Los números y la caída futbolística que se ha producido en las últimas ocho jornadas aunque los defectos de forma de la plantilla y del juego desarrollado tengan su localización prácticamente desde el verano, han situado a Juan Ignacio Martínez en el ojo del huracán. Nada nuevo en el horizonte de un deporte que desde el inicio de los tiempos corta por lo sano el contrato de los entrenadores si los resultados le dan la espalda. Fernando de Yarza manifestó ayer que tienen puesta su absoluta confianza en el técnico alicantino, y que no se ha planteado en ningún momento su destitución. JIM aseguró que «el Consejo no me ha transmitido nada, aunque agradezco esas palabras. El fútbol es efímero. Cada siete días tenemos la suerte de reivindicarnos. Estamos en un deporte que no entiende de justicia y de trabajo. Yo me levanto todos los días con el objetivo de volvamos a ser capaces de ganar. En ese sentido estoy convencido de mí mismo y de los futbolistas. Si yo fuera el problema, me iría mañana», reflexionó el entrenador del Real Zaragoza. De la compraventa se desmarcó. «Es una cosa institucional. A nosotros nos pagan puntualmente todos los meses y nuestra obligación es que nuestro rendimiento en el el campo sea acorde a los que nos exigen. No hacemos preguntas. Le damos carta de normalidad a todo».
El ambiente está cada vez más enrarecido. Por la falta de victorias, por la pésima clasificación, por una compraventa presentada entre ambigüedades y contradicciones que ahora se ha acelerado, según la versión oficial. La Romareda, sin noticias confirmadas y de acuerdo a su protocolo de acciones de quejas, va a seguir con sus protestas. JIM cuenta cómo lo vive todo: «Juego con ventaja. Hice un máster el otro día después del partido del Leganés. Antes de subir al autobús nos esperaban los aficionados que se desplazaron y tuve una rueda de prensa con ellos. Me preguntaron y di la cara. Entiendo perfectamente que cuando un equipo como este no está en la dinámica de ganar partidos haya ese punto de crispación. Pero también creo que La Romareda es un estadio que el rival tiene que sentirlo. Esta semana ya no tenemos margen de error. No sé si el encuentro contra el Las Palmas tiene algo de dramático, cada uno puede poner el adjetivo que quiera». En su larga experiencia, comenta, ha experimentado situaciones más complicadas como las de «Valladolid o Almería», donde fue destituido. «Por mi optimismo natural percibo con más fuerza las rachas y los momentos positivos. Lo que ocurre en el Real Zaragoza es que en la misma coctelera se han mezclado la trayectoria de un club grande en una situación ilógica y en la parte baja sin ganar partidos. Es lo que genera este clima».
El partido frente al Las Palmas aparece en el calendario deportivo e institucional y con una trascendencia vital. Juan Ignacio Martínez, que no aclara si cambiara jugadores o sistema para recibir a los canario, habla de un adversario «que intentará someternos con el balón, un equipo que ataca el área rival y contra el que habrá que acumular mucha paciencia cuando dispongamos del balón». El entrenador, que podrá conar con Francho y Álvaro para la cita, solicita lo de siempre para este compromiso: «Un alto grado de atención porque cualquier error nos penaliza mucho Nos cuesta un mundo hacer goles y nos los marcan con mucha facilidad. Ante el Las Palmas no nos podemos permitir llegar tarde a la presión o un mal repliegue porque nos castigará».
Cuantos partidos más tiene que perder para que el consejo se dé cuenta de que hay que cambiar al entrenador?