rosaleda…

Frente a la congelación realizadora de El Toro Fernández, Vuckic y ahora Alegría, que se ha quedado con el pasaporte de único punta, a Narváez se le recuerdan además dos balones al palo; un par de testarazos para lucimientos de porteros; ocasiones claras, como en el caso de un centro profundo de Eguaras, que ha finalizado sin éxito. Acostado casi de extremo con JIM y con 7 goles de su propiedad, es el único sustento ofensivo auténtico de un Real Zaragoza que se alimenta de este depredador inquieto y algo inconstante y, últimamente, de la suerte a balón parado en las cabezas de Vigaray y Jair. Por algo es el futbolista más utilizado esta temporada con sus 2021 minutos en 24 jornadas de titular y una de reserva.

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