Juan Ignacio Martínez defiende a capa y espada, en cada comparecencia pública y en privada, que el Real Zaragoza puede competir por estar arriba al final de la temporada. Lo viene haciendo desde que supo que sus primeros opciones de fichajes volaban hacia otros destinos  por la morosidad de la directiva en activar la entrada en el mercado de verano. Algunas veces se ha quedado en solitario con ese discurso, pero el tiempo y los resultados va acompañando esa fe  inquebrantable en sus jugadores. En esta victoria ante el Eibar ha disfrutado del conjunto que sabía que tenía en sus manos y que ha aparecido en todo su esplendor contra los armeros. “Estos 10 últimos minutos que he vivido en La Romareda huelen a éxito.  Me he emocionado en el campo«, dijo el entrenador en lo referente a la conducta de una afición que, reconoció, «ha ganado el partido.

 

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