Yarza y su farol como una catedral

Fernando de Yarza ha desvelado en una entrevista en Cope Zaragoza que la venta del club es «cuestión de horas. Posiblemente antes de este fin de semana. No es un farol», ha dicho el consejero. Además ha afirmado de forma rotunda que en cuanto se produzca el traspaso de los títulos a una de las dos ofertas que pujan en estos momentos, la de Orlegi Sports y la un grupo americano sin identificar, todos los miembros saldrán de la mano de la entidad, algo que se produciría al final de temporada y con una condición sobrentendida de que el equipo permanezca en Segunda, es decir dentro del marco futbolístico profesional. «No es un príncipe árabe. Son grupos solventes y serios. No es una huida, sino el fin de un ciclo y buscamos dejar el club en manos responsables. Ahora tiene que ser otro el que coja el testigo y lleve al equipo a Primera». Yarza ha hecho hincapié en la buena voluntad por parte de los accionistas. «¿Qué más se puede ofrecer que decirles a los interesados que no nos paguen hasta que se produzca el ascenso?». No ha aclarado, sin embargo, quién lleva ventaja en la subasta o cuál sería su preferida. «No es un tema de Capuletos y Montescos, de la vía Alierta o la vía Forcén. La familia Alierta puede hacer lo que quiera porque posee la mayoría, pero sé de su responsabilidad porque nos unen amistades y vínculos desde hace muchos años. Estuve reunido con el consejero delegado de Orlegi y le dije que apoyaría la decisión de Alierta».

En esa extensa entrevista ha hablado de lealtad; de orgullo de trabajar con Uguet, Blasco y Sainz de Varanda, representantes del expresidente de Telefónica; del zaragocismo a ultranza «cuando César Alierta y Fernando de Yarza Mompeón acudieron en 2014 a una operación suicida» de rescate; de «la mala suerte en las promociones de ascenso»; de la reducción de la deuda a la mitad… Y ha admitido que sólo hubo una discrepancia cuando surgió la opción del consejero del Betis José María Gallego «porque nos constaba que no tenía solvencia. Qué matrimonio no discute una vez en ocho años de convivencia donde ha primado el respeto y el orgullo de haber trabajado con este consejo». La disertación de Yarza, la puesta en escena del que parece el inminente acuerdo, ha desprendido tal coherencia, ternura y bondades de la Fundación que han dado ganas de comprarle el oso de peluche.

Nueve años en Segunda, ocho de ellos bajo el paraguas de la Fundación; una falta de consideración constante hacia la afición; la reducción progresiva del prestigio de la entidad ligada a una lamentable gestión deportiva y a una rebaja de la deuda fundamentada en la venta de los mejores jugadores, es decir en la descapitalización del club; los silencios institucionales en las numerosas crisis; la falta de humildad y el exceso de soberbia; la delegación de la máxima responsabilidad deportiva en un director general, Luis Carlos Cuartero, por puro amiguismo o herencia sin atender a la falta de cualificación del exjugador para el cargo… Y la huida, sí la huida, de unos empresarios que han fracasado por todo lo alto con el pelotazo que pretendían y cuyo mayor mérito es haber logrado avales que les serán reembolsados y moratorias de pagos con acreedores y Hacienda. Agotado Alierta de cargar con los minoritarios y sus escasas aportaciones, se activó la compraventa con el vergonzante desenlace con Spain Football Capital. Qué menos que en esa renuncia a la continuidad depositen el Real Zaragoza en manos de la mejor alternativa, y qué menos que salgan todos por la puerta de atrás y cierren con candado este ciclo por el que la historia ni siquiera les guardará una recuerdo de agradecimiento. Puente de plata.

Con la hinchada en pie de guerra con motivos suficientes y una serie de manifestaciones que lindan con la mayor de las delicadezas en comparación a otras épocas volcánicas en La Romareda, Yarza se ha permitido el lujo de apelar en antena «a la responsabilidad de la afición. Los jugadores no son robots y lo que ocurre les afecta mucho». No entiende, no quiere entender el consejero, que esta situación está provocada por ese grupo dirigentes leales sólo consigo mismos, en un escenario insoportable fruto de casi una década de ninguneo a la masa social y bajo la amenaza de un descenso, algo que no es novedoso, que abortaría cualquier operación. Esos zaragocistas a los que recomienda prudencia y silencio son el único patrimonio que le queda al Real Zaragoza, y la mejor herencia que recibirán los mexicanos o los americanos, los que vienen con experiencia en empresas futbolísticas (oferta Alierta) y los aportarían capital para reestructurar la deuda (oferta Yarza).

Yarza ha estado muy elocuente y conciliador. Amable sobre todo con los suyos, con las familias. Su canto a la humildad y a la responsabilidad sí que ha sido un farol como una catedral. En las próximas horas, confiemos y recemos en que se produzca un pacto definitivo y que el Real Zaragoza tenga por fin  un futuro para dar portazo a un pasado de constante bochorno. «Vender un club no es como vender una Vespa», ha aclarado. Claro que no. Aunque como vendedor de motos no tendría precio.