Los auténticos héroes de El Plantío

Hace tiempo que se sabe que la plantilla del Real Zaragoza, en su mayor parte, la habitan futbolistas y entrenadores de perfiles muy bajos, en cualquier caso por muy encima de la categoría de sus directivos. En El Plantío, este equipo diminuto que ha perdido altura con las ausencias de Narváez y Vada y que está muy condicionado por las bajas Francés y Francho cuando son reclamados a filas internacionales, manifestó todas sus limitaciones sin excepción. No hubo contagio colectivo en un mal partido, sino la viva imagen de las precariedades de muchos jugadores y de un entrenador, Juan Ignacio Martínez, sobrepasado por las circunstancias. El técnico cometió un pecado venial en la sala de prensa cuando amagó con sacar pecho con el triunfo y se frenó. «No es mi estilo», rectificó. Ese detalle y la celebración enloquecida por el gol son la revelación de las fuertes tensiones que sacuden el vestuario, inseguro y pendiente siempre del fino hilo de los resultados, de nueve empates consecutivos que por fin fraternizaron con la victoria.

Reconocer a un héroe sobre el campo en un encuentro espantoso resulta un ejercicio casi insultante. Francho estuvo genial en la larga conducción y Álvaro Giménez, no menos lúcido en un su primer gol como zaragocista después de una docena de participaciones en seco. Ambos conectaron con Eguaras de por medio y lo cierto es que fue como ver pasar a un ángel por el infierno, donde Real Zaragoza y Burgos hicieron aborrecer el fútbol. Se escuchó en varias voces que esos tres puntos pueden y deben ser un punto de inflexión. ¿Hacia dónde? Será un punto de reflexión y bien profundo porque el descenso de rendimiento y el desconcierto están siendo alarmantes. Y porque llega un calendario hirviendo hasta el cierre de la primera vuelta: Sporting, Las Palmas, Leganés Amorebieta, Eibar, Almería y Tenerife. Nada menos que cinco de los siete primeros clasificados y un Leganés nada fiable pese a estar en puestos de descenso.

Si hay que señalar a alguien como héroe en el congelado El Plantío, una vez más es el grupo de aficionados que se desplazaron hasta Burgos para disfrutar de una victoria que es la suya. La Peña zaragocista Valdespartera, la de Escatrón, la de Maños Sur Jerez, la de Calcena y otros seguidores que se unieron a nivel particular a esta aventura para estar con el Real Zaragoza ofrezca lo que ofrezca o deje de ofrecer. En pleno invierno futbolístico y meteorológico, viajan, resisten partidos inclasificables y se abrazan con sus jugadores como si fueran los mejores del mundo. Si sobran palabras para definir a un equipo y sobre todo a unos propietarios de vuelo muy corto, faltan para describir ese enamoramiento ciego y tan incondicional con un club que no siempre reconoce sus esfuerzos desde hace nueve insufribles temporadas.

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