Se presenta un partido desigual por fuerzas y, sin embargo, paralelo en cuanto a rendimientos que conducen más a la duda que a las certezas. Uno, el Real Zaragoza, pena sus pecados ofensivos, y el otro, el Huesca, su sangría defensiva. Ambos mandan en los partidos, pero nos les da para ganar demasiado o casi nada.
Portería
Real Zaragoza 7
Huesca 7
Es el puesto de la veteranía y de la solvencia con Cristian (36 años) y Andrés Fernández (35). La posición más equilibrada en la comparativa. El argentino apenas ha tenido que intervenir esta temporada y los goles que han encajado no le señalan como protagonista directo aunque contra el Fuenlabrada y el Sanse apareciera en el lugar del crimen más por desatenciones o blandura de sus defensas que por una hipotética falta de reacción. Sigue siendo una garantía en situaciones extremas. El guardameta del Huesca, un trotamundos que fue Zamora en Segunda con el propio equipo azulgrana en la temporada 2010-2011, ha evitado mayores catástrofes para el conjunto de Ambriz por su notable estado de forma y como única mancha figura un balón que se le escapó en Lugo y que cazó Manu Barreriro. Son dos auténticos tótem, garantías por sus tablas y un par de estilos muy personales: los reflejos y la flema del rosarino y la sobriedad no exenta de una gran agilidad del murciano.
Defensa
Real Zaragoza 6
Huesca 4
La zona donde más desequilibrio hay con ventaja para el conjunto blanquillo. Su centro de operaciones, liderado por la viveza de Francés y la jerarquía aérea de Jair, es de los mejores de la categoría y sobre el que se sostiene gran parte de la estructura del equipo para ser uno de los más complicados de ganar. Gámez en la derecha y Chavarría en la izquierda acompañan y ofrecen cierto vuelo en la salida, sobre todo el primero. Los problemas siempre han surgido cuando esta línea se ha visto alterada por la internacionalidad de Francés (como volverá ser el caso este lunes) o por las molestias de los laterales. Con el canterano de eventual lateral, un Lluís López con poco grosor en la lucha cuerpo a cuerpo de central y la ausencia de Chavarría en Lugo, el Real Zaragoza se ha agrietado en una retaguardia señalada porque la mayoría de adversarios se hayan adelantado en el marcador. Más problemas tiene Ambriz con una zaga que comenzó con Cristian Salvador, un centrocampista, de pareja del siempre correcto Pulido. El ex del Sporting, fuera de su ecosistema, se ha ahogado y lesionado en el aductor de la pierna derecha. Relevado por Ignasi Miquel, un futbolista con mucho currículum que no termina de cuajar, podría regresar en Zaragoza. Las orillas tampoco acaban de convencer. Buffarini, un lateral de prestigio en Argentina, arrancó con personalidad, pero tras la debacle del Anxo Carro, donde quedó muy marcado por errores puntuales, su puesto lo heredó el rumano Ratiu, un portento físico que no estará en La Romareda al haber sido seleccionado por la absoluta de su país. En el otro carril, ver jugar a Marc Mateu, ex del Zaragoza B de 2011 a 2013, es una gozada sobre todo cuando alcanza los fondos y centra como nadie con pases de todos los colores y asistencias de nivel superior. El entrenador mexicano, sin embargo, lo ha utilizado en un par de ocasiones por delante del francés Florian Miguel, un experimento no demasiado feliz. En resumen, la defensa zaragocista ofrece bastante menos que la del Huesca, a la que es habitual ganarle la espalda con graves errores de cálculo de por medio.
Centro del campo
Real Zaragoza 6
Huesca 5
La medular del Huesca tiene más calidad, físico y variedad que la del Real Zaragoza, pero poco a poco ha sufrido una devaluación considerable, sobre cuando Ambriz optó por romper un exitoso trivote por otro doble que ha desencajado a Seoane, su faro. Nwakali, cuyas virtudes son tan amplias como su ingravidez, vino a toda máquina de su cesión del Alcorcón, dispuesto a desplegar su mejor versión. Ya ha perdido la titularidad, lo mismo que está sucediendo con el incombustible Mikel Rico, quien fuera de un dibujo más homogéneo pierde omnipresencia y peso. Joaquín, otro que venía a reivindicarse después de tener un papel relevante a préstamo en el Málaga, llegó, marcó, venció y desapareció de las alineaciones hasta la última jornada, donde sustituyó en el once a Ferreiro, baja de nuevo para el encuentro del lunes en La Romareda. La alternativa del habilidoso y en no pocas ocasiones fútil Juan Carlos no ha sido solución a un laboratorio concurrido donde Mosquera, con el paso y el peso de los años, ha perdido su esencia de ancla de referencia. El mediocampo oscense, con demasiados garabatos en la pizarra y en el rendimiento, no le impide gobernar en muchos partidos mientras se le escapan los puntos. La parcela de pensar del Real Zaragoza es todo lo contrario: se sujeta en tres nombres propios, Eguaras, quien ordena y manda siempre y cuando le cedan espacio para pensar, Francho (con la sub 21) y Zapater en su ejemplar ocaso de one club man. Vada, que debutó en el once contra el Oviedo y dejó huella por su constante petición de protagonismo, volverá a ocupar la plaza de Francho, mientras que Bermejo, un violista sin tejado, ha reaparecido tras una fugaz alineación de Borja Sainz. El resto va y viene sin peso específico: Petrovic, Adrián, Igbekeme y Yanis, quien tuvo sus primeros minutos en la última jornada y se ha ido con Panamá, son ahora mismo meros espectadores. Lo paradójico es que ese en principio insuficiente triángulo, reforzado por dos delanteros como Narváez y Nano Mesa, suele pilotar los encuentros aunque no imprima excesiva verticalidad.
Delantera
Real Zaragoza 3
Huesca 5
La mala salud ofensiva que ya recogió Juan Ignacio Martínez en su aterrizaje con El Toro, Vuckic y Álex Alegría y un tanto entre los tres en todo el ejercicio no ha sido resuelta. La falta de gol resulta escandalosa e hiriente. Un Narváez siempre en incesante combustión ha sido el único, y de rebote, que ha conseguido marcar, mientras que los dos puntas contratados para referenciar el ataque siguen sin ver puerta. Álvaro Giménez pena por todo el frente sin cazar un solo balón y a Nano Mesa, generoso en los esfuerzos, se le achica la portería en su impulsiva forma de jugar. El bombardeo y las llegadas a puñados sin puntería ha derivado en fuegos artificiales mientras el colombiano arrastra una lumbalgia que le tiene entre algodones y ha provocado que el joven Iván Azón recupere la titularidad en la búsqueda de JIM de soluciones arriba. Al Huesca, pese a tener una relación más estrecha con el gol, le cuesta generar peligro. Su potencial es superior con Pitta, Gaich y Escriche, el más dinámico de un trío que suma cuatro tantos pero en el que cuesta encajar a los dos primeros en transiciones rápidas. La segunda línea (Seoane y Joaquín) ayuda más en este sentido que la de un Real Zaragoza huérfano de sorpresas salvo Vada en la elaboración de los sonrojantes cinco goles que presenta a favor.
- Puntuación realizada sobre un máximo de 10